El deshielo en el Ártico implica grandes ventajas económicas y estratégicas para China que desea reforzar su posición en esta zona pero intentará actuar con máxima prudencia en una primera etapa para no irritar a cinco países "árticos": Canadá, Dinamarca, EEUU, Noruega y Rusia, escribe hoy Gazeta.
El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) afirma que Pekín procura asegurarse el acceso a los yacimientos de recursos minerales que se vayan descubriendo con la desaparición de los glaciares, además de trazar una nueva ruta marítima - de Shanghai a Hamburgo - que será 6.400 Km más corta en comparación con la actual y mucho más barata, por la ausencia de piratas. El tránsito de mercancías a través del canal de Suez se ha vuelto diez veces más caro últimamente a causa de la piratería cerca de las costas de Somalia.
Linda Jakobson, representante del SIPRI en Pekín y autora de un informe que esta entidad publicó el pasado 1 de marzo, señala que a China le interesa muchísimo el desarrollo de la navegación mercante en el Ártico y que está dispuesta a "aprovechar las nuevas oportunidades comerciales que se presentan" en la región.
El programa chino de investigación polar es muy fuerte, y aunque por ahora son estudios principalmente teóricos, en la comunidad científica del país se multiplican las voces a favor de ampliar el ámbito de la investigación y reorientarla a la explotación de recursos minerales.
Al mismo tiempo, Pekín es consciente de que tal actividad suscitaría la preocupación de Canadá, Dinamarca, EEUU, Noruega y Rusia, naciones que tienen acceso directo al Ártico y reivindican los derechos al reparto de su plataforma.
Serguei Frank, jefe de la naviera rusa Sovkomflot, dijo en una entrevista con el diario británico Financial Times que China carece de buques habilitados para la navegación en los mares del Ártico. Sovkomflot se prepara para estrenar navegación mercante en esta zona el próximo julio, con el envío de un petrolero al que dos rompehielos escoltarán en el trayecto de Rusia a Japón.
Frank piensa que esta ruta podría a futuro hacer las veces de "tubería flotante" para el transporte de hidrocarburos a los países del Asia Oriental, incluida China. El jefe de Sovkomflot dejó claro que Rusia pretende controlar esta ruta comercial. Lo anterior no significa que esté cerrada para las navieras de otros países pero sí ellos deberán acatar las normativas ecologistas y de navegación rusas.RIA Novosti no asumirá responsabilidad por los artículos de prensa
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