La noticia divulgada por algunos medios de comunicación sobre la inauguración de un restaurante caníbal en la capital alemana, Berlín, ha resultado ser una broma de vegetarianos.
Hace dos semanas hubo una gran agitación en Internet y en las redes sociales ante una publicidad que informaba sobre la próxima inauguración de un restaurante que, en sus anuncios en una página web, buscaba donantes para ofrecer especialidades caníbales a sus clientes.
Se trataba del restaurante Flimé, que abriría el próximo 8 de septiembre en Berlín con una propuesta insólita: cocina caníbal.
"Tras una revisión médica puede usted decidir qué parte de su cuerpo está dispuesto a donar", indicaba en su página web www.flime-restaurante.com.
El empresario brasileño promotor de nueva cocina Eduardo Amado aseguraba que en su local se harán menús basados en la cocina tradicional de su país y en las supuestas costumbres culinarias de una tribu amazónica. "Es la cultura wari", dijo Amado.
En el apartado de 'Cómo hacerse socio', el restaurante Flimé señalaba que los candidatos tenían que rellenar un formulario y pasar una revisión médica.
Los atrevidos donantes tenían que elegir qué parte de su cuerpo escogían para el fuego y el plato. Flimé aseguraba que se haría cargo de los costes de hospitalización.
Además, el establecimiento ofrecía asimismo la descarga de un formulario con los datos personales del donante potencial, como la identidad, la edad, posibles enfermedades crónicas, consumo de tabaco, drogas y alcohol, el peso y grupo sanguíneo, y hasta si se estaba embarazada.
En realidad, todo se trataba de una broma y parte de una campaña publicitaria de la Federación Vegetariana Alemana, que quería llamar la atención sobre la apertura de sus nuevas oficinas centrales en Berlín.
"La Federación Vegetariana existe desde 1892, pero nunca habíamos logrado despertar tanto interés como ahora", señaló hoy Sebastian Zösch, gerente de la asociación.
Este reconoció que el restaurante Flimé no fue más que un invento para atraer las miradas hacia el movimiento gastronómico que dirige. Zösch comentó que su asociación lo inventó todo, hasta Eduardo Amado, el ficticio propietario del restaurante caníbal.
La oficina del senador de Sanidad de Berlín ya había expresado sus dudas sobre que el restaurante Flimé llegara alguna vez a abrir sus puertas y al conocer la noticia sospechó que podría tratarse de una broma de mal gusto.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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