Moscú, 25 de enero, RIA Novosti. Una parte de la presa hidroeléctrica rusa Sayano-Shúshenskaya se cubrió de hielo cuya masa alcanza 25.000 toneladas y 22 metros de altura, lo que implica el riesgo de nuevos accidentes en esta empresa siberiana donde murieron 75 personas a causa de una avería en agosto pasado, escribe hoy el periódico Gazeta (Gzt.Ru).
La corteza de hielo afecta a las instalaciones hídricas, lo cual podría derivar en una catástrofe y hasta provocar el derrumbe de la presa en junio o julio, cuando suban las aguas del Yeniséi, advierten algunos expertos. Representantes de la compañía operadora RusHydro admiten que la situación es "poco ordinaria" pero aseguran que el proceso está bajo control y descartan la posibilidad de nuevos accidentes. "No hay riesgo de una catástrofe", afirmó Rasim Jaziajmétov, director gerente de RusHydro.
La formación del iceberg es resultado de que la central, cuyos equipos hidráulicos quedaron perjudicados o destruidos por la avería, se ve obligada a mantener sus aliviaderos funcionando este invierno, con el objetivo de preparar el embalse para la crecida del verano próximo. Por consiguiente, hay una nube de partículas de agua flotando a una altura de 100-200 metros sobre la presa. Las bajas temperaturas las transforman en granos de nieve o hielo que caen sobre las instalaciones.
Técnicos de RusHydro calculan que esta mole de hielo, de unas 25.000 toneladas a día de hoy, ejerce una presión de 200-300 toneladas por cada metro lineal del coronamiento. El nivel crítico sería de 400 toneladas por metro lineal, según la estimación de Lenhidroproyekt, la empresa diseñadora de la central.
Si la temporada de frío persiste, la altura del iceberg podría duplicarse en dos o tres semanas. El coronamiento difícilmente aguantará tanta presión, lo que comporta el peligro de graves destrucciones en la cuenca de disipación, considera Alexander Prokopchuk, colaborador del Instituto de Física Nuclear en la Universidad Estatal de Moscú.
En principio, las consecuencias podrían ser catastróficas durante la crecida: una ola de 30-50 metros de altura se precipitaría corriente abajo por el Yeniséi con una velocidad próxima a 100 Km/h. Inundaría en cuestión de treinta minutos la ciudad de Sayanogorsk, con una población de 50.000 habitantes, y dos localidades donde vive un total de 14.000 personas. A Krasnoiarsk, cuya población supera un millón de habitantes, este tsunami llegaría en 4 ó 5 horas, muy debilitado ya, pero si las aguas derrumban la presa hidroeléctrica local, que es la segunda en potencia, la ciudad se verá invadida por una ola de 60 metros de altura.
Una catástrofe similar en la presa de Vajont, en Italia, provocó más de 2.000 víctimas en 1963.
RusHydro planea reparar en los próximos meses dos unidades hidráulicas y poner en marcha el primer grupo de un aliviadero en la costa, lo que paliará en grado notable la actual escasez de capacidades de desagüe.
Con una presa de 245 metros de altura y una longitud de 1.066 metros, la hidroeléctrica Sayano-Shúshenskaya, en funcionamiento desde 1978, es la mayor de Rusia y una de las más grandes del mundo. Una grave avería en la sala de máquinas causó el pasado 17 de agosto la muerte de 75 personas, destruyó varias turbinas y paralizó totalmente esta empresa cuyas diez unidades generadoras, de 640 megavatios, producían 22.800 millones de kilovatios hora al año. La reconstrucción de la central se va a prolongar por varios años
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)