jueves, 5 de marzo de 2009

Perspectivas del programa espacial iraní



  RIA Novosti. El pasado 10 de febrero, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, declaró que su país puso fin al monopolio de las potencias mundiales en cuanto a la posesión de tecnologías espaciales, al intervenir en Teherán ante decenas de miles de iraníes en ocasión del 30 aniversario de la revolución iraní.

Ahmadineyad tenía razón, con ayuda de un cohete portador Safir-2 (emisario) el 2 de febrero en la órbita terrestre fue ubicado exitosamente el primer satélite nacional de Irán Omid (esperanza). Con ese lanzamiento, Irán se convirtió en el octavo país del mundo (después de Rusia, Estados Unidos, Francia, China, India, Japón e Israel) en capacidad de realizar lanzamientos espaciales por sus propios medios.

Formalmente, el primer satélite artificial de la Tierra (SAT) iraní que voló en torno a la orbita terrestre se considera el satélite Sinah-1 construido en Rusia y puesto en órbita por un cohete ruso Kosmos-3M lanzado desde cosmódromo de Plesetsk, en 2005.

Pero con ese lanzamiento la cooperación espacial ruso-iraní se interrumpió porque Teherán optó por cooperar en asuntos espaciales con China con el objetivo de desarrollar su propia industria espacial y en consecuencia, su propio programa espacial.

A consecuencia de esa cooperación con China y Tailandia, los iraníes construyeron el satélite "Environment-1" que fue puesto en órbita con ayuda de un cohete chino en septiembre de 2008.

La primera vez que Teherán informó de que había puesto en órbita un SAT  con su propio cohete portador fue el 26 de enero de 2007, pero esa información no pudo ser comprobada fuentes independientes. Los expertos consideran que en esa ocasión los iraníes lograron el lanzamiento de una denominada "sonda", que no alcanzó una altura determinada pero no pudo describir una vuelta completa en torno de la Tierra (órbita) y en consecuencia el artefacto lanzado no pudo considerarse SAT.

Tras ese fracaso,  Irán se dedicó a los vuelos suborbitales el primero de ellos un mes más tarde al lanzamiento fallido y en esta ocasión, en calidad de cohete portador utilizaron un cohete Shehab-3 A.

Teherán continuó los trabajos científicos de investigación construcción experimentación en este campo y en 2008 las agencias de prensa internacionales informaron de que cohetes iraníes realizaron vuelos suborbitales exitosos, aunque  también hubo fracasos,  como el ocurrido el 16 de agosto con un cohete Safir-1.

El 4 de febrero de 2008, Irán experimentó el cohete de una fase Kaweshgyar-1 (Investigador) creado en base al misil de alcance medio Shehab-3B.  Simultáneamente a este acontecimiento tuvo lugar la revisión final del recién creado Centro Nacional Espacial, localizado a 60 kilómetros al suroeste de la ciudad de Semnan.

El 26 de noviembre del mismo año, Irán realizo los lanzamientos  de al menos dos cohetes Kaweshgyar-2. Según la prensa, ambos artilugios alcanzaron alturas de 200 y 250 kilómetros sobre la superficie de la tierra, y trascurridos 40 minutos,  las fases finales de los cohetes descendieron a la Tierra con ayuda de paracaídas.

Los expertos consideran que es muy probable que en esta ocasión, los iraníes instalaron en la fase final de los cohetes maquetas de satélites.

Para Teherán el éxito rotundo ocurrió el 2 de febrero de 2009, cuando el cohete de dos fases Safir-2 (emisario) construido por especialistas iraníes, ubicó al primer SAT iraní Omid (esperanza) en una órbita baja con un apogeo (altura máxima) de 450 kilómetros y un perigeo (altura mínima) de 250 kilómetros.

Omid fue un satélite de experimentación acondicionado únicamente con los instrumentos de control,  medios de comunicación y una fuente propulsora propia.

Esta última particularidad de diseño se debió a que los propulsores de los cohetes iraníes todavía no pueden ubicar un SAT de peso completo incluso en órbitas bajas, y por esa razón, el Omid tuvo que utilizar propulsores propios.

En la mayoría de los casos en calidad de portadores se utilizan cohetes de tres fases. Irán está investigando activamente en este campo en la fabricación de los cohetes Shehab-5 y Shehab-6 fabricados en base a los cohetes norcoreanos Taepodong-2. Según supones expertos, los cohetes análogos iraníes tendrán una primera y segunda fase con propulsores que consumen combustible líquido y una tercera fase con propulsores de combustible sólido.

En el campo de la investigación espacial Irán tiene amplios planes,  así en a corto plazo se espera el lanzamiento de los cohetes Kawehgyar-3 y Kaweshgyar- 4 con animales a bordo,   y en los próximos diez años está previsto el vuelo del primer cosmonauta iraní.

La noticia sobre el lanzamiento exitoso del primer satélite iraní en torno a la órbita terrestre tuvo reacciones dispares en todo el mundo. La OTAN vio enseguida una amenaza para Israel y algunos países europeos compartieron la misma opinión al valorar el alcance de los cohetes iraníes en 2.000 y 2.300 kilómetros.

En cuanto a las perspectivas del programa espacial iraní, vale la pena resaltar que para Teherán será muy difícil asignar los recursos necesarios para continuar el programa en condiciones de bajos precios en el petróleo y la crisis económica mundial. Es muy probable que Irán no pueda sostener el desarrollo de su cosmonáutica como otros países, por ejemplo, China.

La rentabilidad del programa espacial iraní incluso si se trata de una flotilla pequeña de satélites  es muy limitada ante otros países con más experiencia en el mercado de servicios espaciales como Rusia, EEUU, y Francia

Viejo Condor

RIA Novosti (SIC)

Vladimir Yevseiev

Reedición del 18 de febrero de 2009 


*Vladimir Yevseiev es colaborador del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales (Academia de Ciencias de Rusia).  

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