Pese a una primera reacción acalorada en Rusia a las nuevas sanciones de la UE y EEUU, Moscú ha optado esta vez por no ampliar sus contramedidas, destaca este lunes el diarioNezavisimaya Gazeta.
Recuerda que el sábado pasado el viceprimier ministro ruso Arkadi Dvorkóvich declaró que el Gobierno no examina de momento nuevas contramedidas a Occidente y que no es un asunto prioritario. Otro viceprimer ministro, Dmitri Kózak –uno de los incluidos en las “listas negras” de EEUU y la UE– afirmó que Rusia no tiene planes de responder a las recién impuestas sanciones.
“No somos partidarios de semejantes medidas. Es una medida límite y debe aplicarse solo si beneficia a la economía de nuestro país. De momento no tenemos acordados ningunos pasos de este tipo”, dijo Kózak.
Según expertos, Rusia optó por no escalar la espiral de sanciones debido al poco exitoso, en su opinión, embargo agroalimentario que Moscú había impuesto a EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega a principios de agosto pasado.
“El embargo a los alimentos de la UE y EEUU ha afectado mucho más a Rusia que a sus socios comerciales. Se vieron embargadas las mercancías a las que corresponde un 20% del mercado de alimentos ruso, mientras que para Occidente la medida resultó menos sensible pues afectó solo un 1% de las exportaciones conjuntas de la UE y EEUU”, explica el director del Centro de Seguridad Mundial del Instituto de Economía y Relaciones Internacionales, Alexéi Arbátov.
El experto desconfía asimismo de las declaraciones de los funcionarios rusos sobre la ausencia del efecto negativo de ese embargo para la economía rusa. “Una decisión administrativa que ha reducido en decenas de por ciento la oferta en el mercado de alimentos no puede sino provocar un déficit o un alza de precios”, afirmó.
Según Arbátov, ante el estado actual de la economía rusa, será muy difícil elaborar unas contramedidas que no representen una amenaza para la propia Rusia.
“Una prohibición de los vuelos de tránsito sobre el territorio ruso para las aerolíneas occidentales provocará un aumento poco notable de precios de vuelos para los extranjeros. Mientras, una eventual prohibición de vuelos a Europa, EEUU y Lejano Oriente amenaza con poner al borde de la quiebra a Aeroflot, la mayor aerolínea rusa”, advierte el experto al añadir que “para participar en una guerra de sanciones, debemos tener unos indicadores económicos equiparables” con los occidentales.
El presidente de la fundación “Polítika”, Viacheslav Níkonov, opina en cambio que el embargo agroalimentario fue una medida acertada, pero previene de unas nuevas contramedidas en medio de los esfuerzos para resolver la crisis ucraniana.
“El primer paquete de nuestras contramedidas ha causado un daño considerable a los agrarios europeos, perdieron sectores enormes del mercado alimentario ruso que serán ocupados por otros suministradores”, afirmó Níkonov al comentar que Moscú “ha dejado bien claro que puede imponer nuevas contramedidas” y que esta amenaza “sigue en pie”.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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