martes, 8 de marzo de 2011

ESTRENAN EN CUBA "VERDADES Y PRINCIPIOS" DEL ESPIONAJE DE EE. UU


Estrenan en Cuba "Verdades y principios" del espionaje de EE. UU.

Este lunes se estrenó en la Televisión cubana el documental “Verdades y principios” que pretendía desenmascarar el uso de alta tecnología para fines de espionaje a favor de Estados Unidos. Lo argumentó en una parte significativa los recursos de la investigación contra el supuesto agente estadounidense en la Isla, Alan Gross.

La muestra de este nuevo capítulo de la serie “Razones de Cuba” coincide con la adopción del veredicto judicial en este expediente; y este revela lo astuto que era este presunto plan subversivo de Washington que pretendía realizar conexiones ilegales a la red global —al parecer, un tema inocente— a través de la participación de Gross.

El documental dio a conocer la identidad del doble agente Dalexi González Madruga, quien figuraba como Alejandro en los documentos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), mientras que para la Seguridad del Estado cubano era Raúl. El joven ingeniero en telecomunicaciones proporcionó a los órganos competentes de la isla una información completa sobre las tecnologías del uso de redes informáticas ilegales para la transmisión y recepción de datos de manera codificada entre el centro de actividades subversivas en Miami y sus agentes en el territorio cubano.

Este nombre nuevo se sumó a los de dos viejos agentes, Emilio y Vladímir (que responden a los nombres de Carlos Serpa y Moisés Rodríguez Quesada), quienes protagonizaron los capítulos anteriores de la serie documental y antes de eso desenmascararon los métodos que los servicios especiales de EE. UU. practicaron en la isla durante cinco décadas para desestabilizar al gobierno comunista.

González reveló cómo llegan a Cuba, de forma encubierta, las antenas satelitales y sugirió al gobierno los medios que podían utilizar para sacar a la luz las actividades de espionaje e interceptar los datos cifrados de punto a punto. El contacto con el joven cubano lo mantuvo el fundador de Privaterra, Robert Guerra, cuya misión junto a la de su proyecto, debería de ser la promoción de distintos programas educacionales en el área tecnológica.

Alan Gross, arrestado en 2009 se encontraba, según la justicia cubana, entre los organizadores de la acción subversiva. Presuntamente planificó e implantó el uso de alta tecnología para crear unas redes de comunicación clandestinas encaminadas a “reforzar las provocaciones contrarrevolucionarias” según reza la acusación. Y como fin de este proceso, convertía tácitamente a los opositores cubanos en empleados del gobierno norteamericano, aprovechando los fondos (de hasta 45 millones de dólares en los años fiscales 2009 y 2010) que el gobierno de EE. UU. asignó para los programas de subversión y los casi 20 millones aprobados por el Congreso para el año vigente.


Viejo Condor

RT.net (SIC)


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