viernes, 19 de abril de 2013

Rusia lanza al espacio su primer biosatélite desde 2007


Cohete lanzador Soyuz-2.1a (archivo)
Bion-M1
Rusia realizó hoy un exitoso lanzamiento del biosatélite Bion-M1, el primero en seis años, con roedores, lagartijas, peces, microorganismos y plantas a bordo, informó la agencia espacial rusa Roscosmos.
“Es el primer biosatélite ruso lanzado desde 2007”, resaltó un portavoz de Roscosmos.
El lanzador Soyuz-2.1a despegó a las 10.00 GMT desde la base espacial rusa de Baikonur, en el territorio de Kazajstán. Pocos minutos después, Bion-M1 se separó de la tercera etapa del cohete para entrar en la órbita prevista, a unos 575 kilómetros sobre la Tierra. Varios microsatélites incorporados a Bion-M1  – los alemanes Beesat-2, Beesat-3 y SOMP, el estadounidense DOV-2 y el ruso Aist – se irán separando en los próximos días.
En el biosatélite viajan ocho gerbillos de Mongolia. Varios ejemplares de la misma subfamilia de roedores ya pasaron dos semanas en la órbita a bordo del satélite Fotón-M3, en 2007, contó el subjefe científico del proyecto, Evgueni Ilyín. Ahora, los científicos se proponen evaluar cómo influye en estos animales una permanencia más prolongada en las condiciones de ingravidez.
Entre los tripulantes de Bion-M1 también hay 45 ratones “genéticamente puros”. El estudio de su genoma permitirá observar cualquier cambio genético. También hay gecónidos, peces de la familia de cíclidos, microorganismos y plantas.
En el exterior del biosatélite se colocaron meteoritos artificiales: láminas de basalto con pequeños orificios dentro, una especia de túneles que contienen esporas de bacterias. Durante el descenso, se someterán a temperaturas de miles de grados Celsius, altibajos de presión y otras sobrecargas que acompañan la caída de un meteorito natural.
El programa de la misión prevé diversos experimentos biotecnológicos, en particular, para comprobar la biodegradación de servilletas, vendas, ropa y otros materiales que se van acumulando durante vuelos espaciales.
“Intentaremos disolverlos con la ayuda de microorganismos. Ello permitiría transformar grandes pesos y cantidades en otros, menores”, explicó Ilyín.

Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)

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