“El que controla el dinero puede controlar el mundo” (Henry Kissinger)
El 2014 entrará en la historia como el año de la descomposición del sistema internacional y el enfrentamiento multidimensional entre Estados Unidos, la Unión Europea y su brazo armado la OTAN contra Rusia y hacia el resto de países del grupo BRICS que se atrevieron a poner fin a un mundo unipolar dirigido por los Estados Unidos.
En respuesta al desafío, el Gran Patrón ha lanzado una cadena de sanciones contra Rusia y una bien programada guerra financiera manipulando los precios del petróleo y de los metales preciosos, en especial del oro.
Con estas medidas EEUU está tratando también evitar su irreversible declive económico y cada vez más reducida participación en el Producto Bruto Interno Global. Actualmente la aportación de Norteamérica al PIB Mundial es del 22 por ciento mientras que la de China para el 2016 llegará al 18 por ciento. Entonces para mantener su dominio del mundo, Washington está tratando de reforzar sus dos pilares tradicionales de hegemonía: el poder militar y el rol del dólar como la moneda de reserva mundial.
Pero el dólar tiene una debilidad que no han podido ocultar al mundo. De acuerdo al periodista financiero, Bill Holler, “el oro es la kryptonita del dólar frente al cual se siente débil. Esta es la razón para manipular en determinados períodos financieros el precio del oro más bajo y de tal forma mantener el valor del dólar.
Cada mañana el precio del oro es establecido por cinco bancos internacionales en una teleconferencia en la oficina principal del LIBOR (London InterBank Offered Rate) igual con la tasa de interés para 10 diferentes monedas de reserva internacionalmente reconocidas con la diferencia que en este proceso participan 18 de los más grandes bancos en el mundo.
Es de conocimiento público que el sector financiero global es dominado por los grandes bancos norteamericanos desde vísperas y durante la Segunda Guerra Mundial. Precisamente en aquel tiempo la incertidumbre obligó a más de 122 países a trasladar sus reservas de oro a la Reserva Federal de Estados Unidos y en concreto al Federal Reserve Bank of New York y a las bóvedas de Fort Knox (Kentucky).
Inmediatamente el valor de las reservas de oro en EE.UU. creció de 9 mil millones de dólares en 1935 a 20 mil millones. No hay que olvidar que el oro jugó, junto con el programa New Deal (Nuevo Trato) del presidente Franklin D. Roosevelt, un papel primordial para terminar con la Gran Depresión de 1929 en los Estados Unidos.
El 5 de abril de 1933 el presidente Roosevelt firmó la Orden Ejecutiva 6102 ordenando a los ciudadanos y extranjeros residiendo en EE.UU. entregar a la Reserva Federal todo el oro que tuvieran, ya sea en monedas, en bruto o certificados, recibiendo a cambio 20.67 dólares por cada onza troy de oro (31.1 gramos). A los infractores les condenaban a 10 años de cárcel y una multa de 10,000 dólares. Se calcula que con esta medida el Tesoro norteamericano aumentó en más de tres mil millones de dólares.
Así en 1944 con sus bóvedas llenas de oro, con las suyas y ajenas, cuando ya se sabía la derrota inminente del nazismo, Washington decidió que había llegado la hora para el Nuevo Orden Económico Mundial bajo su dirección. Esto fue declarado en el complejo hotelero de Bretton Woods (EEUU) en julio 1944. Allí se adoptó un patrón oro-divisas en el que Norteamérica debía mantener el precio del oro en 35.00 dólares la onza y se le concedió la facultad de cambiar dólares por oro a ese precio, sin restricciones ni limitaciones. El boom económico estadounidense de post guerra también se debe mucho al oro que tenía acumulado el país.
También Estados Unidos tenía que ser generoso con sus aliados europeos y en especial con el Japón y Alemania Federal pero sobre todo para mostrar la superioridad del sistema capitalista frente al sistema socialista. Este gesto tenía su precio y casi todo se pagaba utilizando las reservas de oro. Posteriormente el costo de la guerra en Vietnam hizo vaciar aún más los depósitos de oro que en 1968 había llegado a nivel crítico.
Todo esto obligó al presidente Richard Nixon de poner fin al Tratado de Bretton Woods y desligar el dólar del oro, anunciando el dólar como la nueva moneda de reserva mundial en vez del oro. Desde allí el dólar empezó a depender exclusivamente de la capacidad de la imprenta de la Reserva Federal de producir dólares. Se calcula que hoy día la Reserva Federal imprime anualmente un millón de millones de dólares.
El dominio del dólar llegó a tal extremo que actualmente las reservas de todos los Bancos Centrales de 193 países del mundo en el 67 por ciento son en dólares, unos 15 por ciento en euros y en un 18 por ciento en monedas nacionales. Estados Unidos logró crear un sistema internacional financiero que no permite el colapso de su economía a pesar de su déficit comercial de 500 mil millones de dólares y de su deuda interna y externa que es 70 millones de millones de dólares.
El resto de los países del mundo se entrelazaron tanto con la Reserva Federal norteamericana que no pueden dejar de financiarla a costo de sus ahorros para prevenir el colapso del existente Sistema Financiero Mundial. Se calcula que diariamente llegan a las arcas norteamericanas 2,5 mil millones de dólares de otros países.
¿Y qué pasó con el oro que los 122 países depositaron en Norteamérica? Realmente nadie lo sabe exactamente. Según la Reserva Federal, en 1945 el Fort Knox llegó a almacenar 20,000 toneladas de oro que se redujeron para el 2013 a 4,175 toneladas. A la vez, según la Web oficial de la Casa de la Moneda de Estados Unidos, hay 5,000 toneladas métricas del oro en las bóvedas del Federal Reserve Bank of New York. Sin embargo, todos estos datos nadie los puede confirmar.
Ya en la época de Reagan durante el escándalo Iran-ContraGate, Estados Unidos tuvo que recurrir al narcotraficante boliviano, Roberto Suárez Gómez para comercializar 500 toneladas de cocaína en Norteamérica para financiar aquella operación pues no había ni dólares ni el oro disponible para terminar con el Sandinismo en Nicaragua.
Sigue siendo también un misterio lo que pasó con los depósitos de oro en las bóvedas subterráneas del edificio 5 y el 7 del World Trade Center después de la tragedia del 11 de setiembre de 2001. Allí, según la información oficial estaba depositado el oro por valor de mil millones de dólares. Sin embargo, se recuperó oro por valor de 230 millones de dólares. El semanario norteamericano American Free Press publicó el 27 agosto del 2011 la declaración del ex líder mafioso Tony Gambino que dijo “sé cómo el gobierno de George W. Bush tenía conocimiento e inclusive organizó el 9-11 para instigar la guerra en Irak y también para apoderarse del oro que fue guardado en el sótano del World Trade Center”.
En febrero del 2014, el congresista republicano Paul Ron lanzó la voz de alerta anunciando que desde hace 40 años no hay ninguna audición del oro en Fort Knox y tampoco desde hace más de 40 años ningún congresista ha podido visitar aquel lugar para verificar su existencia. Inclusive logró preguntar durante su intervención en el Congreso si realmente había oro en Fort Knox o en el Banco de Reserva de Nueva York. Un intento frustrado de Alemania de repatriar 300 toneladas de oro de sus 1,560 toneladas custodiadas en Nueva York hizo aumentar las dudas sobre los depósitos del oro en Estados Unidos. Lo único que obtuvo Alemania es 34 toneladas y promesas de entregar el resto de 266 toneladas en los próximos siete años.
El ex sub secretario del Tesoro, Paul Craig Roberts, comentando este episodio escribió que “EE.UU. no tiene oro y no puede suministrarlo, por eso ha obligado a Alemania a ponerse de acuerdo con eso y dejar de pedir por su oro. EEUU ha ordenado a su Estado títere alemán que se calle y que emita una declaración diferente”.
Por la situación económica que atraviesa EEUU se podría deducir que el Gran Patrón se gastó su oro y el ajeno pero en realidad nadie sabe lo que realmente está sucediendo en las bóvedas del Fort Knox y en las del Banco de la Reserva Federal. Mientras tanto muchos países están haciendo todo lo posible para repatriar su oro pensando en los difíciles tiempos que se avecinan.
El ex presidente Hugo Chávez logró hace unos años recuperar 39 de las 300 toneladas que EEUU guardaba del tesoro venezolano. Pero ¿lograran los otros países recuperar lo suyo?
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
Viejo Condor
Sputnik Mundo
Ricki Pelaez