sábado, 11 de septiembre de 2010

Rusia y Azerbaiyán desempeñan un papel clave en el engranaje geopolítico del Cáucaso




Ilgar Velizade, RIA Novosti

La reciente visita del presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, a Azerbaiyán fue una clara muestra del creciente prestigio de Rusia en la zona del Cáucaso.

Esta influencia se ha visto fortalecida significativamente en los últimos años, por la dinámica interacción de las relaciones ruso-azerbaiyanas que desempeñan un papel clave en el engranaje geopolítico de la región.

Desde 2008, el presidente ruso visita todos los años Azerbaiyán y al final de cada visita las partes firman acuerdos de mutuo interés que complementan el desarrollo de las relaciones bilaterales.

Dichas visitas tienen suma importancia a nivel de la política regional. No en vano, en momentos difíciles, como por ejemplo la guerra entre Georgia y Rusia, el pico de la crisis financiera mundial o la brusca caída de los precios del crudo, ambos países además de superar el impacto negativo de estos acontecimientos, pudieron incentivar el dinamismo de sus relaciones bilaterales.

En la actualidad, el intercambio comercial entre Rusia y Azerbaiyán supera los 2.000 millones de euros, hace tan sólo diez años, al aprobarse el programa del desarrollo de la cooperación económica y comercial a largo plazo, dicho indicador apenas alcanzaba los 250 millones de dólares, es decir, era 10 veces inferior al actual.

Durante años, Azerbaiyán mantiene posiciones de vanguardia en cuanto al desarrollo económico no sólo en la región del Cáucaso si no también en dimensión continental.

El gobierno del país lleva a cabo con éxito proyectos de infraestructuras, que tienen mucha importancia para los países vecinos.

La línea de ferrocarril entre las ciudades de Bakú, Ajalkalaki y Kars tras su empalme con red férrea de Azerbaiyán, Irán y Rusia elevará la capacidad de tránsito del país. En el momento actual a través del territorio azerbaiyano se transporta carga procedente de los países del Asia Central, del Oriente Medio y Próximo, de la Europa del Este y Central y Rusia.

Una vez las mencionadas líneas ferroviarias entren en funcionamiento, a través de Azerbaiyán pasarán cargas desde India, países del Asia del Sur y del Golfo Pérsico.

Las empresas de Azerbaiyán invierten de manera activa en las economías de los países vecinos como Georgia, Turquía, Kazajstán, así como también en Rumania, Ucrania y las provincias del sur de Rusia.

Moscú, que busca desarrollar relaciones económicas y comerciales con sus vecinos y afianzar los existentes vínculos políticos, está interesada en incentivas sus relaciones con Bakú.

Y en este sentido, no es casual que la delegación rusa que cada año vista Azerbaiyán esté integrada por los dirigentes de algunas repúblicas rusas norcaucásicas (Daguestán e Ingushetia) y por el Jefe del Distrito Federal del Cáucaso del Norte de Rusia.

Es bien conocido que Gobierno de la Federación de Rusia considera como tarea prioritaria el desarrollo económico y social de sus provincias en el norte de Cáucaso.

Además de la creación de condiciones propicias para las inversiones en estas provincias, es muy importante establecer unas buenas relaciones con los países vecinos, sobre todo, si esos países se desarrollan de una manera activa y se muestran interesado en incentivar la cooperación interregional y fronteriza.

La firma del acuerdo sobre la frontera estatal entre Rusia y Azerbaiyán abre para ello perspectivas prometedoras. Según comunicó el Presidente de Ingushetia, Yunusbek Evkurov, en próximo octubre o noviembre se firmará un acuerdo de cooperación multilateral entre provincias y repúblicas del Distrito Federal del Cáucaso del Norte y Azerbaiyán.

Brotes de violencia en el Cáucaso del Norte. Infografía

Según ese acuerdo, las repúblicas rusas del Cáucaso del Norte se comprometerían a garantizar condiciones ventajosas para los inversionistas azerbaiyanos, quienes, a su vez, considerarán las posibilidades de realizar en la región inversiones a largo plazo.

Se puede afirmar, sin temor a exagerar que una de las esferas, en las que con mayor éxito se está cooperando Rusia y Azerbaiyán es el ámbito energético.

Las importaciones del gas de Azerbaiyán a Rusia crecieron en los últimos tiempos a ritmo acelerado. Si el año pasado se exportaron cerca de 500 millones de m3 de gas, hoy se hablan de ventas por un monto de al menos 2.000 millones de m3.

En este sentido, hay quienes pronostican que de esta manera Rusia logrará que el proyecto para la construcción de gasoducto "Nabucco" quede sin gas azerbaiyano. Pero el presidente de Azerbaiyán, Iljam Alíev, aseguró que en caso de que "Nabucco" llegue a realizarse, su país encontrará gas para trasegar por sus tuberías.

Lo único que puede afectar el desarrollo de las relaciones entre Rusia y Azerbaiyán como también la paz y a la estabilidad en la región, es el conflicto de Alto Karabaj que sigue sin solución.

A pesar de los esfuerzos del grupo de Minsk de la OSCE y de Moscú, cuya mediación permitió en los últimos 2 años la celebración de 6 reuniones entre los presidentes de Armenia y Azerbaiyán que desafortunadamente no tuvieron ningún avance significativo.

Y aunque el presidente Alíev, valoró altamente los esfuerzos mediadores de Rusia, en Azerbaiyán y fuera del país existen expertos que califican ciertas acciones de Moscú como intentos de agravar más el conflicto.

Como ejemplo esos expertos citan los recién firmados acuerdos por Moscú y Ereván sobre la permanencia en el territorio armenio de las bases militares rusas.

Las declaraciones del presidente Medvédev, de que la estancia de los militares rusos en el Cáucaso del Sur no está encaminada contra los intereses de ningún otro país de la zona, no han sido oídas con la merecida credibilidad.

El hecho de que el conflicto de Alto Karabaj siga sin solución, y lo peor aún, sin intentos para su resolución, en condiciones de un intenso proceso de negociaciones con la mediación de Moscú, hace que las dos partes tengan cada vez más cosas que reclamarle a Rusia.

En semejantes circunstancias Rusia, por una parte, se ve obligada a responsabilizarse cada vez más por el arreglo del conflicto de Alto Karabaj, y por otra, corre cada vez mayor riesgo de provocar el descontento de las partes.

Las declaraciones de los dirigentes de Rusia de no estar interesados en que cerca de sus fronteras meridionales siga existiendo una situación tan delicada, no llegan a convencer a ciertos sectores influyentes en Azerbaiyán.

Una nueva guerra en el Cáucaso tendría unas consecuencias impredecibles para todos los países de la región, por lo que es imperioso hacer todo lo posible para evitarla.

Y Rusia, más que cualquier otro país, está interesada en mantener la paz y la estabilidad en la zona.


Viejo Condor

RIA Novosti (SIC)

Ilgar Velizade

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI.

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