lunes, 24 de septiembre de 2012

El renacimiento nuclear global tras Fukushima empieza en la India


La central nuclear de Kudankulam

La central nuclear de Kudankulam, construida en el sur de la India con la ayuda de Rusia, se puso en marcha el pasado 19 de septiembre. Ahora se inició la primera etapa, la carga de combustible nuclear, de un proceso largo que puede llevar varios meses. Pero este acontecimiento supera los límites del sector energético de la India. Se trata del inicio de un renacimiento nuclear a nivel global. La central nuclear de Kudankulam es un proyecto especial construido con el uso de tecnologías avanzadas.
No se han olvidado sobre los peces
Dejando a un lado la planta nuclear iraní de Bushehr, este proyecto es el más importante en el sector nuclear después del accidente que se produjo en la planta nuclear nipona de Fukushima en marzo de 2011.
En aquella época la catástrofe nuclear fue causada por un terremoto y un devastador tsunami y conllevó la contaminación de la fauna oceánica.
La planta de Kudankulam, que también se ubica en la zona costera, ya demostró que es resistente a sismos en 2004, cuando un tsunami azotó a Indonesia, Tailandia y otros países, y alcanzó la costa opuesta en la parte oriental del océano Índico. De ese modo, el sistema de seguridad fue se puso a prueba.
Posteriormente, la planta fue equipada con otras tecnologías avanzadas. Alexandr Kvasha, jefe adjunto del proyecto de construcción de Kudankulam, dijo al corresponsal de RIA Novosti en Nueva Delhi, Yevgueni Pajómov, que en caso necesario, el reactor de la central nuclear es capaz de enfriarse de manera autónoma, incluso si está sin alimentación eléctrica.
Es más. La planta es resistente también a caída de avión y está dotada con un sistema de protección de peces en las aguas costeras. Un 95% de peces e incluso el planctón quedarán a salvo en caso de encontrarse en el sistema de enfriamiento de la central.
La avería en la planta nuclear de Fukushima se produjo en marzo de 2011. En aquel momento, las tecnologías de la compañía rusa Atomstroiexport ya fueron desarrolladas y empezaron a instalarse.
Es decir, parece que los diseñadores de la central nuclear para la India se preparaban para accidentes similares al que tuvo lugar en Japón y crearon una planta de nueva generación en lo que se refiere a sus sistemas de seguridad y la protección del medio ambiente.
Nuevas centrales nucleares sustituirán a las viejas
Después de la catástrofe de Fukushima, al menos dos países (Japón y Alemania) hicieron un intento de cerrar todas las centrales nucleares. Se empezó a hablar sobre el fin de la era nuclear.
Pero no se hizo realidad. El pasado 19 de septiembre, el Gobierno de Japón aprobó un nuevo programa, según el cual Japón debe reducir su grado de dependencia de la energía nuclear. Pero este programa no prevé la renuncia total a las centrales nucleares hasta 2030. En Alemania también se observa un cambio de opinión pública en contra de los planes de cerrar todas las plantas nucleares hacia 2017.
A principios de este mes de septiembre, la ciudad rusa de Vladivostok, en la costa del Pacífico, acogió la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). En el marco de la reunión de los líderes de los 21 países miembros de APEC, se suele abordar las perspectivas de desarrollo. La cumbre en Vladivostok no fue una excepción y, entre otras cosas, se mencionó la energía nuclear. Según fuentes próximas a los organizadores de la cumbre, sus participantes destacaron las perspectivas de un crecimiento rápido del sector nuclear a nivel global.
Es un resultado inesperado pero lógico de la avería en la planta nuclear de Fukushima. El crecimiento del sector se llevará a cabo gracias al desarrollo de sistemas de seguridad de nueva generación, como los que fueron aplicados en la central de Kudankulam. Las plantas viejas se cerrarán y las sustituirán las tecnológicamente nuevas.
Hoy en día, podemos observar este proceso junto con el cambio de los actores principales en el mercado mundial.
Por ejemplo, la India planea construir más de 20 centrales nucleares. Después de las explosiones en Fukushima, el Gobierno hindú exigió suspender provisionalmente todos los trabajos en este ámbito para estudiar la situación. La puesta en marcha de la planta nuclear de Kudankulam pone en evidencia cómo fue el resultado de este estudio.
En cuanto a China, este país firmó con Rusia un contrato de construcción de la central nuclear de Tianwan, puesta en funcionamiento en mayo de 2006. Ahora las autoridades chinas están construyendo 26 plantas nucleares. ¿Lo hacen de modo independiente? No, esto es imposible en el sector nuclear, área de una amplia cooperación tecnológica y financiera de lo que podrían ser competidores. Por otro lado, una sola Rusia no podría realizar todo el volumen de los contratos para la construcción de nuevas centrales nucleares a nivel global. Coopera con otros países, como los demás.
Pero esta cooperación puede parecer un poco extraña. Si uno piensa que un esquema tradicional de esta cooperación consiste en la suscripción del contrato con una potencia europea para la construcción de una planta nuclear en un país del antes llamado “tercer mundo”, debería prestar la atención a lo que pasa en Gran Bretaña.
Las reservas de petróleo en la plataforma marítima de este país casi se han agotado. Ocho centrales nucleares de las nueve deben cerrarse próximamente porque están obsoletas. El accidente en Fukushima no tiene nada que ver con esto.
Los británicos decidieron construir ocho o más plantas nuevas. ¿Quién participará en este proyecto? China, porque es capaz de financiarlo. Pero las tecnologías aplicadas de nueva generación y las propias obras de construcción exigen conocimientos especiales. En este ámbito, los chinos cooperarán con alemanes y franceses.
Los ecólogos son distintos
La demora en la construcción de la central de Kudankulam fue causada no solo por la revisión de la estrategia nuclear por el Gobierno hindú, sino también por las protestas de los habitantes de seis aldeas de pescadores ubicadas cerca de la planta, que luchaban contra el proyecto afirmando que quedarían sin pescado para comer.
Es una historia muy curiosa. Las protestas de los pescadores no son populares en otras partes del estado septentrional indio de Tamil Nadu, que carece de energía eléctrica.
Finalmente, las unidades especiales de la policía intervinieron en el asunto. Se divulgó la información de que las protestas no son normales: en realidad, los pescadores tergiversaron la información sobre los sistemas de seguridad. Por ejemplo, se desarrolló una tecnología de protección de peces, pero los manifestantes declaran que esta tecnología amenaza a peces. Pero ¿cómo supieron sobre esta?
A finales de los ochenta del siglo pasado apareció el término “terrorismo ecológico”. Pero en aquella época solían recurrir a protestas ecológicas para causar daños a los competidores, incluidos los Gobiernos. Imaginemos a una India sin reservas de gas y petróleo y sin energía atómica: hoy se empieza a hablar de que este país puede convertirse en la segunda mayor economía del mundo después de China.
Hoy en día, la situación es más complicada. Es evidente que las actividades callejeras pueden utilizarse por varias fuerzas para conseguir determinados objetivos políticos. Pero actualmente los ecólogos asimismo están divididos en grupos distintos que luchan entre sí. Por ejemplo, la revista estadounidense Foreign Policy publicó un artículo en el que “otros” ecólogos abordan el asunto de la energía nuclear, y no son los que convocan manifestaciones de protesta sino los que están interesándose en el calentamiento global.
Estos expertos recuerdan que solo unas 4.000 personas han muerto en el mundo debido a los accidentes en plantas nucleares, la mayoría de ellos fueron víctimas de la catástrofe en la central nuclear de Chernóbil, ocurrida en 1986. Mientras, unas 100.000 personas mueren anualmente a raíz de la combustión del carbón (aunque las cifras son discutibles). Estos ecólogos hablan sobre un posible renacimiento nuclear después de la catástrofe de Fukushima.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Dmitri Kósirev
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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