Recordaré que acorde con el plan del citado Organismo, se le propuso a Irán enviar un 70 % de uranio de baja concentración a su disposición a Rusia para enriquecerlo complementariamente y, acto seguido, a Francia a fin de preparar con éste barras de combustible para su reactor de investigación. Según los autores de esta iniciativa, esto permitiría privar a Irán de la posibilidad de crear una bomba nuclear. Pero las autoridades iraníes en vez de ello exigieron trocar uranio de baja concentración por el de alta concentración, además obligatoriamente en la propia república. Como declaró el miércoles el vocero del Ministerio de Exteriores Ramin Mehmanparast, la postura de Teherán no ha experimentado cambio alguno. Irán, igual que antes, está dispuesto a cambiar por etapas combustible nuclear, puntualizó el diplomático. Según él, ellos no han recibido de momento respuesta oficial a su propuesta y van a esperarla 10 días más. De no ser aceptada esta propuesta, estamos dispuestos a proseguir en las conversaciones sobre el particular, informó Mehmanparast. ¿Qué puede ocultarse detrás de tal postura de Teherán? El parecer de nuestro experto Andrey Volodin:
Esto significa la flexibilidad de la posición de Irán y, a la vez, la comprensión de que la comunidad mundial no acierta hasta ahora a crear un frente único contra este país. De ahí tal combinación de flexibilidad y de bastante firmeza en su postura. En especial, porque Irán es signatario del Tratado de la No Proliferación de Armas Nucleares. Incluso los militares de Israel valoran con bastante escepticismo las oportunidades de este país de obtener próximamente materiales necesarios para la fabricación de arma nuclear.
De modo que tienen razón, por lo visto, aquellos expertos que ven en la reacción de Teherán a las propuestas de la comunidad mundial acerca de su problema nuclear, un elemento de lucha diplomática con vistas a regatear con Occidente y obtener de éste preferencias y concesiones en las esferas política y económica.
Viejo Condor
Voice of Russia (SIC)
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