Muchos neoyorkinos hoy no se acuestan a dormir con tranquilidad ni calma. Sufren de una verdadera pesadilla: picadura de chinches. Las chinches invaden cada vez más las viviendas de Nueva York, despertando el pánico entre los residentes de la ciudad.
La presencia de estos bichos es casi imperceptible durante el día, pero de noche se revelan produciendo un específico sonido. Alimentándose de sangre humana, impiden el sueño y descanso normal de la gente, cuyo cuerpo se llena de cicatrices de picadas.
Una de las ‘víctimas’, Yvonne Priester, dice que uno puede llegar a volverse loco. “Yo las veo todo el tiempo en la almohada de mi madre. Ella las aplasta, dejando manchas de sangre en las sábanas”. La vivienda de Yvonne está infestada de estos organismos. Su madre, una mujer enferma de 84 años, sufre mucho las picaduras de los insectos.
En el hogar comunitario donde viven, todos los vecinos se quejan del mismo problema. En general, el número de demandas por chinches en Nueva York ha ascendido de 500 a 10.000 en los últimos cinco años. Los exterminadores ya fumigaron las casas, pero las criaturas vuelven a aparecer. Esta gente no tiene más opción que hacer limpiezas a fondo cada cierto tiempo y se ven obligados a tirar bolsas repletas de sus pertenencias infectadas.
Según explica el entomólogo del Museo Estadounidense de Historia Natural, una de las razones por las que esta plaga se está desarrollando, es que los ciudadanos no saben qué hacer para eliminarlas. “Una vez me encontré en una habitación en la que había cientos de miles de chinches. Es realmente un problema muy grave. A veces la gente se ve obligada a deshechar hasta sus muebles, que han sido alcanzados por la plaga”, subraya el especialista.
Los expertos aún no han podido averiguar ni el origen de las chinches, ni por qué se multiplican día tras día. Estos insectos no sólo están invadiendo la ciudad de los rascacielos, han empazado a desarrollarse también en otras ciudades a lo largo y ancho de Estados Unidos.
La historia de Yvonne es un ejemplo estremecedor de cómo la plaga puede arruinar la vida de las personas. Ella es una mujer que se considera muy religiosa, pero ahora se rehúsa a ir a la iglesia, por miedo a que los otros feligreses se burlen de ella.
Las chinches se han convertido en la pesadilla de Nueva York, que durante el día proyecta una imagen de ciudad sofisticada y por la noche se convierte en un infierno de insectos de colchón.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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