Existen unas 30 especies de cormoranes. Vive en lagos y estuarios así como en las costas, y construyen su nido en acantilados o en árboles. Tienen un tamaño de hasta 90 centímetros de largo, y se los puede encontrar en aguas dulces y costas de todo el mundo.
Los cormoranes se alimentan de los peces que capturan bajo el agua. Se impulsan principalmente con las patas y pueden zambullirse durante más de un minuto, alcanzando una profundidad de aproximadamente 10 metros.
Pero los pescadores de la provincia rusa de Sarátov, localizado en el Distrito Federal del Volga, afirman que estos pájaros destruyen no sólo los peces, sino también la flora local.
Cabe destacar que a diferencia de la mayoría de las aves acuáticas, sus plumas no son por completo impermeables, por lo que al mojarse aumenta el peso del pájaro que les permite hundirse más y bucear con facilidad. Una vez en tierra, extienden sus alas para secarlas. Además, regulan el volumen de sus sacos aéreos.
A estas aves los comparan con los lobos. Los cormoranes aparecieron en la región hace siete años. Según los pescadores, cada año su población aumenta en 2.000 ejemplares. Este año habría alcanzado los 20.000.
Yuri Rassashanski, empleado del departamento de pesca de la provincia de Sarátov, dice al respecto: “Al igual que un lobo este pájaro no se sacia nunca. A veces come tanto que ni siquiera logra echar a volar: corre, se para, expulsa una parte de lo que ha ingerido y asi alza el vuelo.”
Así los cormoranes son capaces de terminar con todos los peces de un estanque. La inspección de pesca de la provincia afirma que estas aves están destruyendo los recursos naturales. Además de capturar los pescados, estos alados, no comestibles, trasmiten parásitos y destruyen la vegetación con sus excrementos venenosos. En estas condiciones es lógico que el aumento de su población en la provincia de Sarátov preocupa a los pescadores locales.
Una de las propuestas que desarrolla la administración es según Alexánder Bútov, jefe del departamento de pesca de la provincia de Sarátov quien dice que en primavera destruyen los huevos y en otoño cazamos a los pájaros adultos.
Las autoridades locales incluso han fijado una recompensa por cada cormorán cazado. Pero la experiencia de las regiones vecinas demuestra que la caza no controlada de cormoranes provoca mayores problemas.
Ígor Shopen, consejero del gobernador de la provincia de Sarátov considere: “Hay que hacer algo con los pájaros muertos, recogerlos de algún modo. ¿Se imaginan qué consecuencias podría haber si las aguas del río se llenaran de pequeños cadáveres?”
Sin embargo, los defensores de las aves afirman que hasta ahora no se ha efectuado ningún cálculo serio para determinar el verdadero número de cormoranes.
Andréi Varlámov, vicepresidente de la Organización No-gubernamental regional Unión para la defensa de las aves rusas asegura: “Los han convertido en chivos expiatorios. Hoy no les gustan los cormoranes, mañana arremeterán contra los carboneros y después contra los pájaros carpinteros ya que perforan los árboles.”
En poco tiempo esta raza de aves migrará hacia el sur para pasar allí el invierno. En primavera pocos esperarán aquí su regreso con impaciencia. Y por ahora los pescadores siguen saldando cuentas con la competencia..
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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