lunes, 22 de junio de 2009

Opiniones Las relaciones económicas y comerciales entre Rusia y América Latina


Desde hace varios años, Rusia intenta ser un socio importante en los mercados de América Latina.

Sin lograr por ahora el nivel de inversor de influencia en esa región, Rusia ha demostrado que cuenta con una dinámica especial en calidad de socio comercial entre los países latinoamericanos.

A partir del año 2000, el intercambio comercial de Rusia con muchos países del continente suramericano se multiplicó en varias veces. Aunque hay que reconocer que ese incremento partió de una base muy reducida porque en la década de los años 90, Rusia atravesó un proceso de reformas económicas que prácticamente condicionaron el retiró temporal de Rusia de los mercados de la América Latina.

En 2008, el intercambio comercial de Rusia con los países latinoamericanos tuvo un monto aproximado de 15.000 millones de dólares, lo que supuso un incremento superior al 30% en comparación con el año anterior.

El intercambio comercial de Rusia con los países más fuertes de la región como Brasil equivalió en 2008 a 6.000 millones de dólares aumentando un 15% en comparación con los 5.200 millones de dólares registrados en 2007.

Cifra que tiene sentido comparar, por ejemplo, con el intercambio comercial de China con los países latinoamericanos, y que el año pasado sobrepasó los 115.000 millones de dólares.

En parte, ese atraso de Rusia se debe en parte a que China compra en el mercado latinoamericano no sólo alimentos como Rusia sino también materia primas como mineral de hierro, metales no ferrosos, un comercio que no tiene atractivo para Rusia.

La presencia del capital ruso América Latina es relativamente modesta, la dinámica con que se desarrolla la cooperación comercial no está condicionada a inversiones financieras. Hay que tener presente que las empresas rusas importantes en primer lugar están interesadas más que todo por los socios europeos que están más cerca de Rusia, los casos de inversiones rusas en Latinoamérica son contados.

A finales del año pasado, el magnate ruso de origen uzbeko Alisher Usmánov, accionista principal del consorcio metalúrgico Metaloinvest, tenia planes ocupar posiciones en la economía latinoamericana. Estaba previsto que la empresa de Usmánov compraría el 27 % de las acciones de la empresa australiana Strike Resources Ltd., dueña de Apurimac Ferrum, el mayor yacimiento de mineral hierro en Perú. A consecuencia de la crisis económica, la transacción para la compra de acciones por un monto de 98.000 millones de dólares se suspendió debido a que Usmánov decidió esperar a tiempos mejores para invertir en el sector minero peruano.

Y aunque no son numerosos, no obstante, hay ejemplos de exitosas inversiones rusas en América Latina como es el caso de la importadora de frutas rusa JFC Group que con una cartera de operaciones valorada en 5.000 millones de dólares anuales y el control de una cuarta parte del mercado de bananos en Rusia adquirió plantaciones en Ecuador en una superficie superior a las 3.000 hectáreas.

La dinámica positiva que adquirió el comercio entre Rusia y América Latina a partir del año 2000 requiere la implantación de mecanismos que permitan reforzarlo y, de esta forma, ampliar las relaciones económicas.

Rusia está interesada no sólo en ampliar la importación de alimentos latinoamericanos sino que está dispuesta vender a esta región maquinaria eléctrica, recursos energéticos y equipos industriales que cuentan con prestigio entre los países latinoamericanos desde los tiempos de la Unión Soviética.

Por ejemplo, en Argentina el 20% de la energía eléctrica se genera en centrales eléctricas con equipos de fabricación soviética. Al mismo tiempo, empresas rusas quieren ofrecer al mercado latinoamericano aviones, tecnología y equipos aeronáuticos con miras a crear fábricas de ensamblaje en países latinoamericanos.


Viejo Condor

RIA Novosti (SIC)


Oleg Mitiayev,

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

No hay comentarios: