EEUU puede usar las armas químicas como pretexto para invadir a Siria
El gobierno de Estados Unidos puede utilizar el asunto de las armas químicas como argumento para emprender una operación militar contra Siria y desatar otra guerra como en ocasiones anteriores, escribe hoy la prensa moscovita.
Al comentar las recientes declaraciones del presidente estadounidense, Barack Obama, sobre la posibilidad de una intervención militar en Siria, el diario Moskosvkie Novosti recordó que ese mismo argumento fue utilizado por dos presidentes anteriores a Obama, para emprender sendas guerras contra Irak.
La amenaza de las armas químicas fue el argumento principal que en 1991 utilizó George Bush padre para atacar al entonces presidente de Irak, Sadam Hussein, y posteriormente su hijo, George W. Bush, que en marzo de 2003, dio luz verde a otra guerra que concluyó con el derrocamiento de Hussein y su ejecución por delitos de lesa humanidad.
La guerra de Irak, es considerada una de las campañas militares y políticas más escandalosas de EEUU, porque desde el comienzo hasta el fin se realizó con información supuesta o intencionalmente falsa, y en medio de una poderosa campaña mediática destinada a desinformar a la opinión pública mundial.
El rotativo ruso resalta que ya en 1998, organizaciones internacionales inspeccionaron Irak para establecer la existencia de armas químicas sin obtener resultados positivos.
Y que desde el inicio de su presidencia en 2001, George W. Bush hijo convirtió el asunto de las armas de destrucción masiva de Hussein como uno de problemas prioritarios de política exterior de EEUU.
Con el apoyo incondicional de Inglaterra, EEUU empezó una campaña para convencer a otros gobiernos del peligro del arsenal químico de Irak para seguridad mundial, y tras la publicación de un informe hecho por expertos en 2002, ambos gobiernos lograron que el asunto fuera incluido en la agenda del Consejo de Seguridad de la ONU.
En noviembre de 2002, Irak cedió a las presiones del Consejo de seguridad y autorizó la visita de inspección de un grupo de expertos de la ONU y también del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Bagdad presentó un informe de más de 12 mil páginas sobre sus trabajos militares en el que explicó que el país no desarrollaba la producción de armas de destrucción masiva, pero EEUU y Reino Unido cuestionaron la veracidad del informe iraquí a partir de conclusiones hechas por sus expertos.
Los inspectores principales de la ONU como el sueco Hans Blix y el egipcio Mohamed el Baradei visitaron varias veces Irak y en sus informas nunca pudieron constatar la existencia o indicios de producción de armas químicas en Irak.
Hasta el 5 de febrero de 2003, cuando el entonces secretario de Estado estadounidense Collin Powell en el Consejo de Seguridad de la ONU anunció sobre la existencia de armas químicas en Irak a partir de testimonios del científico iraquí Rafid Ahmed Alwan al-Janabi, residente en Alemania.
La guerra comenzó un mes después y una vez culminada la invasión, las tropas estadounidenses no pudieron encontrar ninguna huella de las armas de destrucción masiva de Hussein.
Años después de concluir la guerra en la que murieron más de cien mil personas y el país inmerso en una ola de violencia imparable, las autoridades estadounidenses y británicas reconocieron que ellos tampoco tenían pruebas sobre la existencia de armas químicas en Irak.
El antiguo jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, en sus memorias publicadas en febrero de 2011 confirmó que en el momento de la invasión a Irak, el gobierno de EEUU no tenía información de que Hussein tuviera armas de destrucción masiva.
Y el físico iraquí Alwan al-Janabi, citado por Powell en el Consejo de Seguridad hace nueve años, en declaraciones a la prensa en 2011 confesó que había mentido cuando informó sobre el armamento químico de Hussein.