domingo, 17 de octubre de 2010

Con todo respeto a la “Dama de Hierro” en su 85 aniversario

Margaret Thatcher
Margaret Thatcher

Margaret Thatcher, la primera mujer primer ministro del Reino Unido, símbolo de toda una época en la historia británica y la política internacional, cumplió 85 años el pasado 13 de octubre.

“La Dama de Hierro”, el 71ª primer Ministro, Margaret Hilda (Roberts) Thatcher parece que está agotada. Tras una serie de ataques cardíacos y mini-derrames cerebrales, los médicos le recomendaron abandonar para siempre las actividades públicas, porque además, padece demencia senil.

Da pena verla así cuando aparece en público, como la última vez, en junio pasado, cuando llegó a la residencia 10 en Downing Street, para saludar al nuevo primer ministro del Partido Conservador, David Cameron, vencedor en mayo de 2010 de los comicios generales.

El 19 de septiembre, en el Día del Recuerdo de las víctimas de la II Guerra en el Reino Unido, Thatcher apareció en público, pero hubiera sido mejor no haberlo hecho.
Porque la mayoría de sus admiradores e incluso sus adversarios prefieren conservar la imagen de mujer enérgica y fuerte que siempre tuvo y no el aspecto débil e impotente que tiene ahora.

La aportación de Margaret Thatcher a la política mundial y a la historia del siglo pasado siempre ha sido valorada de manera diametralmente opuesta.
Fue admirada o aborrecida. Nunca dejó a nadie indiferente tanto acerca de su propia persona, como de lo malo y lo bueno de todo los que hizo.

Y no obstante, todos coinciden en que es un gran político, una persona de carácter fuerte, firme voluntad y de convicciones inamovibles.

Gracias a estos rasgos llegó a ser la primera mujer primer ministro a pesar de la “masculina” tradición política británica, y logró mantenerse en ese cargo durante tres mandatos, casi 11 años y medio, desde 1979 hasta 1990.

Una vez dijo: “Si usted encabeza un país como Gran Bretaña... necesitará un toque de hierro”.
Le gustaba hacer aforismos. Decía también, que había cambiado en Gran Bretaña todo menos el Parlamento, las Fuerzas Armadas y el Correo.

Margaret Hilda Roberts nació el 13 de octubre de 1925 en la localidad de Grantham, condado de Lincolnshire, Inglaterra, en la familia de un propietario de dos tiendas de comestibles.
Se graduó en Química en la Universidad de Oxford, más tarde se licenció como abogada, y su afición a la política nació ya en la época universitaria. En 1950 intentó pasar al parlamento pero fracasó.

En 1951 se casó con Denis Thatcher, un alto ejecutivo de la industria petrolífera. En 1959, a la edad de 32, Margaret logró un escaño en la Cámara de los Comunes, por el distrito londinense de Finchley, que representó sin ser sustituida hasta noviembre de 1992.

En 1970 los Tory volvieron al poder, y el entonces Primer Ministro Edward Heath la nombró Secretaria de Estado de Educación y Ciencia. Parecía que Margaret había alcanzado el máximo de su carrera.

Pero ella misma no se conformó con lo alcanzado. En 1974 los conservadores fueron derrotados en las elecciones por los laboristas. Heath siguió líder del partido durante un año, pero entre conservadores, partidarios de economía estatal austera, crecía el descontento por el líder que, como creían ellos, traicionó los intereses del mercado libre.

En 1975 Margaret no desaprovechó su oportunidad. Heath dimitió, su oponente principal en el partido retiró su candidatura dos días antes de la votación, y Thatcher se decidió presentarse a la elección.
Ganó las elecciones por mayoría de votos. Entonces siguió avanzando sin pensar dos veces, sin intentar caer bien. Una vez comentó: “Si quiere caer bien, tendrá que estar dispuesto a compromisos en cualquier momento y acerca de cualquier cuestión. Pero así no se puede alcanzar nada”.

En torno a todas las personas destacadas siempre aparecen mitos. Uno de ellos, se refiere al supuesto sentido del humor y la elocuencia Margaret Thatcher.
En comparación con otros políticos británicos de su época, la oratoria de Thatcher era mediocre, sus discursos parecían los sermones de una maestra de escuela, hablaba lentamente, alargando las palabras, e incluso tuvo que tomar clases de retórica.
Pero eso fue al principio. Con el paso de tiempo aprendió a defenderse en cualquier duelo parlamentario.

En 1979 Thatcher llegó a ser Primer Ministra y reveló su carácter férreo e implacable con todos los que no estuvieran de acuerdo con su fórmula para sanar la economía británica, mediante la limitación estricta del gasto estatal y los subsidios sociales, así como desmantelar el control de estado sobre la economía y llevar a cabo la privatización de las empresas públicas.

La hija de propietario de tiendas expulsó de la Administración a toda la “aristocracia tradicional conservadora”, a los licenciados de colegios privados prestigiosos.
“Soy extraordinariamente paciente a condición de que todo sea hecho al fin y al cabo como yo quiero. Estoy dispuesta a compartir cualquier opinión, a condición de que esta opinión sea la mía”.

A propósito, el apodo “La Dama de Hierro”, lo recibió en 1976 gracias a los medios de comunicación soviéticos por su intransigente actitud hacia el comunismo.
La llamaban también “La Rubia de Plutonio” por defender el derecho de Gran Bretaña de poseer armas nucleares y desplegar misiles cruceros estadounidenses
De ella también se dijo que era “Attilla the Hen” en vez de “Attilla the Hun” (Atila Clueco en vez de Atila de Hunos) para subrayar el carácter desapiadado masculino escondido tras la imagen de una mujer.

El ex-presidente de Francia Francois Mitterrand la describió de manera más elegante al decir que “tiene los ojos de Calígula y los labios de Marilyn Monroe”.

Los esfuerzos económicos de Thatcher tardaron mucho en dar resultados, las bases que estableció permitió la recuperación de la economía, pero más tarde, en 1982, la recesión económica la hizo muy poco popular.
Pero la salvó la Guerra de las Malvinas, en la que el Reino Unido derrotó la República Argentina conllevando la reelección de Thatcher.

Margaret Thatcher demostró intuición política al ser una de los primeros líderes occidentales que “descubrieron” a Mijaíl Gorbachov, al entrevistarse con él en Londres en 1984, antes de que el político soviético fuera elegido Secretario General del Partido Comunista de la URSS. Se puede calificar este hecho como su mérito histórico.

Thatcher dimitió en 1990. Más tarde, en 1992, se le adjudicó el título de Baronesa Thatcher de Kesteven, Lincolnshire, que le otorga el derecho vitalicio a ser miembro de la Cámara de los Lores.

Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Andréi Fediashin
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI.

No hay comentarios: