Las informaciones desde el centro de mando ingresarán desde el
radar emplazado en Turquía y desde el radar instalado en el propio buque. Tal es
el semblante que presenta la primera fase de desarrollo del sistema europeo de
defensa antimisiles.
Inicio inofensivo y continuación
peligrosa
El sistema de defensa antimisiles de la OTAN empieza a desplegarse
desde el flanco sur, el menos peligroso desde el punto de vista de los intereses
de Rusia. El crucero que patrulla en el Mediterráneo, equipado con el sistema
“Aegis” con misilesSM-3, realmente puede
interceptar los misiles iraníes de medio alcance, que hipotéticamente pueden ser
lanzados contra objetivos en Europa Occidental. Al mismo tiempo, en principio,
no representa un peligro para las fuerzas nucleares estratégicas (FNE)
rusas.
De por sí la creación del sistema, capaz de desarrollarse y
ampliarse con elementos adicionales, entraña cierta amenaza: la ampliación del
sistema en las fases posteriores incluye, entre otras cosas, elementos
potencialmente peligrosos para las FNE rusas.
Desde luego que incluso en este caso el éxito de la intercepción
no está garantizado, especialmente si se tiene en cuenta las posibles maniobras
de los submarinos y de los sistemas móviles de misiles, pero la propia
posibilidad de que exista esa intercepción, de hecho ya representa un gran
peligro. Los políticos irresponsables pueden evaluarla como una posibilidad para
garantizar la supremacía militar absoluta de EEUU y emprender una nueva carrera
armamentista en dos direcciones fundamentales: el desarrollo de los medios de
destrucción de misiles y de puntos de mando de las FNE enemigas durante un
ataque preventivo, y la intercepción garantizada de todo aquello que pueda
despegar.
Garantías incómodas
El problema podrían resolverlo aún en la fase de despliegue del
sistema las garantías que determinen los parámetros extremos de ese despliegue y
los modelos de aplicación. Al mismo tiempo, el ingreso de Rusia en el
“santuario” – el sistema de planificación militar de la OTAN, y sobre todo en un
asunto tan delicado como el sistema de defensa antimisiles, difícilmente cuente
con la aprobación de la dirigencia y los parlamentos de los países de la OTAN. A
la vez, la busca de otras formas de interacción es muy posible.
La cuestión de las posibles garantías por parte de la OTAN fue
comentada por el experto militar norteamericano Dmitri Gorenburg:
—De por sí el término “garantía”
es acogido en EEUU de forma diferentel, y sobre todo en temporada electoral. En
el caso de que se trate de conceder garantías, los detractores de Obama lo
acusarán de someterse a la presión de Rusia. La posición de EEUU y la OTAN
consiste en que el mando del sistema debe estar en sus manos. Por eso lo más
real sería desarrollar el sistema de intercambio de informaciones con el fin de
rebajar la desconfianza entre las partes. Acerca de la posibilidad de incorporar
al sistema de defensa antimisiles elementos rusos, diremos que ahora, en
temporada electoral, es poco probable. Después de las elecciones y si llega a
ganar Obama esto podrá discutirse, pero a condición de que tal incorporación
reporte una utilidad técnica real y no sea un paso meramente político –dijo
Dmitri Gorenburg a La Voz de Rusia.
Respuesta asimétrica y nuevos
radares
La respuesta asimétrica al despliegue del escudo antimisiles de la
OTAN en Europa es una fórmula que hace mucho que molesta. Cabe señalar que el
despliegue de los sistemas Iskander-M en
las fronteras occidentales de Rusia no constituye tal respuesta: es una reacción
directa y bastante lógica al desarrollo de la infraestructura militar
correspondiente en las proximidades de las fronteras rusas.
Una respuesta asimétrica real podría ser una amenaza a la
constelación de satélites de la Secretaría de Defensa de EEUU, que desempeñan el
papel clave, incluso en el sistema de alerta de un ataque con misiles. Esta
amenaza puede hacerse efectiva por medio de la elaboración de sistemas de
misiles antiaéreos tipo S-500 y del
perfeccionamiento sucesivo de los sistemas S-400, y asimismo mediante el desarrollo de
sistemas láser con plataforma aérea, capaces de poner fuera de servicio los
equipos ópticos de los satélites. Esta es una tarea menos ambiciosa, pero mucho
más real, que la tentativa norteamericana de crear un láser antimisil.
En el caso de que Rusia pueda realmente dar semejante respuesta al
sistema de defensa antimisiles, entonces su propuesta de instrumentar un sistema
conjunto con empleo de radares rusos de alerta temprana, tendrá mucho más peso.
En tales condiciones, la OTAN se verá ante la opción real entre el peligro de
neutralización del sistema de defensa antimisiles en general, o el desarrollo de
su eficacia, pero conjuntamente con Rusia.
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)