Scott O’Neill, de la Universidad australiana de Queensland en Brisbane, y sus compañeros descubrieron que si un mosquito Aedes es contaminado por la bacteria Wolbachia procedente de la mosca de la fruta, pierde la capacidad de contagiar el virus del dengue.
Además, la misma bacteria hace que estos insectos vivan sólo la mitad de lo habitual, lo cual es fundamental, ya que sólo ejemplares de más edad pueden ser transmisores de la enfermedad.
La bacteria Wolbachia se transmite de hembras infectadas a sus huevos, por lo que la portará sólo la prole de los mosquitos liberados.
Se espera que los ejemplares infectados con Wolbachia dominen pronto, puesto que sus hembras tienen una ventaja al ser capaces, a diferencia de las primas en estado salvaje, de tener descendencia tanto con machos contaminados por esta bacteria, como con los que no lo están.
La fiebre del dengue azota sobre todo a los países tropicales donde el número de infectados ronda los 100 millones de personas todos los años. Para 40.000 de ellas la enfermedad resulta mortal.
El área de propagación del virus crece año tras año. Así, la semana pasada Francia informó sobre el primer caso oficial de dengue autóctono.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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