El ingeniero iraquí Rafid Ahmed Alwan al Janabi, cuyas confesiones sobre la existencia de armas químicas y biológicas en Iraq fueron decisivas para la invasión de 2003, admitió en una entrevista con el diario británico The Guardian haber mentido para provocar la caída de Sadam Husein.
Al Janabi, apodado como “Curveball” por los servicios de inteligencia de Alemania y EEUU, escapó a Occidente en 1995. A día de hoy, no se arrepiente en lo más mínimo de haber mentido sobre plantas secretas de armas químicas y estaciones móviles de armas biológicas en Iraq y afirma que “habría vuelto a hacerlo sin lugar a dudas”.
Negó en términos categóricos que su motivo fuera obtener asilo político en Alemania. “Mi deber era hacer algo por mi país, lo hice y estoy satisfecho porque Iraq ya no tiene a un dictador”, aseguró.
EEUU y sus aliados lanzaron una operación militar contra Iraq en marzo de 2003, alegando la existencia de armas de exterminio en masa en poder de Sadam Husein. El entonces secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, mencionó a Al Jabani como fuente de esa información al intervenir en febrero de 2003 ante el Consejo de Seguridad de la ONU pero un año más tarde reconoció que eran datos no confirmados e imprecisos. Fuentes independientes no corroboraron hasta la fecha que el antiguo régimen iraquí tuviera armas de destrucción masiva.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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