jueves, 22 de marzo de 2012

Polémica en los medios en torno a un petrolero ruso en un puerto sirio


Tartus

El petrolero ruso 'Iman', que había llegado al puerto sirio de Tartus, centró la atención de la prensa árabe y occidental.

En sus páginas el petrolero se convirtió en un buque de guerra con infantes de Marina a bordo.
 Intentemos a entender lo que pasa en realidad en torno a 'Iman'.

Falacias y realidad
Varios medios de información de los países árabes y occidentales no paran de comentar la noticia sobre el supuesto arribo de buques militares rusos a la costa de Siria.
 A juzgar por estas publicaciones, a su bordo se encuentran las unidades antiterroristas o infantes de Marina. 

Éstos son intentos de persuadir a la comunidad internacional de que Rusia ha enviado las tropas a Siria para ayudar al presidente del país, Bashar Asad. 

Las autoridades rusas desmintieron esta información.
 "No hay ningún barco militar ruso cumpliendo misiones frente a la costa siria", aseguró a RIA Novosti un portavoz del Ministerio de Defensa. Según el departamento militar ruso, el petrolero 'Iman' llegó hace diez días al puerto sirio de Tartus para proveer de combustible los buques de guerra rusos que velan por la seguridad de navegación en el Golfo de Adén, peligroso por los ataques piratas.

El 'Iman' es un buque famoso. 
Se ha distinguido en la historia por el secuestro del buque de carga 'Arctic Sea', al estilo de los clásicos de la novela policíaca, como John le Carré.
 El petrolero 'Iman' ayudaba al guardacostas ruso Ladni a escoltar al carguero secuestrado.

Pero la historia actual no tiene nada que ver con las novelas policíacas.
 Además, los medios de información de EEUU y los países del Golfo Pérsico que publicaron la noticia sobre el patrullero ruso no infringieron la norma inamovible del periodismo, o sea, la verdad.

Ante todo, 'Iman' no es un buque civil sino que está incorporado en los arsenales de las unidades de apoyo de la Flota rusa del mar Negro.
 Además, si este buque se dirigía del Golfo de Aden, que es la zona de la lucha internacional contra la piratería en el Cuerno de África, es evidente que en él debería estar una unidad de Infantería de Marina para proteger a la tripulación contra hipotéticos ataques de piratas.

El portavoz del Ministerio ruso de Defensa confirmó a RIA Novosti que no hay nadie a bordo del petrolero, a excepción de “los tripulantes civiles y su escolta”.
 Y los infantes de Marina bien pueden considerarse escolta.
Mientras, el puerto sirio de Tartus es una importante base naval en el Mar Mediterráneo en la que la Armada rusa emplaza sus buques. 
Por eso no hay nada extraño en la aparición de 'Iman' allí.
Así las cosas, la noticia bomba se ha presentado de forma muy sutil. 
Merece la pena destacar solo las posturas afines de los medios de información de EEUU y los países árabes.
 El tiempo dirá si los intereses políticos y militares que persiguen Washington y las monarquías del Golfo Pérsico jugando la “carta siria” coinciden también.

Aunque en realidad no es ningún secreto: recordemos la postura de Qatar y Emiratos Árabes Unidos respecto a la campaña libia.

Tensión eterna
La situación en el Oriente Próximo sigue siendo tensa.
 Esta frase fue típica para la prensa soviética de los 60, 70, 80, y para la prensa rusa rusa de los 90 y los 2000. 
Pero hoy en día, el mundo vuelve a estar bajo la amenaza de que la voluntad ajena se imponga por vía militar.
La amplia presencia militar de EEUU en el Golfo Pérsico y Oriente Próximo se vio aumentada hace poco con una unidad de dragaminas y barcos de defensa antilanchas de alta velocidad.
Esto pone en evidencia que el adversario potencial es Irán, cuya Armada tiene en sus arsenales tanto sistemas avanzados para librar una guerra de minas como un gran número de lanchas de dimensiones pequeñas que fácilmente interceptan los petroleros pesados en el estrecho de Ormuz.
La ambivalencia del despliegue actual de las unidades militares de EEUU alrededor de la Península Arábiga no permite determinar con certeza hacia dónde apuntan realmente. 
Puede ser Siria, lo que es muy probable, teniendo en cuenta la actual coyuntura internacional.
La postura inflexible de Rusia y China respecto a Siria provoca la reacción negativa de los países occidentales y las monarquías del Golfo Pérsico.

En este sentido, la estancia del petrolero ruso en el puerto sirio de Tartus es simbólica.
 Por un lado, Moscú muestra que sigue manteniendo su presencia en la región, mientras que sus adversarios intentan aislar a Rusia presentándola de modo como si hubiera intervenido en Siria para apoyar el régimen del presidente Bashar Asad.

La historia con el petrolero 'Iman' no es el único ejemplo de la política anunciada.
 La partida de ajedrez político continúa.

Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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