viernes, 6 de abril de 2012

Argentina, Islas Malvinas y Sudamérica: Una propuesta de defensa antimisiles


Este 2 de abril se cumplen 30 años del día en que la Argentina recuperó las Islas Malvinas tras cumplirse casi 150 años de ocupación ilegal inglesa. Este día en 1982 fue también el comienzo de la guerra por el archipiélago malvinense que terminó con la victoria británica el 14 de junio de ese año después que el Reino Unido enviase una fuerza aeronaval para reconquistar las Malvinas. Si bien es la política del gobierno argentino el recuperar las Islas Malvinas a través de una vía diplomática y negociada, es a la vez fundamental que Argentina negocie desde una posición de fuerza. Esta posición ha de verse respaldada no sólo por un sólido apoyo diplomático por parte de la comunidad internacional en general y latinoamericana en particular, pero también por un sistema defensivo nacional y regional capaz de derrotar un ataque aeroespacial.  

Después de la reportada amenaza por parte de la entonces primera ministra británica Margaret Thatcher de desencadenar un ataque nuclear estratégico contra la ciudad argentina de Córdoba durante la Guerra de las Malvinas, sería recomendable que se estableciese un sistema de defensa antimisil (DAM) para defender a la Argentina contra un ataque de misiles balísticos. Por lo costoso que sería y para hacerlo más efectivo en sus propósitos defensivos, este sistema de defensa antimisil se podría hacer extensivo a la parte centro-este de Sudamérica incluyendo además de la Argentina a Brasil y a aquellos países interesados, constituyéndose en un sistema de defensa antimisil sudamericano. El sistema de DAM sudamericano podría proteger además a Sudamérica de un lanzamiento de misil balístico accidental, defender al continente sudamericano de un misil balístico intercontinental cuya trayectoria se desviase accidentalmente por error de su sistema de navegación o que se desviase de su objetivo original de forma deliberada por efecto de contramedidas por parte de una potencia nuclear en guerra. El sistema de DAM sudamericano también podría proteger a las principales capitales y centros financieros de Sudamérica de un ataque con misiles balísticos armados con bombas de pulso electromagnético, cuyo propósito sería destruir todos los sistemas y aparatos con componentes microelectrónicos para paralizar los centros urbanos afectados.     
El sistema de DAM sudamericano tendría como propósito hacer respetar el Tratado de Tlatelolco que le prohíbe a las principales potencias nucleares del mundo, incluyendo al Reino Unido, el usar armas nucleares o amenazar con su uso contra los países latinoamericanos y caribeños miembros del tratado. En el sistema de DAM sudamericano existiría un medio defensivo que protegería no sólo a los argentinos sino a toda Sudamérica de un ataque nuclear. Debe de considerarse que de haber sido destruida la ciudad de Córdoba por una bomba nuclear inglesa de 800 kilotones durante la Guerra de las Malvinas, no sólo la Argentina se hubiese vist
o afectada por la contaminación de una nube radiactiva pero también los países vecinos por el flujo de los vientos, incluyendo probablemente a Paraguay, Uruguay y Brasil. La contaminación radiactiva no sólo hubiese a la larga matado con tipos de cáncer a segmentos de la población de las regiones afectadas por la radioactividad producto del ataque nuclear inglés, pero hubiese causado mutaciones genéticas y deformidades en nuevas generaciones, además de contaminar el medio ambiente, a los animales domésticos, aves migratorias, etc.
El Reino Unido podría amenazar nuevamente con lanzar un ataque nuclear contra Argentina, a modo de chantaje nuclear, para que no actúe en contra, por ejemplo, de las ambiciones inglesas de establecer un nuevo imperio  antártico a costa de los  intereses argentinos en la Antártida y el Atlántico Sur. Tal amenaza se haría efectiva con las fuerzas de misiles balísticos intercontinentales lanzados desde submarinos Trident II D-5, que tienen un alcance máximo de 12,000 km y llevan 3 ojivas nucleares estratégicas de 100 kilotones cada una y una precisión de 90 metros. Los 4 submarinos de propulsión nuclear ingleses de la clase Vanguard llevan 16 misiles balísticos Trident D-5 cada uno, portando normalmente 48 ojivas nucleares estratégicas. Empero, algunos de estos misiles van armados con una sola ojiva nuclear táctica de 10 kilotones para destruir objetivos “subestratégicos”. Dichos misiles Trident D-5 portando una ojiva de 10 kilotones podrían tener un alcance máximo de hasta 14,000 km y una mayor precisión, probablemente de 45-50 metros o menos.
El Trident D-5 armado para una función  “subestratégica” podría ser utilizado contra objetivos militares argentinos en caso de una nueva guerra en que los ingleses sufriesen pérdidas considerables. Por su gran alcance, el misil Trident D-5 puede ser lanzado desde el Atlántico Norte siguiendo una trayectoria balística cuyas etapas pasarían por encima del Brasil en su ruta contra la Argentina. Hay que añadir que submarinos de propulsión nuclear y ataque del Royal Navy británico podrían también lanzar misiles crucero Tactical Tomahawk Bloque IV armados con ojivas convencionales, de un alcance de 1,500 km y una precisión de 10 metros contra elementos del sistema de defensa antimisil emplazados en Argentina para inutilizarlo y abrir así una ventana para un ataque nuclear. Los submarinos ingleses lanzarían sus misiles crucero desde el Atlántico Sur o inclusive desde el Océano Pacífico en ataque sorpresa en que los Tactical Tomahawk - que probablemente pueden volar a una altura de 10,000 metros o más - sobrevolarían los Andes - cuya altura promedio son 4,000 metros - en ruta a sus objetivos en suelo argentino.     
Un sistema de defensa antimisil sudamericano podría utilizar elementos suministrados por Rusia, pues no sería confiable adquirir sistemas europeos en vista de la experiencia de la Guerra de las Malvinas, cuando Francia y Alemania dieron al Reino Unido la información técnica de funcionamiento de los sistemas de armas adquiridos por Argentina a estos. Elemento clave del sistema de DAM junto a un avanzado radar de alerta temprana de gran alcance y muy alta frecuencia (VHF) es un sistema de misiles de defensa contra misiles balísticos. Un candidato es el futuro sistema ruso S-500 de defensa antiaérea y antimisil que podría estar en servicio para el 2020 y estar disponible para la exportación unos años después. Este tendría un alcance máximo de 600 km contra aviones y capacidad para derribar misiles crucero. Misiles superficie-aire del sistema S-500 podrán además interceptar vehículos de reentrada armados con ojivas nucleares desplegados por misiles balísticos intercontinentales a una altura máxima de 150 km, antes de cruzar la llamada Línea de Kármán, a 100 km de altura, que separa el espacio exterior de la atmósfera.
  
Viejo Condor

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