lunes, 10 de mayo de 2010

Alianza energético-militar: Chavez y Putin desafían en el Patio Trasero


Rusia y Venezuela alcanzaron un nuevo nivel de acuerdo estratégico con el encuentro de Chávez y el "hombre fuerte" de Rusia, el primer ministro Wladimir Putin. En la reunión de este viernes en Caracas se selló una "profundización de los acuerdos militares", que incluiría un aumento de la cooperación entre las fuerzas armadas de ambos países. Y un proyecto de desarrollo de energía nuclear con "fines pacíficos". Washington, preocupado, mira los acontecimientos haciendo "silencio de radio".

El En su primera visita oficial a Venezuela, el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, firmó con el presidente Hugo Chávez 31 acuerdos en materia energética, agrícola, educativa, comercial y tecnológica con el fin de "hacer que el mundo sea multipolar", según las palabras del líder ruso.

Rusia y Venezuela formalizaron un acuerdo energético por valor de US$20.000 millones para invertir en los próximos 40 años en la explotación del campo Junin 6 de la Faja Petrolífera del Orinoco.


El presidente venezolano informó además que se iniciaron conversaciones sobre la posibilidad de generar en Venezuela, con la ayuda de Rusia,
energía nuclear "con fines pacíficos", sin aportar más detalles sobre el mismo.

Según Steven Eke, experto del servicio ruso de la BBC, "Rusia ve a Venezuela como un país importante en términos de intercambio de energía y como un mercado importante para las armas rusas. Ambos liderazgos han hablado con frecuencia de la necesidad de alejarse de lo que llaman un mundo unipolar, o sea, el dominio global de Estados Unidos".

Chávez recibió con honores al visitante en el palacio de gobierno, donde se desplegó una tropa de soldados en los actos protocolares. El presidente venezolano y Putin suscribieron convenios de defensa, industria espacial, energía y agricultura.

Ambos países producen y tienen en conjunto en sus napas un 15% del petróleo mundial, y Venezuela
lideraría en reservas, aún más que Arabia Saudita, cuando certifique yacimientos de la Faja del Orinoco, aunque es un crudo de menor calidad que el de Medio Oriente.

PDVSA de Venezuela y Gazprom, Lukoil, Rosneft, TNK-BP y Surgutneftgaz acordaron una empresa mixta para producir y mejorar el crudo de la Faja. Allí, la firma estatal venezolana tendrá 60% de las acciones y Rusia 40%.

El objetivo es construir la infraestructura para producir 450 mil barriles diarios de crudo pesado en el llamado Bloque Junin 6, al Este del país, en 5 años e invirtiendo 30.000 millones de dólares. También, convertir el crudo pesado en otro sintético de mejor calidad.

La visita de Putin, primera a Venezuela, fue calificada de "histórica" en Caracas.

El "hombre fuerte" ruso visitó el buque escuela Kruzenshtern, recibió una réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar, las llaves y la condición de "huésped ilustre" de Caracas, realizó una ofrenda en el Panteón nacional y estuvo varias horas en el Palacio de Miraflores.

Los nuevos acuerdos buscan profundizar los proyectos y acuerdos estratégicos ya emprendidos por Caracas y Moscú. Según Chávez , se seguirá ampliando
"el factor seguridad y defensa" con los nuevos acuerdos.

El presidente venezolano visitó dos veces Rusia en 2008, donde suscribió acuerdos estratégicos con Moscú, y el presidente, Dmitri Medvedev, le respondió viajando a Venezuela para un encuentro histórico con Chávez a fines de noviembre del año pasado.

Se trató -señalaron analistas rusos- de una jugada demostrativa de que Moscú había resuelto elevar la apuesta de su desafío militar llevándola al propio "patio trasero" de Washington.

No obstante, y disimulando la preocupación, en Washington tomaron irónicamente la visita de Putin a Venezuela.

El vocero del Departamento de Estado, Philip Crowley, dijo que el país sudamericano debería ocuparse de asuntos terrestres y no "extraterrestres", por ejemplo de sus "cortes de energía eléctrica" y no del acuerdo espacial firmado ayer en Caracas. Venezuela ya lanzó un satélite con ayuda de China y ahora busca un acuerdo en ese campo con Rusia.

Hay un precedente inmediato que vuelve a resurgir con la visita de Putin a Venezuela: La instalación de la base militar rusa en Venezuela que Chávez anunció en su última visita a Moscú (en el 2008) y que luego hubo de desmentir ante la reacción que generó en Washington.

Con las visitas de Medvedev y de Putin, Rusia parece querer demostrar que si EEUU puede operar cerca de las fronteras rusas, Moscú puede hacer lo mismo en una región considerada por los estadounidenses como su "patio trasero".

A fines de noviembre pasado Chávez recibió en Caracas al presidente ruso, Dimitri Medvédev, en carácter de "gran aliado estratégico" mientras la flota rusa realizaba su primer ejercicio militar con la armada de Venezuela.

La agenda rusa de la actual visita del primer ministro Putin en el continente incluye desde acuerdos comerciales y ventas de armas hasta planes de instalación de programas y usinas nucleares. Las operaciones rusas en América Latina todavía no han recibido una respuesta concreta de Washington, que permanece en "silencio de radio".

Alianza estratégica

Rusia se ha convertido en el principal proveedor de armas para toda la región desde 2009 gracias a convenios con distintos países, lo que desplazó al tradicional país de suministro, EEUU.

Desde 2005, Venezuela ha comprado armamento ruso -aviones, helicópteros y fusiles Kaláshnikov, entre otro material bélico- por un total de US$ 4.000 millones.

El presidente venezolano mantiene una alianza estratégica (de orden comercial y militar) tanto con Irán como con Rusia y China, potencias capitalistas emergentes que compiten con el eje USA-UE por el control de las redes energéticas y las reservas petroleras del triángulo Eurasia-Cáucaso-Medio Oriente, en una versión aggiornada de la "guerra fría" por áreas de influencia, esta vez protagonizada a niveles intercapitalistas.

En América Latina, la opinión generalizada es que Washington se toma muy "en serio" las movidas rusas e iraníes de "infiltración" en su patio trasero, ya sea por medio de la venta de armas o de las alianzas comerciales, a las que en noviembre del año pasado se agregó la presencia de la flota rusa en el Caribe.

Expertos que manejan información confidencial en Washington vienen advirtiendo que las claves del golpe de Estado en Honduras y el incremento de la presencia militar USA en Colombia (bases militares) se encuentran en la creciente influencia (militar y comercial) rusa en América Latina y en su alianza estratégica con Venezuela.

La "cumbre" Medvedev-Chávez, a fines del año pasado, formó parte del decorado de una estrategia para integrar a Chávez como nuevo jugador en el tablero de la "guerra fría" Washington-Moscú, donde América Latina y la región petrolera del Caribe se convierten en un nuevo posible escenario de la guerra por el control de la energía entre Rusia y EEUU.

Los nuevos acercamientos de Chávez a Moscú se visualizan como una ampliación de su alianza estratégica con el eje Moscú-Teherán que además podría incluir (así lo perciben en Washington) nuevas relaciones de cooperación militar como la instalación de bases militares rusas en Venezuela y nuevos ejercicios militares conjuntos en aguas del Mar Caribe.

En este escenario, y dentro de una creciente escalada del conflicto con el gobierno de Uribe, esta vez se interpreta la visita de Chávez a Rusia como una respuesta directa a la re-militarización de Colombia por parte de EEUU, y una búsqueda de alternativa por parte del presidente bolivariano de lo que interpreta como una "amenaza directa" a Venezuela.

No obstante de que Chávez es el principal socio comercial y le vende casi todo el petróleo venezolano a EEUU, los halcones judeo-estadounidenses del Pentágono y del Departamento de Estado (que manejan las políticas militares y las hipótesis de conflicto externo de Washington) no miran ni analizan a Chávez desde una perspectiva exclusivamente latinoamericana.

El presidente venezolano mantiene una alianza estratégica (de orden comercial y militar) tanto con Irán como con Rusia y China, potencias capitalistas emergentes que compiten con el eje USA-UE por el control de las redes energéticas y las reservas petroleras del triángulo Eurasia-Cáucaso-Medio Oriente, en una versión aggiornada de la "guerra fría" por áreas de influencia, esta vez protagonizada a niveles intercapitalistas.

Enmarcado en estos hechos, el Pentágono y el Departamento de Estado ven como "potencial peligro" (con posibles ramificaciones en otros países) el desembarco comercial-militar del eje Rusia-Irán en América Latina utilizando a Venezuela como plataforma.


Viejo Condor

IRA noticias (SIC)

Manuel Freytas


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