lunes, 6 de febrero de 2012

Reino Unido revoca el título de caballero al banquero más odiado del país


Fred Goodwin

En Reino Unido habrá un caballero menos, ahora que el pueblo se ha enterado de quién a nivel nacional tiene la culpa de la crisis financiera de 2008 y de sus consecuencias.
Su Majestad la Reina Isabel II despojó del título de 'sir' y de todas las condecoraciones que conllevaba a Fred Goodwin, antiguo presidente de uno de los bancos más importantes del país, el Royal Bank of Scotland. No es el primer caso de un caballero caído en desgracia ante los soberanos británicos.

Arrancando la armadura al caballero caído en desgracia
La nefasta gestión de Goodwin llevó al banco con participación estatal más grande del Reino Unido al borde de la quiebra. En 2008, en plena crisis financiera global, el Gobierno tuvo que inyectar en la entidad 45.000 millones de libras esterlinas. De lo contrario, todo el sistema bancario del país se habría visto en apuros.
La decisión de quitarle al Sir Fred Goodwin el título provocó acaloradas discusiones: se le nombró caballero en 2004 precisamente por su destacada aportación al desarrollo del sector bancario. En 2002  fue nombrado por la revista Forbes empresario del año. Era considerado un financiero ideal de un mundo de finanzas ideal.
Curiosamente, los méritos de Goodwin fueron premiados con el título en cuestión durante el gobierno del Partido Laborista, que vela por los intereses del ciudadano. Y se le revocó el título por iniciativa de los conservadores, que abogan por los principios del capitalismo.
La tradición establece que únicamente se puede revocar el título de caballero a una persona condenada por un tribunal y que haya cumplido como mínimo 3 meses de condena o  haya sido “expulsado del correspondiente gremio”, es decir, de una asociación profesional.
A Goodwin no se le puede achacar nada parecido. Por eso hubo de recurrir al poco preciso principio de “circunstancias extraordinarias”, habiendo superado los daños ocasionados por el “banquero ideal” al Estado británico todos los límites razonables y expresándose abiertamente la indignación de la sociedad.
En los medios de comunicación y en Internet se abrieron unos acalorados debates relacionados con el asunto. Se llegó a plantear incluso la necesidad de suprimir los títulos de caballero, acabando de esta manera con la secular tradición. Los más descontentos aseguran que Su Majestad debería quitar los títulos de caballero a casi todos los banqueros, diputados, industriales, sindicalistas y personalidades públicas, dejando de paso sin título a los miembros de la Cámara de los Lores. Algunas mentes extremistas incluso abolirían la monarquía.
Estas opiniones son, sin lugar a dudas, fruto del ardor de las discusiones. ¿Qué quedaría del Reino Unido sin caballeros, lores, condes, barones y reyes?

El caballero expiatorio
No obstante, representantes de los círculos bancarios y los simpatizantes con Goodwin coinciden con quienes no simpatizan ni con él ni con la monarquía en que el “banquero ideal” simplemente ha hecho de chivo expiatorio.
En su comunicado la comisión encargada de revocar los títulos señaló inequívocamente que la pésima gestión de Goodwin acabó desencadenando en el país una crisis económica y una recesión nunca vista desde la época de la Segunda Guerra Mundial. El ministro de Hacienda del Reino Unido, George Osborne,  manifestó incluso que “el Royal Bank of Scotland se ha convertido en el símbolo de todo lo que se ha hecho mal en la economía en la última década”.
Fred Goodwin empezó a caer en desgracia precisamente en 2008, al haber empezado ya el banco por él dirigido su carrera hacia la quiebra. Se le odió en 2009, al dejar el puesto pero quedarse con una indemnización colosal de 16 millones de libras y una paga de jubilación sin precedentes.
El litigio duró hasta 2010, momento en que el todavía Sir Fred aceptó reducir la paga de jubilación de 700.000 libras anuales a cerca de 400.000. Y eso que un funcionario público medio, sin poder contar con pagas de jubilación corporativas, se jubila con una pensión de entre 5.000 y 9.000 libras al año.
La mayoría de la población del Reino Unido está segura de que Goodwin es culpable. Los blogueros se preguntan si tendría sentido hacer una redada para todos los gestores capaces de hacer que la economía nacional se venga abajo y hablan de que, de ser ex el caballero un factor de potencial peligro, el Consejo de Seguridad de la ONU habría de adoptar una resolución y proceder a la protección de la población civil.
A pesar de este escándalo, entre los caballeros británicos hay muchas figuras dignas del más profundo respeto. El título representa el máximo reconocimiento de los méritos de uno en todas las esferas, empezando por la política y acabando por la esfera militar, el arte, la medicina y el deporte. La mitad de las candidaturas son presentadas por organizaciones sociales y la otra mitad, por jefes del Gobierno. De ésta última mitad se aprecia la lealtad, expresada en el presente o en el pasado, como es el caso de ministros, diputados, lores, alcaldes o activistas de sindicatos que se retiran.

Caballeros en el extranjero
Los británicos no son los únicos que gustan de conceder títulos: hasta hace poco en Rusia también existía la costumbre de conceder máximas condecoraciones por razones geopolíticas.
Así, en 1964 por iniciativa personal de Nikita Jrushchov se nombró Héroe de la Unión Soviética y se concedió la Orden de Lenin al presidente de Egipto, Gamal Abdel Nasser. Llovieron Órdenes Lenin a los líderes aliados: Fidel Castro, Gustáv Husák, Ho Chi Minh, János Kádar, numerosos cargos dirigentes de Mongolia y otros.
Los británicos tampoco han sido muy selectivos en los nombramientos de 'los caballeros del extranjero': el título fue en su momento concedido, y posteriormente revocado, a Benito Mussolini, Nicolae Ceaucescu y Robert Mugabe.
Entre los aciertos de la condecoración figuran Ronald Reagan, George Bush padre, el ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, el fundador de Microsoft, Bill Gates; el director de cine Steven Spielberg, el evangelista Billy Graham y el alcalde de Nueva York, Robert Giuliani.
El título es honorífico y sólo le aporta a un extranjero la palabra 'Sir' que precede al nombre propio.
Los Caballeros de la Mesa Redonda se habrían sorprendido enormemente de ver a los actuales miembros de la orden.

Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Andrei Fediashin

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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