La ciudadana francesa Clotilde Reiss, retenida en Irán durante casi un año acusada de complot contra el Gobierno iraní y espionaje, partió de Teherán a casa. El fallo del tribunal revolucionario la sobreseyó el cargo principal y la liberó luego que pagó la multa por su participación en manifestaciones de protesta en junio de 2009.
La pena de 10 años de prisión con la que la amenazaba la justicia de la República Islámica fue sustituida por una multa de 285 mil dólares. El abogado de la mujer abonó la suma en reales iraníes (3 mil millones) el sábado 15 de mayo. Dicha cantidad debería compensar el perjuicio que habría sufrido la República por la actuación de Reiss que “provocó disturbios” durante el período electoral.
La justicia iraní no logró probar ante el tribunal la culpa de Reiss en el cargo de espionaje ni la existencia de un complot contra el gobierno electo. Sin embargo, las normas legislativas del país no admiten que ciudadanos extranjeros participen en manifestaciones populares y la actuación “instigadora” de la joven profesora, aunque se sintiese involucrada en los problemas de la sociedad iraní, fue considerada argumento de delito.
Todo el tiempo sintió el respaldo del mandatario de su país nativo, Nicolas Sarkozy, mientras estaba en arresto preventivo y después de su permanencia forzada en la embajada francesa en Teherán con el compromiso de no salir. El domingo, al saber de la liberación de la mujer, el presidente francés envió por Reiss un avión gubernamental que la esperó en Dubai. Va a recibirla personalmente, junto a su familia en su palacio presidencial horas más tarde, el mismo día de su llegada
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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