martes, 1 de marzo de 2011

La caída de Gadafi es inevitable

En entrevista concedida a RIA Novosti, el colaborador del Instituto de Estudios Orientales de la Academia rusa de Ciencias, Vitali Naumkin, analiza las posibles consecuencias de las revoluciones en el mundo árabe, entre todo en Libia.

- ¿Cómo le parece, la revolución en Libia la inició el pueblo, o fue provocada por la influencia extranjera?
Vitali Naumkin: No, no me parece que fuera orquestada desde fuera. A mi juicio, es una auténtica revolución. Comoquiera que la llamemos – revolución, sublevación – es un movimiento multitudinario y no fue organizado desde fuera. No fue organizado como tal porque fue un movimiento paulatino desde abajo hacia arriba.

-La gente más pobre no pudo aguantar más. Pero ¿por qué hoy? ¿Por qué no el año pasado? Es que el año pasado su vida fue igual de mala.

V.N.: Sucedió lo que sucedió. En Túnez, en Egipto. Creo que lo de Egipto influyó mucho. Que sucede en Egipto, repercute en todo el mundo árabe. Egipto siempre ha sido uno de los países más importantes de la región, siempre sirvió de modelo para otros países árabes.

-Lo de Egipto, ¿también es una revolución popular?
V.N.: Creo que la revolución en Egipto fue una combinación del descontento de la población, la actividad subversiva de unos grupos bien organizados dentro del país y a lo mejor la influencia extranjera. No soy partidario de teorías de conspiración porque todas las rebeliones son locales, pero una cosa me está clara: Egipto influyó en lo de Libia.

-¿Qué puede decir sobre el régimen de Gadafi? ¿Acaso ha perdido el control en el país?
V.N.: Primero, creo que no controla ni a sí mismo. Es cierto que ha perdido el autocontrol, porque es una vergüenza que mate a sus compatriotas con artillería pesada y otras armas. Es un crimen. Y recurriendo a los mercenarios africanos, comete otro delito grave contra su propio pueblo. Si es un auténtico revolucionario beduino, como siempre se refería, entonces es una vergüenza.

-¿Cuánto más aguantará? ¿Unos días, unas semanas?
V.N.: Es difícil hacer pronósticos sobre el Oriente Próximo porque la región es absolutamente impredecible. Dados los recursos de Gadafi, a lo mejor aguantará algún tiempo, pero estoy seguro que su caída es inevitable. Casi todos los países árabes le odian y nadie le apoyará, a excepción de algunas tribus, parte de su entorno y unas personas que se lucran de su posición.

-Parece que Gadafi está a punto de perder. Sin embargo, algunos expertos afirman que Libia esta al borde de una guerra civil. ¿Cree que es posible? Gadafi se fugará a Venezuela o a algún otro país ¿y en Libia estallará guerra civil?

V.N.: Es posible pero no exageraría esta posibilidad. Hay bastantes partidarios de la oposición en Tripolitania, y Libia históricamente está integrada de tres regiones, Fezzan, Cirenaica y Tripolitania. Los tripolitanos solían apoyar a Gadafi. Y el este de Cirenaica fue la región más leal al antiguo rey. Pero hoy es obvio que la población, mayoría de la cual reside en Tripolitania, está en contra de Gadafi. No se puede descartar la posible Guerra Civil en Libia, sin embargo creo que es posible mantener su integridad y la gente puede unirse.

-¿Cómo le parece, la revolución libia es la última en Oriente Próximo, o algo parecido puede ocurrir en otros países? Según algunos expertos, la revolución puede propagarse a los países del Oriente Próximo, el Asia Central y hasta el Cáucaso y el sur de Rusia.
V.N.: En mi opinión, la situación en Oriente Próximo no es una carrera de caballos y no se puede apostar a quién será el siguiente. Existen varios regimenes políticos, varios estados y espero que eviten el destino de los regimenes derrocados. Pero para otros países árabes, donde todavía no se ocurrió lo de Egipto y Libia, por ejemplo Yemen, es menester mejorar la situación social-económica y política para que la gente disfrute de libertad, igualdad y tenga oportunidad de participar en la vida política.

-¿Así que podemos ser optimistas?

V.N.: Sí, en cierto grado podemos ser optimistas. La situación no es tan desesperada. Creo que la nación árabe es una civilización muy rica, con un gran potencial para desarrollarse y lograr cambios positivos en sus países.


Viejo Condor

RIA Novosti (SIC)


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