Moscú, 16 de diciembre. RIA Novosti. El periodista iraquí Muntazer al Ziadi que el pasado domingo lanzó sus zapatos al todavía presidente de los EEUU George Bush, tendrá la oportunidad de ayudar en algo a los huérfanos, viudas y a todos los que sufren las consecuencias de la guerra y ocupación norteamericana de Irak.
En el caso de que le devuelvan sus ahora famosos zapatos, al ser declarado inocente desde el punto de vista penal, tendrá opción de venderlos al mejor postor y con la suma que perciba de alguna u otra manera aportará en algo para atenuar el sufrimiento de su pueblo. Algunos hombres de negocios han manifestado el deseo de pagar por ellos fuertes sumas de dinero. Claro está, primero habrá que averiguarse dónde están los zapatos, quién los tiene. Unos dicen que la policía iraquí los retuvo como evidencia del delito, otros dicen que la seguridad del presidente norteamericano los tomó como recuerdo de aquel domingo 14 de diciembre.
El incidente de los zapatos iraquíes ha tenido bastante resonancia en el mundo, opacando por completo la razón por la que llegó George Bush a Irak. La organización islamista Hezbollah, calificada de terrorista por EEUU, calificó al periodista de "valiente" y "héroe". La ONG libia presidida por una de las hijas del dictador Muammar Gaddafi anunció que le otorgará "la orden al coraje" de dicha institución.
En todo el mundo árabe y en muchas partes del globo terráqueo sólo se habla de los zapatos lanzados al "amado" George Bush. En Irak ya se habla hasta del "Día internacional del calzado". Todo esto testimonia que la autoridad del presidente estadounidense está totalmente por los suelos. Que no se le tiene el mínimo respeto. Y lo más triste de todo, que por él muchas personas en el mundo odian al pueblo norteamericano que no tiene culpa de las atrocidades cometidas durante su Gobierno.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)