Investigaciones serias han demostrado que la soja, presentada en los últimos tiempos como la solución al flagelo del hambre, está muy lejos de ser el "alimento perfecto".
E1 consumo de soja tiene mucha prensa. Se presenta como la solución al hambre. Se promociona como el alimento perfecto.
La dura realidad la revela como una trampa: los niños pequeños alimentados a soja, no podrán asimilar hierro, calcio o zinc y su sistema hormonal será desequilibrado. Su desarrollo intelectual será menor que el resto de los niños. Las embarazadas que consumen soja como dieta base tendrán serios problemas en el sistema hormonal de su bebé y de ellas mismas.
Y los adultos, que creímos en el espejismo de la soja (transgénica o no) incorporamos dosis hormonales fortísimas y nos exponemos a baja de defensas y a complicaciones de alergias.
En verdad: somos las víctimas de la necesidad de las multinacionales de ubicar la soja con la que alimenta al ganado, el primer mundo.
Detrás del espejismo y de los carteles de colores, nos hallamos ante la dura realidad: La soja crea una deficiencia de la vitamina B1. El ácido fítico se une a los minerales impidiendo su absorción especialmente zinc, calcio y magnesio. Los que consumen muchos productos con soja tienen riesgo de sufrir deficiencias de estos minerales. La soja es una fuente de proteínas incompleta y desequilibrada.
Los porotos de soja tienen propiedades antitiroides. Las ísoflavonas estrogénicas presentes en la soja tienen fama de ser beneficiosas para la salud: La dura verdad es que las personas que consumen productos de soja regularmente pueden sufrir diversos desequilibrios de la tiroides. Los estudios con animales vinculan a las isoflavonas con el bocio. Otros estudios vinculan el consumo de soja no solo con el hipotiroidismo, sino también con bajos niveles de energía, deficiente absorción de minerales e infertilidad.
La proteína de soja texturizada es utilizada como relleno a pesar de que contiene antinutrientes. Tanto el de soja como otros aislados de proteínas pueden causar un balance de calcio negativo en los seres humanos y contribuir a causar osteoporosis.
Leche que no es leche
La leche de soja se usa como reemplazo de la leche de vaca y se la promociona para el consumo masivo en las fórmulas para bebés. La leche de soja no es equivalente a la leche humana ni a la vacuna. Y no solo eso: el jugo de soja (así debe llamarse) posee características negativas como alimento para bebés o niños: puede modificar su desarrollo hormonal.
Le incorpora al bebé sustancias que actúan como hormonas, en tal grado que el organismo siente estar recibiendo el equivalente a varias pastillas conceptivas al día, concentración compuestos estrogénicos 2.000 mayores que los de la leche humana o de la leche en polvo de vaca, podría causar un desarrollo prematuro de los pechos y de características sexuales en jovencitas, y la posibilidad de que los órganos masculinos no se desarrollen normalmente en la pubertad del varón. Además, carece de colesterol, una sustancia esencial para el adecuado desarrollo del cerebro y del sistema nervioso central de los niños. El lobby de la soja es muy poderoso ya que ofrece al fabricante de alimentos y de bebidas un relleno económico.
¿Porqué nos dan soja hasta por las orejas?
La Argentina como país ganadero de cosechas récord no puede alimentar a sus pobladores. Esto es posible gracias un perverso modelo agroalimentario implantado en la última década y media en el que las grandes empresas transnacionales y la industria semillera dependiente de agro tóxicos llevó al país a producir para exportar sin valor agregado, operación que no se traduce en alimentos de calidad suficientes para alimentar a nuestra población.
Un esquema de producción que achica mano de obra y degrada el ambiente hasta el límite de dejarlo estéril.
En resumen: una agricultura, como dice el Foro de Ecología política, sin agricultores, deforestadora de bosques y de selvas nativas, con expulsión de comunidades campesinas, en el afán de extender la frontera sojera hacia regiones que no resisten muchos ciclos de cultivo sin degradarse
Casi la totalidad de los cultivos de soja son transgénicos, bajo firmas que venden la semilla y el paquete tecnológico al campesino cada vez más pobre, a precio dólar.
Hoy, se promociona la soja transgénica para paliar el hambre. Esa soja en el primer mundo es la comida del ganado. Es una simple maniobra para abrir nuevos mercados para sectores multinacionales.
El Foro de Nutricionistas (Foro para un Plan de Alimentación y Nutrición, con el auspicio de UNICEF) en julio de 2002, alertó al gobierno nacional, (que los habia consultado junto a especialistas de distintas instituciones, como la FAO; UNICEF universidades nacionales; ministerios; INTA, Sociedad Argentina de Pediatría, Cáritas, otros) que "En cuanto al uso de la soja, se recomienda puntualizar cuál es su real valor nutricíonal, su uso adecuado como complemento en el marco de una alimentación variada y completa, y la recomendación de no denominar a la bebida obtenida de la soja (jugo) como "leche" (leche de soja), pués no la sustituye de ninguna manera. (...) es deficitaria en muchos nutrientes, y por su alto contenido de fitatos interfiere en la absorción del hierro y del zinc; tampoco es una buena fuente de calcio. ( ... ) La utilización de soja debe contemplar el impacto ambiental y social, los requerimientos de capacitación para su adecuada utilización, la dificultad de su incorporación en el contexto de la cultura alímentaria y las consideraciones nutricionales que desaconsejan el uso en niños menores de 5 años y especialmente en menores de 2 años".
Este fue el consejo que recibió el gobierno nacional antes de lanzar la soja solidaria:
Antes de ocultar estas realidades y someter a la gente a una dieta empobrecida y riesgosa.
Antes de doblegar al país ante el poder de las multinacionales.
Antes de legitimar que la gente coma alimento para ganado.
Viejo Condor
Lic. Silvana Buján
Bios Argentina Mail (SIC)