La creciente tensión entre los gobiernos de Colombia, Venezuela y Ecuador en los últimos días vuelve a agitar los fantasmas de un conflicto entre esos países que va más allá de las palabras.
Empujados por revelaciones incómodas sobre supuestos vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), los gobiernos de Ecuador y Venezuela lanzaron acusaciones cruzadas y amenazas contra Colombia.
Además, en las últimas horas, el presidente venezolano Hugo Chávez decidió retirar al embajador venezolano en Colombia tras la revelación de que unos lanzacohetes de fabricación sueca comprados por Caracas han sido encontrados en manos de las FARC.
Por su parte, el fin de semana, el presidente ecuatoriano Rafael Correa -todavía ofuscado por la divulgación de un video en el que se sugería que las FARC habían contribuido a su campaña- advirtió que si Colombia volviese a violar la soberanía fronteriza de su país, "la respuesta será militar".
El último gran capítulo de esta "tensión andina" ocurrió en marzo del año pasado, tras el bombardeo del campamento de las FARC en territorio ecuatoriano en el que murió Raúl Reyes, en ese momento segundo al mando de la organización alzada en armas.
Aunque Ecuador y Colombia nunca recompusieron su relación desde entonces, Bogotá y Caracas sí parecían haber dejado atrás las épocas de enfrentamientos.
Más de un año después, la situación se repite, de manera muy similar. ¿Están los países de la región acercándose a un enfrentamiento más profundo, como el que asomó en 2008?
Es la economía
Analistas consultados por BBC Mundo coinciden en que, en estos momentos, el contexto es muy distinto.
La recesión económica global, el descenso en los precios del petróleo, y la elección de un nuevo presidente de Estados Unidos -siempre actor de influencia-, entre otros factores, dibujan un escenario distinto en la región.
"Hay una importante relación y dependencia económica, especialmente entre Colombia y Venezuela, que ni Chávez ni Uribe estarán dispuestos a arriesgar: hay demasiado en juego", opina Michael Shifter, del Diálogo Interamericano, en Washington.
"Por ejemplo, Uribe y Chávez tienen una relación complicada con mucha tensión, pero ambos tienen una veta pragmática y están muy interesados en mantener su poder en sus países. Tienen 7 mil millones de comercio bilateral que es muy importante", agrega.
Ivan Briscoe, analista de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE) de Madrid, coincide.
" Parece que no hay una correspondencia entre la parte política y la económica", asegura. "La relación comercial entre Colombia y Venezuela está floreciendo; hubo una reunión en enero en Cartagena en la que prometieron los dos llegar a los 10 mil millones de dólares en comercio bilateral".
Sin embargo, Shifter admite que agitar las aguas del nacionalismo -el nosotros contra ellos- puede ser un elemento de conveniencia para los tres mandatarios.
"Eso les permite fortalecer su postura política en sus propios países, ya que hay mucho consumo doméstico de estos temas", asegura a BBC Mundo.
El rol de EEUU
Muchos han señalado que este recalentamiento del conflicto andino ocurre poco después de que se revelara que Washington y Bogotá profundizarían su colaboración militar.
El conflicto con las FARC ha ganado una enorme relevancia en la agenda de la región andina.
La izquierda latinoamericana no tardó en interpretar esto como un virtual establecimiento de nuevas bases de Estados Unidos en la región.
Así, la relación con Washington, aún con un nuevo ocupante en la Casa Blanca, mantiene su potencial de transformarse en leña para el fuego de las relaciones en la región.
"El mensaje básico de Chávez es que Estados Unidos sigue siendo el imperio, y como imperio debe expandir su poderío militar a través de países como Colombia", opina Shifter.
"Por eso, continúa existiendo de parte de Chávez y en un menor término, de Correa, una posición crítica hacia Washington. No necesariamente hacia Obama, sino hacia el superpoder que es Estados Unidos."
Si el gobierno colombiano logra confirmar que existen -o existieron- vínculos de colaboración o cooperación entre los gobiernos de Venezuela y Ecuador con las FARC, Uribe podría usar ese elemento para afianzar su relación con el nuevo gobierno de Estados Unidos, asegura Briscoe a BBC Mundo.
"Uribe podría usar la evidencia creciente de la internacionalización de las FARC para decir que él es el par de manos más confiable en este país, haciendo de la lucha contra las FARC su propósito central", afirma.
El dilema "FARC"
Eso también significa que es el conflicto con las FARC el que continúa resintiendo la relación entre Colombia y Ecuador, por ejemplo.
Es difícil ver si es un proyecto de real polarización y de tensiones, o si es un brote más de problemas que se va a resolver en pocos días
Ivan Briscoe, analista
"Ecuador ha aceptado cientos de miles de refugiados y siente realmente que Colombia le ha pasado los residuos de su propio conflicto interno por medio de la fumigación y por medio de las operaciones contra insurgentes", dice Briscoe.
La combinación de todos estos elementos hace que sea complicado pronosticar hasta qué punto los gobiernos de la región pueden tensar la cuerda de sus relaciones bilaterales.
"Es difícil ver si es un proyecto de real polarización y de tensiones, o si es un brote más de problemas que se va a resolver en pocos días", concluye Briscoe.
Queda por verse si, como en 2008, Chávez y Uribe -después de cruzar insultos durante varios días- solucionan sus aparentes diferencias insalvables con un abrazo frente a las cámaras de televisión.
Viejo Condor
BBC Mundo (SIC)