El caso de Snowden indica carencias en las relaciones entre Rusia y EEUU
Las relaciones entre Washington y Moscú son tan limitadas que el caso del excontratista de los servicios secretos estadounidenses que recibió el asilo político en Rusia apenas tendrá alguna repercusión en ellas, opinaron varios analistas rusos en una mesa redonda organizada por RIA Novosti.
La acampada de Snowden en la zona de tránsito del aeropuerto de Moscú puso a Rusia en una situación sin salida: la extradición del estadounidense hubiera perjudicado gravemente la imagen del país a nivel internacional por lo tanto, a las autoridades rusas no le quedaba otra que concederle el asilo. Es decir, el actual conflicto entre Rusia y EEUU se basa en la confrontación privada entre Snowden y su empleador, la Agencia Nacional de Seguridad de EEUU, coincidieron los expertos, reunidos en una mesa redonda organizada por RIA Novosti.
En realidad, Snowden no es una valiosa fuente de información puesto que en ningún momento el informático ocupó un cargo de responsabilidad. Representa interés porque es testigo de la actividad de vigilancia de Inteligencia estadounidense.
“Es importante en sí la confirmación de lo que los especialistas y los políticos de Occidente y Oriente siempre habían sabido: los servicios secretos estadounidenses en los últimos decenios escuchan a todos y en el mundo entero. (…) Los equipos técnicos no siempre están dislocados en su territorio porque lo prohíbe la ley, los sitúan también en los países aliados, Australia, por ejemplo. Todos lo sabían pero no era oficial”, declaró el politólogo Alexánder Fomenko.
Es evidente que para EEUU situación es altamente desagradable pero es de suponer que poco cambiará en sus relaciones con Rusia.
“Se trata de un episodio que no necesitaba ni EEUU, ni Rusia, es una casualidad que, sin embargo, tiene su lógica. Snowden escogió Rusia y no otro país sabiendo que desde aquí no le extraditarán. Es un indicador de lo que sucede en las relaciones bilaterales. (…) Los intereses de Rusia, que consisten, ante todo, en colaboración económica, el desarrollo de los lazos comerciales, la actividad inversora, no apasionan a la administración de Obama. A la vez, las propuestas que los estadounidenses quisieran hacer a Putin, por ejemplo, moverse en dirección al cero nuclear y continuar reduciendo las armas atómicas estratégicas, no atraen a Rusia. El interés mutuo es mínimo”, subrayó el vicedecano de la Facultad de Política Mundial de la Universidad Lomonósov de Moscú, Andréi Sídorov.
El caso de Snowden reveló la fragilidad, la vulnerabilidad y la insuficiencia de las relaciones bilaterales. El reinicio entre EEUU y Rusia, anunciado durante el primer mandato de Barack Obama, no permitió acercar las posturas de los dos países ni contribuyó a la colaboración, estimó el profesor de la Facultad de Política Mundial de la Universidad Lomonósov, Vladímir Barténiev.
“EEUU nunca vio el reinicio como una cooperación estratégica que duraría medio siglo o un siglo entero y garantizaría la comprensión mutua durante todo ese periodo. El reinicio tuvo una agenda concreta que, para la administración estadounidense, había sido cumplida para mediados de 2010. Hacia estas fechas ya se habían firmado los acuerdos sobre la reducción de armas estratégicas y el tránsito afgano y se elaboró una postura conjunta sobre Irán”, declaró Barténiev añadiendo que ambos estados desdeñan el potencial que existe en el ámbito comercial y económico y siguen actuando en el marco definido por la Guerra Fría.
Efectivamente, las relaciones entre Rusia y EEUU se limitan al ámbito estratégico y de la seguridad y ninguno de los dos países las considera prioritarias. Por lo tanto, es altamente improbable que Washington aplique contra Moscú sanciones económicas porque, según Sídorov, “son eficaces solo si existen vínculos estables y serios ya que en este caso pueden producir considerables daños materiales”.
En cuanto a otras posibles medidas, los expertos coincidieron en que Obama seguramente no boicoteará la cumbre del G-20 prevista para el próximo septiembre en San Petersburgo puesto que se trata de un evento internacional de máxima importancia. En cambio, indicaron que, podría haber una reacción a nivel de la política nacional estadounidense para calmar a los republicanos, por ejemplo, incluyendo a más funcionarios rusos en la Lista de Magnitski.
Es decir, por lo general, según los expertos, la tormenta pasará y las relaciones volverán a ser lo que han sido, muy reducidas. La única repercusión de importancia que pudiera tener este conflicto es un cambio de enfoque de la política exterior de Rusia que en los últimos años se basaba en las relaciones oficiales, estimó el politólogo Alexánder Fomenko. Con Snowden, la élite política rusa por primera vez en mucho tiempo se vio obligada a tratar y a construir un diálogo con la oposición a la administración estadounidense. Y este hecho podría contribuir a ensanchar un poco la colaboración.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)