martes, 15 de febrero de 2011

El reforzamiento militar ruso en las islas Kuriles es garantía de paz

Islas Kuriles
En perspectiva, estamos ante una nueva agudización de las relaciones ruso-japoneses en torno a las islas Kuriles.

Las autoridades rusas anunciaron la puesta en marcha de un programa estructural para el desarrollo de las islas. Entre otras cosas, se trata del reforzamiento de la infraestructura de defensa de las Kuriles ante un hipotético conflicto bélico en la región.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, y ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, ya anunciaron planes sobre el emplazamiento de material bélico en las islas en caso de guerra.

Antecedentes atlánticos

El prolongado contencioso entre Rusia y Japón sobre las Islas Kuriles, en cierto grado recuerda la disputa de las islas Falkland entre el Reino Unido y Argentina. La agudización del conflicto en el océano Atlántico fue precedida a largas negociaciones, e intentos de llevar a cabo tal o cual programa económico conjunto, etc.
Las autoridades argentinas siempre emplearon la cuestión de las Falkland como elemento que les permitió resolver problemas internos, distrayendo la atención de la población hacia la lucha contra el “enemigo extranjero”.

La situación en Japón no es una copia exacta de la de Argentina de los años 50-80 del siglo pasado. Todo cambia. Pero ahora las islas Kuriles del Sur también pueden convertirse en un blanco para redirigir la agresión.

Será tanto más cómoda esta situación, cuanto más tardará Rusia en renovar y amplificar la infraestructura militar y económica de Lejano Oriente que necesita nuevos buques, bases, aeródromos, aviones, otra técnica y, sobre todo, población rusa que pueda vivir y trabajar allí constantemente.

Analizando los antecedentes del dicho conflicto de las Malvinas, se puede constatar que la decisión de las autoridades argentinas de iniciar la operación bélica se debió, en gran medida, a la degradación catastrófica de las Fuerzas Armadas y, sobre todo, de la Marina de Guerra, británicas en 70-80.
Una gran parte de buques grandes caducos condujo a que la flota tuviera más que todo, buques que portaban los VTOL (aviones de despegue y aterrizaje verticales).

¿Con qué cuenta Rusia?

En una situación semejante se encuentran hoy las fuerzas armadas de Rusia. En cuanto al armamento convencional, Japón supera numéricamente el contingente ruso en Lejano Oriente. Asimismo, cuenta con un potencial superior de material bélico moderno en la Marina, Fuerzas Aéreas y Terrestres.

En las Kuriles propiamente, la defensa rusa sólo cuenta con una división de artillería (la única división de tropas terrestres; las demás unidades militares de estas tropas ya han pasado a nivel de brigadas). Esta unidad no es capaz de garantizar la defensa a las islas sin apoyo de la fuerza aéreas, unidades de defensa antimisil y, por supuesto, de la marina de guerra.

No tiene ningún sentido reforzar la defensa de las Kuriles exclusivamente mediante el aumentó de las tropas emplazadas allí. Hace falta un cambio cualitativo de las fuerzas rusas en Lejano Oriente.

Es imprescindible mejorar la infraestructura en las propias islas para que las Fuerzas Aéreas y la Marina, en el caso de necesidad, puedan actuar exitosamente en ese teatro de operaciones de guerra.

También es necesario rearmar la flota del Océano Pacífico, la mayor parte de cuyos buques quedará obsoleta los próximos 15 años. Y los dos buques Mistral que serán enviados al Océano Pacífico no constituyen una solución, porque además, estos buques necesitan una escuadra de buques de ayuda logística fuerte.

La flota del Pacífico necesita con urgencia corbetas y fragatas que además de custodiar los portahelicópteros Mistral también cumplan otras misiones, desde la lucha contra submarinos hasta el apoyo de desembarco de tropas.

En fin, hace falta afianzar la fuerza aérea restableciendo las flotillas permanentes de los aviones de combate rusos en Sajalín. Esto permitiría reaccionar rápidamente a los cambios posibles.

En las Kuriles también se puede emplazar helicópteros de combate y multifuncionales, así como instalar aeródromos de base avanzada que permitan mantener en las islas los cazas siempre listos a actuar.
Crear allí una base aérea permanente para aviones de ataque no tiene mucho sentido porque una base de este tipo sería muy vulnerable.

Si quieres paz, prepárate para la guerra

Todas las medidas mencionadas no son más que planes para futuro, pero es necesario llevarlas a cabo para excluir de plano que los políticos japoneses incluso los más radicales consideren la vía militar como opción para volver el contencioso sobre las Kuriles.

Rusia, por muy sorprendente que parezca, puede verse beneficiada por el conflicto en la península Coreana (que amenaza ahora más a la seguridad de Japón) y, más aún, por el crecimiento del poderío militar de China que tiene también una larga historia de conflictos con Japón.

Si Rusia fortalece considerablemente su capacidad de defensa en las islas, los políticos japoneses, posiblemente, centrarán su atención en otras tareas, más acuciantes y perspectivas, para garantizar su seguridad.

También hay que tener en cuenta que ningún potencial militar puede garantizar la defensa al territorio de algún país sin voluntad política. Y al contrario, incluso fuerzas escasas pueden ser aplicadas con éxito a condición de que los políticos y militares estén dispuestos a defender los intereses y la dignidad del estado y de sus ciudadanos.

En 1982 el Reino Unido logró recuperar las Islas Malvinas, ocupadas tras una ofensiva inesperada de los argentinos. El éxito de la operación británica fue acondicionado, ante todo, por la postura firme de las autoridades del país encabezadas por la primera ministra británica Margaret Thatcher.

Hoy las autoridades rusas se enfrentan a otra tarea, más simple y complicada al mismo tiempo: tendrán que mostrar la disposición a defender los intereses de Rusia y su integridad territorial sin acciones bélicas, de tal manera que nadie tenga planes de probar esta disposición en la práctica.

Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Iliá Krámnik

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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