Las maniobras 'Águila del Norte 2012'
El pasado sábado 25 de agosto las Fuerzas navales de Rusia, EEUU y Noruega concluyeron las maniobras conjuntas 'Águila del Norte 2012' que tuvieron por escenario los Mares de Barents y de Noruega.
Durante tres días los participantes se entrenaron en el cumplimiento de misiones tanto humanitarias como de combate y pasaron a formar parte de una larga lista de maniobras, celebradas conjuntamente por Rusia y la OTAN. Fue una experiencia muy interesante, pero más interesante resulta la tendencia: las maniobras conjuntas de Rusia y la OTAN se celebran cada vez con más frecuencia.
Los rusos muestran su nivel de instrucción
Se puede destacar una tendencia más: las maniobras conjuntas de Rusia y la OTAN cada vez contienen más misiones de combate, a diferencia de una primera etapa de la cooperación militar cuando predominaban operaciones humanitarias. Los ejercicios navales 'Águila del Norte 2012' no fueron ninguna excepción, aunque las misiones humanitarias, tales como de búsqueda y de rescate, tuvieron una gran relevancia.
En este episodio, los rusos demostraron su rapidez y eficiencia. El helicóptero Ka-27para búsqueda y rescate embarcado en el destructor antisubmarino ‘Almirante Chabanenko’ fue el primero en despegarse y localizar las balsas y maniquíes que flotaban en el agua, a pesar de que la hora exacta y la zona de búsqueda no se daban a conocer con antelación para aproximar las condiciones a las reales.
Según los propios participantes de los ejercicios, la búsqueda se complicaba por un gran número de “objetivos falsos”: las maniobras se llevaron a cabo en una zona pesquera y la superficie del mar estaba sembrada por las boyas de las redes de pesca.
El ‘Almirante Chabanenko’ actuó muy bien en otros episodios, lo cual no resulta sorprendente. Durante los últimos doce meses, el destructor al mando de Stanislav Varik hizo más de 40.000 millas y participó en varias maniobras internacionales y domésticas, lo cual contribuyó a su mejor preparación para el 'Aguila-2012'.
El guardacostas noruego ‘Nordcap’ y el destructor ruso consiguieron hundir conjuntamente el blanco flotante. El destructor estadounidense ‘Farragut’ no participó en ejercicios de tiro naval a causa de una avería de su cañón de 127 mm.
No solo los marinos, también los pilotos rusos demostraron su preparación combativa. Los cazas navales Su-33, que simulaban ataques aéreos, realizaban vuelos a velocidad supersónica y a baja altitud, unos 20 metros, lo cual obstaculizaba notablemente su detección.
Más tarde, la parte estadounidense solicitó aumentar la altura mínima de vuelos para más seguridad de los pilotos hasta 50 metros. Por parte de la OTAN los ataques aéreos realizaron los cazas F-16 de la Real Fuerza Aérea Noruega, que mostraron un pilotaje espectacular pero no se arriesgaron a descender a altitudes bajas.
Además de los cazas, en los ejercicios participaron los aviones de patrulla marítima: los noruegos P-3 Orion, fabricados en EEUU, y los rusos Ilyushin Il-38.
Mantener el equilibrio
Además del ‘Águila del Norte 2012’, la marina rusa participó en otros simulacros, entre los cuales un lugar especial está reservado para las maniobras navales internacionales RIMPAC 2012, celebradas en junio y julio de este año.
Es la primera vez que Rusia participa en las maniobras RIMPAC (‘Rim of the Pacific’ o Anillo del Pacífico) que se realizan cada bienio desde 1971. En su tiempo, eran una especie de examen para las flotas de los países del Asia Pacífico, con EEUU a la cabeza, que ponía a prueba su capacidad de hacer frente a la Flota Soviética del Pacífico.
Hoy en día nadie apunta a un adversario concreto, pero a juzgar por la selección de los participantes parece obvio que en los ejercicios navales toman parte casi todos los países del Asia Pacífico menos China, Corea del Norte y Pakistán.
Además, en la primavera de 2012 tuvieron lugar en el Pacífico los ejercicios navales conjuntos ruso-chinos, lo cual no impidió a Rusia participar en el RIMPAC.
Las maniobras militares que cuentan con la participación de Rusia crecen en número y su geografía se expande: las maniobras de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), los ejercicios navales y terrestres con la India, simulacros de todo tipo con China o con EEUU, y muchos otros eventos.
No tiene mucho sentido intentar deducir de esta circunstancia cuáles son los intereses políticos de Moscú, pero sí se puede constatar que Rusia ahora se encuentra en una situación ventajosa. Sin haber contraído ningún compromiso con grandes potencias como EEUU o China, Rusia consiguió consolidar su propio bloque político-militar, la OTSC, cuyos participantes están realmente interesados en mantener buenas relaciones con el Kremlin.
Fuera de la OTSC, Rusia pretende mantener las relaciones de asociación o, si es posible, de amistad con otros actores protagonistas, sea la OTAN o China, sin asumir compromisos algunos.
El metrónomo de la flota rusa
Mientras tanto, la Armada rusa sigue necesitando una reforma. Es más, la reforma urge porque si no se lleva a cabo de una vez no quedará nada que reformar, opinan los militares.
Uno de los principales problemas es la flota obsoleta. Uno de los buques más modernos de la Flota del Norte, el ‘Almirante Chabanenko’ cuenta con más de 16 años en servicio mientras la mayor parte de los buques de esta flota fueron construidos en la época soviética.
La planeada construcción de nuevos portaaviones es una cuestión de carácter más bien hipotético, pero en todo caso la Marina de Rusia necesita una paulatina renovación de la flota de superficie, partiendo desde abajo, los buques pequeños y relativamente baratos de construir, y moviéndose hacia los más grandes, complejos y caros.
Las corbetas del proyecto 20380, una de las cuales ya está en servicio, son buenas para las flotas del Báltico y del Mar Negro, posiblemente sean aptas para escenarios operativos bastante reducidos de los mares Mediterráneo y del Japón. Sin embargo, las flotas rusas del Norte y del Oriente Lejano necesitan buques más grandes.
Las fragatas del proyecto 22350, los primeros buques grandes creados en la época postsoviética, son unos buques polivalentes, capaces de desplazar 4.500 toneladas y están destinadas a reemplazar los destructores anticuados de la Flota rusa del Norte.
Sin embargo, solo un destructor moderno que desplace en torno a 10.000 toneladas y dotado de sistemas universales de armamento puede garantizar la seguridad en el océano.
Los buques de este tipo forman el grueso de la flota de superficie de EEUU y Japón, y se están construyendo en otros países. Rusia por el momento aplazó la puesta de quilla del buque insignia de esta clase para el año 2013.
Se prevé que para ese momento se habrá finalizado la puesta a punto de los equipos principales de las nuevas fragatas y corbetas, lo cual acelerará la construcción del destructor. Se planea que el primer paso sería completar los arsenales de la armada rusa con seis buques de esta clase, aunque necesita entre 12 y 16.
Otro problema de la Marina de Guerra en Rusia es la calidad de la preparación del personal. A causa de que el plazo del servicio obligatorio militar fue reducido hasta dos años, los marineros que completan su formación enseguida pasan a la reserva. Los oficiales navales comparten la opinión de que las tripulaciones deben ser integradas únicamente por los militares profesionales.
Mientras tanto, los buques de la Armada rusa se están preparando para las maniobras de otoño que concluirán la ‘temporada’. Es difícil prever cuándo la Flota del Norte rusa incorporará nuevas fragatas y destructores en número suficiente, pero ya se están preparando los tripulantes para ellos.
Viejo Condor
RIA Novosti
Ilyá Krámnik
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI