En una planta atómica el nivel de radiación es más bajo que en el centro de algunas capitales del mundo. Así lo aseguran los empleados de una de las centrales nucleares de Rusia, la Estación Nuclear de Kalinin, -región de Tver-, añadiendo que ya están cansados de la gran cantidad de mitos que rodean su oficio.
"La producción de energía atómica está basada en experimentos científicos, es una industria de gran insumo laboral. Algunos creen que las plantas pueden hacer daño a la gente que vive cerca. Eso es impensable. Primero, hay que estudiar a fondo el asunto para poder opinar con declaraciones tan drásticas como las que a veces escuchamos", comenta Valeriy Voronin, jefe de una de las jornadas de la Estación Nuclear de Kalinin.
A pesar de las preocupaciones, en la última década la actitud de la gente hacia la energía nuclear ha ido cambiando. Tras la explosión en Chernóbil, todo el mundo deseaba encontrarse lo más lejos posible de cualquier cosa que tuviera que ver con átomos.
Pero los estímulos económicos y la ocupación laboral de una gran cantidad de personas en el sector hicieron que este problema fuera visto con otros ojos. Pero más que nada en la opinión pública, influyeron los indudables avances en la seguridad nuclear.
"La tragedia de Chernóbil ha demostrado a todo el mundo que las consecuencias de la falta de seguridad pueden ser desastrosas e irreversibles. Pero desde entonces el sector ha cambiado mucho. Se realizaron numerosas reconstrucciones importantes para aumentar la eficacia de los reactores y hacerlos más seguros", dice Igor Solomasov, jefe de una de las jornadas de la mencionada estación nuclear.
La fiabilidad y seguridad de las plantas rusas las hace buenas competidoras en el mercado. Rusia ha ganado la mayoría de las licitaciones internacionales de centrales atómicas que tuvieron lugar en los últimos años. Le han concedido obras en la República Checa, la India, Turquía e Irán. La quinta parte de las instalaciones nucleares en el mundo se construyen según diseños rusos. El factor humano aquí sigue siendo de gran importancia.
"Los especialistas plantean ejercicios que reproducen una situación de emergencia, como si ocurriera un accidente. Todos los empleados practican paso a paso su reacción. Si hay algún fallo, se vuelve a empezar el entrenamiento", explica Valeriy Voronin, viceresponsable de una de las jornadas de la estación de Kalinin.
La construcción de una planta atómica por una empresa en el extranjero supone el constante apoyo técnico de los especialistas que la proyectaron. La aplicación de nuevas tecnologías, la gran experiencia y sobre todo la capacidad de las actuales instalaciones atómicas para resistir las peores amenazas, crean la buena reputación que poseen los ingenieros de la energía nuclear en Rusia.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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