martes, 17 de febrero de 2009

La futura Conferencia de Moscú para el arreglo en el Oriente Próximo será otra señal del acercamiento entre Rusia y EEUU, escribe hoy la prensa rusa.


La Unión Europea, EEUU y la ONU ya manifestaron su apoyo a la convocatoria de este foro cuya fecha se definirá después de formado el nuevo Gabinete en Israel, o sea, por lo menos dentro de un mes. Israel no está convencido aún de que valga la pena celebrar esta reunión pero un diplomático ruso familiarizado con el tema aseguró al diario Vremya Novostei que "en realidad, todos los políticos israelíes, incluido Netanyahu, aceptaron ya la idea de viajar a la Conferencia de Moscú pero van a anunciarlo más tarde".

 

Rusia lleva varios años ofreciéndose como sede de un foro internacional para el arreglo en el Oriente Próximo pero su iniciativa siempre ha provocado el rechazo de alguna parte: cuando no de Israel, de los palestinos o de EEUU. En estos últimos años, Moscú entabló contactos diplomáticos con Hamas y afirmó que Hezbollah no es una organización terrorista. EEUU, entretanto, organizó en noviembre de 2007 la Conferencia de Annapolis, en la que Rusia aceptó participar bajo la condición de que la reunión siguiente tuviera lugar en Moscú.

 

Después del foro de Annapolis, el entonces presidente estadounidense George W. Bush afirmó que Israel y Palestina firmarían un acuerdo de paz en los meses que les quedaban en la Casa Blanca, o sea, hasta mediados de enero de 2009. Esta promesa no se hizo realidad.

 

La futura Conferencia de Moscú difícilmente acercará la solución del conflicto entre Israel y los palestinos pero sí contribuirá a reforzar el prestigio internacional de Rusia. El canciller ruso Serguei Lavrov aseguró de visita en Jerusalén que representantes de Hamas y Hezbollah no serán invitados al foro. Con todo, su ausencia es un detalle técnico: Rusia resalta la importancia de mantener contactos con ambos movimientos.

 

El problema número uno en las relaciones entre Moscú y Washington, al finalizar el segundo mandato de George W. Bush, era la falta de infraestructuras que ayudasen a incrementar la confianza mutua. La situación actual infunde la esperanza de que esta tendencia empiece a cambiar.

Viejo Condor

RIA Novosti (SIC)

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