jueves, 30 de abril de 2009

"Palestina es un laboratorio de pruebas militares de Israel"


"Israel ha empleado 42 años en tejer cuidadosa y deliberadamente una matriz de control en los Territorios Ocupados" que consolida el dominio israelí sobre Palestina y convierte en utopía la solución de dos Estados. Según Jeff Halper, director del Comité Israelí contra la Demolición de Casas (ICAHD), "tras una fachada de inocuos mecanismos administrativos, Israel ha erigido un régimen represivo para negar permanentemente a los palestinos la autodeterminación, la ciudadanía y los derechos humanos y civiles fundamentales". La construcción de cerca de 250 asentamientos judíos, la demolición de unas 24.000 casas palestinas, el bloqueo económico y la construcción de un muro "tan alto como el de Berlín y cinco veces más largo" ha confinado a la población palestina en 70 enclaves sin conexión entre sí. "¿Cómo será posible un país soberano en estas circunstancias?", se pregunta Halper.

La matriz de control es "un laberinto de leyes, de órdenes militares, de planificaciones, de limitaciones en el movimiento de los palestinos en aras de la seguridad, de burocracia kafkiana, de asentamientos y de infraestructuras", que cumple con una única función: disimula la ocupación y retrata a los palestinos como una población que se resiste a la "adecuada administración" israelí. "Cuando se sublevan contra la ocupación, como sucedió en las dos Intifadas", las operaciones militares israelíes son presentadas bajo el paraguas de la "autodefensa", sostiene el activista y candidato al Nobel de la Paz.

La estrategia israelí no responde únicamente a la protección de "la tierra sagrada frente a los enemigos árabes": Israel se ha convertido en el país "pionero en desarrollar un modelo exportable para almacenar y contener los excedentes humanos". Y la comunidad internacional observa atenta y aprende porque hay "muchos más excedentes humanos" en el mundo. "Los palestinos han sido definidos como un población que no necesita un Estado y que puede ser controlada para siempre", explica el director de ICAHD.

 

"La lógica económica y militar del capitalismo global" impide, a su vez, una solución pacífica al conflicto en Oriente Próximo. Israel obtiene réditos políticos y económicos a través de las incursiones israelíes en Palestina, considera Halper, que obtuvo la ciudadanía israelí tras romper el bloqueo de Gaza en agosto pasado. Desde un punto de vista político, el ataque sobre Gaza durante tres semanas sirvió para "resucitar la imagen de Israel como un aliado efectivo en la guerra contra el terror después de la humillante derrota en la guerra del Líbano del verano de 2006". Desde una perspectiva económica, "Gaza fue un ejercicio de guerra urbana", una oportunidad para probar sobre el terreno las nuevas armas y las tácticas de contrainsurgencia en ambientes densamente poblados.

"Probado en Gaza o en Nablús o en Faluja", denuncia Jeff Halper, es una de las marcas comerciales más efectivas de Israel, que "está vendiendo vehículos aéreos no tripulados a EE UU, Reino Unido, Canadá y otros países en la guerra contra Afganistán". China, Sierra Leona y la policía mexicana también figuran entre sus clientes. "El 60% de las exportaciones israelíes son material militar o artículos relacionados con la seguridad", una prueba más, según Halper, de que los Territorios Palestinos se han convertido en un "laboratorio de pruebas del ejército de Israel".


Viejo Condor

El País Com (SIC)

Patricia R. Blanco

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