Empezó siendo una enfermedad de la zona rural y tropical de la Argentina y Brasil, pero se ha ido extendiendo por toda la región. Se trata del Mal de Chagas, una enfermedad incurable y uno de los principales trastornos endémicos de la Argentina.
Carlos Campos tenía síntomas muy extraños como para obtener un diagnóstico exacto: “en primer lugar era una descamación que me agarró en la piel. Se me puso muy seca, se me secó la piel por completo. Después un problema renal”.
Carlos comenzó a notar que sistemáticamente lo rechazaban en los trabajos a los que se presentaba, luego del análisis de sangre de rutina. Finalmente, un médico se compadeció y le dio el diagnóstico. Padecía Mal de Chagas, uno de cuyos síntomas puede ser la muerte súbita. Él tuvo la suerte de recibir la noticia a tiempo para empezar un tratamiento, pero no ocurrió lo mismo con su familia y muchos de sus amigos. De sus doce hermanos, sólo cuatro están vivos. Carlos supone que todos los que murieron debían haber tenido esta terrible enfermedad.
El mal de Chagas es transmitido por la picadura de un insecto llamado vinchuca. Esta especie de cucaracha habita en las casas de zonas rurales tropicales, con techos de paja o ramas y paredes de barro. Así, el principal método para combatirla es la fumigación.
Sin embargo, el parásito se difunde también mediante las transfusiones de sangre, y miles de personas que han emigrado a otros países sin diagnóstico propagaron la enfermedad por todo el mundo.
La Presidenta de la Asociación de Lucha contra el Mal de Chagas, Catalina Antico Penna, cuenta que tuvieron el llamado de un argentino que hace más de 40 años residía en Australia. “No sabían qué es lo que podía tener. Charlando sacaron la conclusión de que podía ser Chagas. Nos llamaron, le preguntamos si había donado sangre, nos dijo que sí”.
Hoy, la Organización Mundial de la Salud la considera como una pandemia y estima que 100 millones de latinoamericanos están en riesgo de contraer el mortífero Mal de Chagas y 50.000 personas mueren cada año a causa de esta enfermedad. Los síntomas varían enormemente, dependiendo del órgano que haya sido afectado. Pero su blanco preferido es el corazón.
En la Argentina particularmente se calcula que hay unos 6 millones de infectados. Según los expertos, para luchar contra el Chagas se necesita la inversión de los gobiernos en prevención e investigaciones que resultan muy costosas. No obstante, se destina una escasa cantidad de recursos para combatirlo. La atención se concentra más en otros problemas como el sida o la gripe A que, de hecho, afectan a muchas menos personas.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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