martes, 9 de junio de 2009

Pyongyang desarrolla un juego peligroso pero calculado.



Una escalada sin precedentes de la tensión en la península de Corea no es casual, escribe hoy el diario ruso Vremya Novostei. Pyongyang, según este periódico, sigue una estrategia bien pensada que decidió poner en práctica a finales de 2008. El régimen norcoreano llegó probablemente a la conclusión de que las negociaciones con China, Corea del Sur, EEUU, Japón y Rusia, que ya se prolongan por sexto año, no le permiten plasmar las prioridades estratégicas.

Mediante un acuerdo alcanzado en 2005, Corea del Norte aceptó renunciar a su programa nuclear a cambio de firmes garantías de seguridad, reconocimiento por parte de EEUU, reconciliación con Corea del Sur y asistencia económica. Dio una serie de pasos reales en esta dirección, incluido el cierre del reactor nuclear de Yongbyon, pero sólo recibió promesas a cambio, hasta concluir que el verdadero objetivo de Occidente sigue siendo el cambio del régimen en Pyongyang.

Corea del Norte desarrolla ahora un juego peligroso pero calculado. Difícilmente admitirá que la escalada de tensión escape a su control. Está dispuesta a continuar indefinidamente en la posición de "fortaleza asediada" y enfrentarse a las sanciones internacionales de cuya gravedad dependerá la ulterior reacción de Pyongyang, que podría incluso decantarse por un abandono provisional de la ONU.

Tras subir las apuestas y dar una lección a los "novatos" en Washington, Pyongyang podría condescender a las negociaciones. Con todo, el listón ya se encuentra a una altura muy superior. Corea del Norte ya no renunciará al rango de país nuclear. El máximo resultado que se puede esperar de ella es que ponga freno a sus programas de armas nucleares y misiles, siempre y cuando se le ofrezca una compensación sólida a cambio. La construcción de una central atómica será una de las condiciones insoslayables pero, además de la ayuda económica, Pyongyang demandará de Washington garantías reales, comprobables e irreversibles de su seguridad.

Ahora que Corea del Norte ha subido el grado de la tensión, EEUU tendrá que aceptar tarde o temprano una fórmula de compromiso. Sin embargo, el acuerdo bilateral será inestable, si no se sustenta sobre garantías internacionales en el marco de las negociaciones a seis bandas, para construir un nuevo sistema de paz y seguridad en la península de Corea.


Viejo Condor

RIA Novosti (SIC)

Vremya Novostei

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