“Primero te ignoran. Luego se ríen de ti. Después te atacan. Entonces ganas”. (Mohandas K. Gandhi)
Cuando todos ya creían que al fin en Bolivia llegaría una etapa de tranquilidad para que el presidente indígena Evo Morales continúe con sus planes para lograr un país más justo y solidario, ahora los Estados Unidos ha movilizado uno de sus instrumentos más poderosos y sofisticados para desestabilizarlo en el poder: las ONG.
Bolivia, uno de los países más pobres de América Latina, ha estado sometida durante siglos primero, a la explotación española y después en las garras de las multinacionales y de sus servidores oligarcas nacionales, por eso cuando Morales se atrevió a cambios profundos, se convirtió en uno de los blancos preferidos de los globalizadores.
Desde que asumió el poder en 2006 ha estado bajo permanentes y furiosos ataques tanto internos como externos.
En mayo de 2008 frustró un intento de golpe militar. En abril de 2009 desarticuló un grupo terrorista de misteriosa procedencia encabezado por el mercenario Eduardo Rosza – Flores de origen boliviano – húngaro judío.
En 2010 un paro cívico por demandas regionales en Potosí afectó la economía del país. Los cuatro Departamentos de los nueve que hay en Bolivia, Tarija, Santa Cruz, Beni y Pardo, donde están ubicados los principales yacimientos de gas y petróleo, han intensificado desde 2006 su movimiento autonomista- independentista.
En estas últimas semanas se han levantado grupos de indígenas apoyados por el Movimiento Sin Miedo, y por la Confederación Obrera Boliviana (COB), disque porque Morales anunció la construcción de la carretera Villa Tunan – San Ignacio de Mojos con el propósito de acelerar el proceso de integración del país.
Y todo sucede al compás de diarias denuncias de diferentes Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) que invadieron el país. Estas que antes no decían nada de otros gobiernos ahora acusan al presidente de violación de los derechos humanos, de injusticia social, racismo, destrucción de la ecología del país etc.
Pero lo más risible es que EEUU auspicia conferencias en Bolivia donde sus académicos Lindsay Robertson, Stephen Greetham y Amanda Cobb llaman a los indígenas bolivianos a la lucha diciendo que en los Estados Unidos, “no toda la población sino las tribus son dueñas de los recursos naturales que están sobre la tierra y debajo de ella”.
El cinismo de estos no tiene límites, ya que todos saben que los nativos norteamericanos viven en la peor miseria. De acuerdo a las estadísticas de las Naciones Unidas, su ingreso medio no llega ni a la mitad del promedio general y un indígena tiene 600 veces más probabilidad de contraer tuberculosis y un 62 % más de probabilidad de cometer suicidio que la población general norteamericana.
No dicen que la protesta indígena fue cruelmente reprimida y sus líderes asesinados o metidos en cárceles.
Las ONGs fueron creadas para promover la globalización y abrir camino a las transnacionales. Su verdadero autor fue el profesor norteamericano William A. Douglas que en su libro escrito en 1972, Developing Democracy, dice que “los países de Asia, África y América Latina son en realidad unos “niños que para su desarrollo necesitan la reglamentación, el control y tutela de los Estados Unidos”.
Hacerlo de arriba ya no se podía por la inefectividad de los gobiernos de turno. Entonces operaron desde abajo, creando organizaciones de base o penetrando ya existentes por alguna agencia especializada del Departamento de Estado norteamericano.
Para realizar esta idea el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) elaboró el plan “Project America” activado en los años 1980, justo cuando aplicaron en el Tercer Mundo sus “Terapias de Choque” y posteriormente “El Consenso de Washington”. Decía su consigna: “free politics and free markets are good for the US and good for all God’s children”.
(La política liberal y el libre Mercado es bueno para EEUU y para todos los hijos de Dios).
Las ONGs fueron financiadas al comienzo por el Departamento de Estado a través de la organización de la Agencia del Desarrollo Internacional (USAID) y por la Fundación Nacional para la Democracia (NED) bajo la asesoría de la CIA.
Los países occidentales acogieron con beneplácito la formación de las ONGs para promover junto con la agenda globalizada sus propios intereses.
Después engrosaron sus filas las corporaciones petroleras como la Shell, BP etc.. Muchos ricos aprovecharon el asunto, el billonario George Soros con la ayuda de su ONG se apoderó de una de las más grandes minas de oro de Kosovo durante la guerra contra Yugoslavia.
Con la destrucción de la Unión Soviética las ONGs encontraron sus nuevos “niños” en ex países socialistas y en especial en Rusia. De acuerdo al profesor norteamericano Robert Bruce Ware, para 2005 se instalaron en Rusia más de 450,000 ONGs con el propósito de instruir sus nuevos clientes en el manejo de la democracia y los derechos humanos prestando una atención especial a las provincias más lejanas de Rusia, consideradas más propicias para los futuros “caos controlados” o “rebeliones” al estilo de Libia.
El senador norteamericano Richard Lugar ya presentó la moción en el senado de empezar a usar las redes sociales en América Latina para hacer revoluciones al estilo de Egipto, Túnez y Libia.
Será nueva tarea para muchas ONGs en la región usando su experiencia en África. Con esta moción de qué vale que Evo Morales en cinco años de su gestión bajó la pobreza moderada (dos dólares al día) del 60 por ciento al 49 por ciento y la extrema pobreza del 37 por ciento al 25 por ciento.
La consigna es tumbarlo pues se opone al sistema y al orden establecido por las transnacionales.
El vicepresidente de Bolivia García Linera dice que “los críticos oenegistas salen en defensa de quienes en estos cinco años buscaron restablecer el poder de las transnacionales y de las oligarquías nacionales a través de golpes de Estado y actitudes separatistas”.
Lo mismo sucede en Venezuela donde las ONGs financiadas por Estados Unidos arremeten contra Hugo Chávez.
¿Y sin comparar las condiciones y modelos del desarrollo, acaso en Rusia los medios de comunicación no se cansan de repetir diariamente que en el “país todo sigue igual o peor” sin ofrecer una crítica constructiva?
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI