miércoles, 17 de febrero de 2010

Accidente del AF-447: en busca del milagro

Francia anunció que a mitad de marzo empezará una nueva búsqueda en las profundidades oceánicas de los restos del avión del vuelo AF-447, de Air France, que el año pasado cayó al Atlántico por causas aún misteriosas.


Está previsto que la nueva operación dure cuatro semanas y sea una de las "más complejas" jamás realizada bajo el mar, dijo Jean-Paul Troadec, director de la oficina francesa que investiga la tragedia, BEA por sus siglas en francés.

Está previsto que la nueva operación dure cuatro semanas y sea una de las "más complejas" jamás realizada bajo el mar, dijo Jean-Paul Troadec, director de la oficina francesa que investiga la tragedia, BEA por sus siglas en francés.

Según Troadec, sólo un hallazgo de las cajas negras del avión permitiría develar por qué cayó al Atlántico cuando volaba de Río de Janeiro a París en la noche del 31 de mayo al 1 de junio, matando a las 228 personas a bordo.

La búsqueda se concentrará en un área de hasta 2.000 kilómetros cuadrados, apenas una décima parte de la zona del Océano Atlántico rastreada previamente fuera de la costa noreste de Brasil.

Sin embargo, con un fondo irregular y profundidades que pueden llegar hasta 4.000 metros, la zona plantea claros desafíos para los expertos de diferentes países que participan del esfuerzo.

Sónares y robots

FRACASOS PREVIOS

En la fase previa de rastreo, entre julio y agosto, también se emplearon submarinos y sónares, mientras que en la primera búsqueda de un mes tras la caída del avión se utilizaron aparatos para intentar captar unaseñal de las balizas de las cajas negras, que ya se apagó.

En ninguno de los dos esfuerzos se logró detectar los registradores del vuelo.

Para la nueva búsqueda se arrendaron dos barcos, uno estadounidense y otro noruego, así como sónares y dos robots submarinos.

Los sónares, aparatos que leen las ondas acústicas bajo el agua para detectar objetos, serán utilizados para rastrear las partes más llanas del fondo oceánico, cubriendo decenas de kilómetros cuadrados diarios.

En cambio, los robots submarinos rastrearán las partes más irregulares del fondo del Atlántico, a ritmo mucho más lento.

El costo de la búsqueda fue estimado en el equivalente a unos US$14 millones, que serán aportados por Air France y Airbus, la empresa europea constructora del avión.

En la fase previa de rastreo, entre julio y agosto, también se emplearon submarinos y sónares, mientras que en la primera búsqueda de un mes tras la caída del avión se utilizaron aparatos para intentar captar una señal de las balizas de las cajas negras, que ya se apagó.

En ninguno de los dos esfuerzos se logró detectar los registradores del vuelo.

No obstante, Troadec aseguró en una conferencia de prensa este miércoles que las posibilidades de hallar las cajas negras durante la nueva operación son "muy superiores al 50%".

Equipo multinacional

La principal diferencia respecto a las fases previas de búsqueda es que esta vez la zona donde se concentrarán los esfuerzos es mucho menor a los 19 mil kilómetros cuadrados cubiertos antes.

El área del nuevo rastreo está al noroeste del lugar donde se registró por última vez presencia del avión, que según los investigadores franceses chocó entero contra el Atlántico.

La BEA indicó que para delimitar el área se consultó la opinión de oceanógrafos y expertos de distintos países, que tuvieron en cuenta las corrientes marinas y vientos del día del accidente.

En la búsqueda participarán especialistas alemanes, brasileños, británicos, estadounidenses y rusos.

Investigación estancada

Las circunstancias exactas del accidente y sus causas siguen sin ser determinadas

Informe de la BEA

Hasta ahora se han recuperado unas 1.500 piezas del avión y medio centenar de cuerpos, pero la Treadec sostuvo asegura que llegó al máximo de deducciones posibles con los elementos que dispone.

En su segundo y último informe preliminar sobre la tragedia emitido en diciembre, la BEA indicó que "las circunstancias exactas del accidente y sus causas siguen sin ser determinadas".

Sin embargo, admitió que los sensores de velocidad Pitot que tenía el avión pueden dar información errónea en la altura y recomendó modificar los criterios para habilitarlos.

Los sensores Pitot fueron señalados por pilotos y expertos en aviación como la probable causa de la tragedia, pero la BEA negó que la caída del avión se explique sólo por una incoherencia en las mediciones de velocidad.

Sindicatos de pilotos de Air France y familiares de las víctimas del vuelo AF-447 han cuestionado en los últimos meses la "independencia" y "transparencia" de la agencia francesa a cargo de la investigación.

Pero una asociación de familiares de las víctimas se manifestó satisfecha este miércoles de la nueva búsqueda que comienza el próximo mes.


Viejo Condor

BBC Mundo (SIC)

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