miércoles, 3 de agosto de 2011

El informe polaco sobre el accidente aéreo en Smolensk es un punto y aparte en lugar del punto final

Jerzy Miller

El pasado viernes en Varsovia, el ministro del Interior de Polonia, Jerzy Miller, presentó el  informa elaborado por la comisión gubernamental polaca sobre las causas de la catástrofe del avión del presidente polaco, Lech Kaczynski, el 10 de abril de 2010 en los alrededores de la ciudad rusa de Smolensk.

La tragedia ocasionó la muerte de 96 personas, incluido el propio presidente de Polonia, su esposa y parte de la cúpula dirigente del país. Los expertos rusos del Comité Interestatal de Aviación (IAC) tendrán que estudiar escrupulosamente el documento de 328 páginas más tarde para comentar sus conclusiones, lo que sucederá al estar preparadas las traducciones rusa e inglesa del informe polaco que, en esencia, es una respuesta de Varsovia al informe del IAC del 12 de enero de este año.

Dicho informe del Comité provocó actitudes dispares en Polonia, algunos acusaron directamente a Moscú de omitir, alterar y subestimar algunos datos. 

La verdad es que en este último documento abundan detalles que pueden ser interpretados de maneras diferentes, dependiendo de quién y de la forma de su análisis. Los que creen que Rusia tuvo la culpa,  o se perpetró  un complot anti polaco, en el documento encontrarán  información para convencerse de ello,  y aquellos que recelen de la culpabilidad rusa, también encontrarán argumentos para sustentar sus dudas. Es decir, la discusión continua y los interrogantes persistirán.

Sin embargo, los expertos de aviación no dudan que el informe de la comisión gubernamental de Polonia sobre las causas del siniestro confirma las conclusiones del IAC, según las cuales “el culpable es el quien alquile el avión”. 

El documento reconoce que los pilotos del Tu 154 cometieron varios errores durante el aterrizaje, al ignorar las advertencias de los sistemas de alerta TAWS y tomar la decisión sobre la segunda vuelta demasiado tarde, así como el que la tripulación no estaba entrenada lo bastante bien. 

Sin embargo, el informe descarta también la presión alguna sobre los pilotos. 

Miller reconoció además (y por primera vez de manera tan sincera) que la decisión sobre el lugar del aterrizaje fue tomada no por los pilotos sino por el pasajero principal, que alquilaba el avión, es decir por el presidente polaco. Antes de la rueda de prensa con Miller nadie se había decidido a pronunciar esta circunstancia tan evidente, respetando la memoria de los perecidos. 

Está claro que, mientras que el capitán siempre es el responsable por las vidas de sus pasajeros, todo es mucho más complicado cuando entre los pasajeros está el presidente o el primer ministro del Estado. En este caso, el pasajero principal no fue una persona nada fácil.

Es cierto que nunca sabremos exactamente qué fue ordenado a los pilotos de la nave. Pero, si tomamos en cuenta la historia de relaciones entre Lech Kaczynski y Rusia, es evidente que el irse al aeródromo occidental habría sido un insulto de nivel personal y nacional para el presidente.  

Además, los especialistas de todo el mundo saben que los controladores aéreos no pueden ordenar nada a los aviones de este rango, solo pueden informar o recomendar algo.

¿Quién es culpable según el informe?

Según la versión polaca, una de las causas del accidente fue la tardía decisión del piloto polaco de emprender un segundo intento de aterrizar. El sistema de alerta  TAWS no funcionó durante el vuelo y la tripulación cometió varios errores durante el aterrizaje. Pero también se dice en el documento que el aeródromo ruso no garantizó la seguridad del vuelo, debido a la mala visibilidad, entre otros factores.

La parte polaca cree que el controlador aéreo ruso en Smolensk dio órdenes erróneos a la tripulación del avión presidencial. La comisión afirma que el controlador tuvo muy poca experiencia: “Fue su segundo vuelo en 12 meses, dio órdenes erróneos a la tripulación”, - declararon los expertos en la rueda de prensa en Varsovia.

Si se hace hincapié en este hecho, es fácil hacer olvidarse de otros factores de importancia, como la mala preparación de los pilotos polacos, sus actuaciones incorrectas, la ignorancia de las advertencias del TAWS, la incorrecta interpretación de algunas señales, y de muchas otras conclusiones importantes de la comisión polaca.

El informe no será el último

Los polacos esperaban el informe como si hubiera sido el primero, sin ser precedido por investigaciones numerosas. Así esperan, de costumbre, un veredicto final: ¿quién es culpable y quién tiene razón? 

Sin embargo, el documento dejó lugar a muchas dudas y no logró poner punto final en esta trágica historia.

Es difícil reconocer que la cúpula política y militar del estamento polaco fuera enterrada por su propio líder (aunque no intencionadamente, claro está). El quien lo afirme abiertamente, dañará demasiado las heridas de la nación que empieza a recuperarse del choque en vísperas de las elecciones parlamentarias convocadas para el 9 de octubre. No es que un informe más sincero haga escindir la nación polaca: ya está dividida en dos partes desiguales tras la catástrofe de Smolensk. Pero es cierto que no contribuiría a la solidaridad.

El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, cree que el informe puede servir de base para las buenas relaciones entre Rusia y Polonia.

Pero está claro que no es el último documento sobre el siniestro. La Cámara Superior de Control de Polonia está preparando su propio informe sobre el accidente. Está investigando el caso desde un nuevo punto de vista analizando si fueron observadas las normas de seguridad de los dirigentes del Estado y de vuelos, adoptadas en Polonia, por el ministerio de Defensa, por las Fuerzas Aéreas, por el Regimiento 36, la unidad de élite de la aviación polaca, la cancillería del presidente y del primer ministro y por los servicios de seguridad del gobierno. El informe será divulgado en otoño.

Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)

Andrei Fediashin,
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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