jueves, 13 de septiembre de 2012

El asesinato de embajador de EEUU en Libia, demuestra los riesgos de colaborar con extremistas



Ataque contra el consulado de EEUU en Bengasi



El asesinato del embajador de Estados Unidos Cristopher Stevens durante el ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi, comprobó el peligro que supone apoyar a las organizaciones extremistas islamistas, destaca hoy la prensa moscovita.
Bajo el título, “La revolución Libia devora sus progenitores” el diario Kommersant citó las emotivas declaraciones  de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton al comentar lo sucedido: “¿cómo pudo ocurrir? ¿Cómo pudo pasar en un país que ayudamos a liberar, en la ciudad que ayudamos a salvar de la destrucción? Esto demuestra lo complejo y desconcertante que puede llegar a ser el mundo”, dijo.
Según diversas fuentes, el ataque contra el consulado de Bengasi fue perpetrado por militantes de la agrupación Ansar ash Sharia, una de las principales fuerza de ataque de la insurgencia creadas durante la guerra civil en Libia, y que recibió importante ayuda de países occidentales, entre ellos EEUU.
El rotativo puso en duda la capacidad de las autoridades libias de cumplir la promesa de que capturarán y castigarán severamente a los responsables, al resaltar que el ataque al consulado  demostró que el gobierno de Trípoli no controlan la situación en la provincia de Cirenaica,  rica en petróleo, y epicentro de la rebelión contra el derrocado y ajusticiado líder libio Maumar Gadafi.
Otros medios de prensa rusos recordaron que tras el triunfo de la revolución libia, al proclamar unilateralmente su autonomía, la provincia Cirenaica prácticamente se separó del resto del país y en su capital, Bengasi,  los insurgentes instituyeron sus propios órganos de poder paralelos a Trípoli.
Según Nesavízimaya Gazeta, el  ataque en Bengasi es la acción de repudio contra EEUU más grave que se produce en los países de denominada “primavera árabe”, donde la caída de los gobiernos seculares no condujeron a la victoria de la democracia, sino que por el contrario reforzó el islamismo y radicalismo en una parte importante de la población.
 Lo que ocurrió en Libia es una señal alarmante para Washington ya que después del derrocamiento de Maumar Gadafi, conocido por su antiamericanismo las relaciones entre EEUU y Libia en lugar de mejorar, han empeorado al máximo. Al respecto los expertos recuerdan que tras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre EEUU y Libia en 2006,  no ocurrieron ataques semejantes, indicó el rotativo.
Medios de prensa en Internet recordaron las recientes declaraciones hechas por el presidente ruso, Vladimir Putin sobre el peligro de colaborar con la guerrilla  Al Qaeda para alcanzar objetivos políticos en Siria.
“Hoy en día hay quienes quieren utilizar a los combatientes de Al Qaeda o a militantes de otras organizaciones para alcanzar sus objetivos en Siria. Es una política muy peligrosa y poco previsora”, señaló el presidente.
Según Putin, es lo mismo que abrir las puertas de Guantánamo y enviar a todos sus reclusos a Siria para que combatan allí.
El presidente ruso afirmó que luego esos ciudadanos arremeterán contra sus benefactores. “Y estos ciudadanos no deben olvidar que será construida para ellos una nueva cárcel similar a la que existe al lado de Cuba”, advirtió.
A juicio de Putin, tales prácticas traen consecuencias muy graves.
“Esto ocurrió durante los acontecimientos afganos, cuando la Unión Soviética envió sus  Fuerzas Armadas a Afganistán, cuando nuestros actuales socios apoyaron allí al movimiento insurgente y, de hecho, crearon Al Qaeda que más tarde arremetió contra Estados Unidos”, concluyó el líder ruso.


Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)

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