jueves, 15 de marzo de 2012

Rusia moderniza la estrategia de su programa espacial



El Gobierno de Rusia presentó recientemente la estrategia de desarrollo de la cosmonáutica nacional hasta el año 2030. La estrategia prevé que en las próximas décadas Rusia debe asegurarse un lugar en la primera “troika” de potencias espaciales.
La estrategia prevé el desarrollo del segmento de prestación de servicios relacionados con el espacio, la creación de nuevas naves, entre ellas de uso múltiple y para vuelos a otros planetas.
Plan para 18 años
De momento, el documento propiamente dicho todavía no ha sido publicado. Es más, incluso en el sitio web de la agencia espacial Roscosmos no hay referencias sobre el particular. Sólo el periódico Kommersant  publicó una breve reseña de la estrategia, citando un documento a su disposición. Lamentablemente, los datos citados no permiten juzgar con detalle las actividades que deben proporcionar las metas deseadas. Por lo demás, tales documentos no se escriben simplemente por los detalles. El objetivo central que se persigue para los próximos decenios es asegurar a Rusia un lugar entre las primeras tres potencias espaciales.
Desde el punto de vista estratégico el programa espacial ruso se desarrollará en tres direcciones. Primero: el desarrollo y aprovechamiento de los aparatos, tecnologías y servicios espaciales. Segundo: la creación de aparatos espaciales tripulados, de carga y naves interplanetarias para la conquista del espacio cósmico, incluidos los transbordadores. Y tercero: la creación de una reserva técnico-científica para un vuelo pilotado a Marte y una estación orbital de nueva generación, ya que la EEI será dada de baja en 2020.
No se puede decir que la estrategia sea completamente inesperada, al contrario: todas las tesis enumeradas fueron citadas en entrevistas y declaraciones hechas por representantes de Roscosmos. Casi todos los problemas de que se habló en los últimos meses se vieron reflejados en el texto, incluida los problemas que supone la compra de equipos y componentes extranjeros, la construcción de un cosmódromo en Rusia y la creación de transbordadores. La parte científica de la estrategia presenta algunos tintes más fantásticos. Sobre el telón de fondo de los últimos fracasos del programa de investigación planetario de Rusia, los planes de vuelos pilotados a la Luna, la exploración de Marte, Venus y Júpiter, y el empleo de los asteroides confieren al documento un corte de ciencia ficción. Pero incluso si nos apartamos de esos planes, la estrategia igualmente produce cierta perplejidad.
Vivir mucho tiempo y feliz
Indiscutiblemente es mejor ser rico y estar sano, que ser pobre y estar enfermo. Pero, por el momento, por deplorable que parezca, debemos constatar que el programa espacial ruso más parece que es pobre y está enfermo. Quiérase o no, Rusia sigue siendo el principal país dedicado al “transporte espacial” y paralelamente, uno de los países menos activos en la exploración espacial, con objetivos económicos o científicos.
El año pasado concluyó la formación del grupo orbital GLONASS y asimismo se lanzaron varios aparatos espaciales con fines diferentes. Por lo demás, el lanzamiento de los aparatos es apenas el principio del asunto, igual que en el caso de GLONASS, hay que tener presente que todavía hay que pensar cómo garantizar el mantenimiento permanente del grupo orbital y de la sustitución de los satélites que queden fuera de servicio, lo que en Rusia no ocurría hace mucho tiempo.
Tras el fracaso de la estación marciana rusa Fobos-Grunt se produjo cierta pausa en el ámbito espacial. Sobre este telón de fondo parece ser más realista el trabajo en las misiones automáticas, cuyos objetivos, serán, por ejemplo, no sólo los buenos resultados científicos, sino también la “larga vida” de los ingenios. Lamentablemente, una de las desgracias de los últimos años de la ciencia nacional no sólo consistió en la poca cantidad de lanzamientos, sino también en la “corta vida” de los aparatos lanzados.
La Luna y seis Peniques
Al parecer todo esto también lo comprenden los autores de la estrategia, aunque la lectura del documento o mejor dicho el relato de ese documento deja la sensación de que de los problemas se habla superficialmente. ¿La ausencia de un cosmódromo propio en Rusia puede echar a perder la cosmonáutica nacional? Difícilmente, las directivas existentes permitan resolver la mayoría de las tareas e incluso, según algunas evaluaciones, hacer algo más. “¿Los asteroides y cometas representan algún peligro para nosotros?” Seguramente debemos protegernos de alguna manera, pero este asunto está lejos de ocupar el primer lugar en la fila de tareas de la ciencia de nuestros días. Incluso la base de elementos de producción extranjera, que indudablemente debe ser sustituida por componentes de fabricación nacional, no representa un obstáculo infranqueable para el desarrollo de la cosmonáutica nacional.
Esas mismas desgracias que “echan a perder” la cosmonáutica nacional se denominan crisis sistémica: desgaste de los equipos, ausencia de especialistas calificados, y divorcio entre las generaciones, incluyendo la falta de objetivos claros del quehacer espacial. Si este último objetivo puede resolverlo una estrategia aparte, los demás “arrastran” la cultura técnico-científica común del país.
Es posible que la estrategia también responda a estos interrogantes, pero mientras no se publique su texto, es imposible juzgar al respecto.
El restablecimiento de la preparación de ingenieros y la creación de una base elemental propia son procesos más bien lentos, de modo que el resultado real podrá verse, por lo visto, no antes del año 2020. Y esto siempre y cuando no cambie la política aprobada hoy y la financiación sea ininterrumpida y suficiente.
A propósito, el presupuesto de la Agencia Espacial Rusa, que en 2012 es del orden de los 140 mil millones de rublos (de ellos unos 104 mil millones corresponden al programa espacial federal), para 2014 deberá ascender a los 174 mil millones de rublos. Podría decirse que es poco en comparación con el presupuesto de la NASA de 17.700 millones de dólares solicitados para el año financiero 2013), pero, de por sí, la propia tendencia es alentadora. Queda poco por hacer: a la par con el aumento del presupuesto obtener buenos resultados.

Viejo Condor
La Voz de RusiA (sic)

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