Presidente de Francia, François Hollande
El presidente de Francia, François Hollande, cumplió el lunes 6 de mayo su primer año de mandato al frente del Elíseo diezmado por varios escándalos en el Gobierno, la crisis económica y por un nivel de impopularidad que ha caído hasta mínimos históricos.
Desencanto total
Elegido el 6 de mayo de 2012 para suceder a Nicolás Sarkozy gracias al apoyo masivo de los votantes del Partido Socialista, François Hollande, se convirtió en el primer presidente de izquierdas en los últimos 17 años.
Hollande legó a la presidencia bajo el lema 'El cambio es ahora', pero un año después sus compatriotas, que en vano habían esperado un cambio, están desencantados con su mandatario: según los sondeos, el 74% de los franceses -un récord absoluto en la historia moderna del país galo- desaprueba su gestión.
Los recientes estudios de la opinión pública revelan que, si se celebraran los comicios presidenciales ahora, el presidente socialista no superaría la primera vuelta y se quedaría por detrás no sólo de Sarkozy sino también de la líder ultraderechista, Marine Le Pen.
Perspectivas malas
Los sociólogos creen que el líder francés aún tiene posibilidad de recuperar la confianza de los ciudadanos, pero su éxito dependerá de la situación económica. Mientras tanto, las perspectivas de Francia en este sentido siguen siendo poco halagüeñas. Durante su campaña electoral Hollande prometió que Francia cumpliría sus compromisos ante la UE y bajaría el déficit presupuestario al 3% en 2013, pero las previsiones de la Comisión Europea estiman que París cerrará 2013 con un déficit del 3,9% y que su déficit llegará hasta el 4,2% del PIB en 2014.
La Comisión decidió dar a Francia dos años suplementarios para llevar su déficit público hasta la cifra mágica del 3% pero exigió a París que pusiera en marcha cuanto antes “sustanciales reformas estructurales”. Pero la situación deja mucho que desear: la Comisión Europea pronostica que Francia, segunda economía de la zona euro, cerrará este año en recesión con una caída de 0,1% y que su deuda pública crecerá hasta el 94% del PIB este año y hasta el 96,2% el año próximo.
Otra de las promesas electorales del actual jefe del Estado galo era frenar el desempleo antes de que termine 2013. Sin embargo, el número de personas desempleadas en Francia el pasado marzo superó los 3,2 millones, cifra con la que se bate el récord histórico registrado. La Comisión Europea estima que para finales de este año la tasa de paro se estabilizará en el 10,6% de la población activa, aunque en 2014 volverá a crecer hasta un 10,9%.
Escándalo en el gobierno
La primera crisis del Gobierno de Hollande, que prometió una República “irreprochable” al ganar las elecciones en mayo pasado, supuso un nuevo revés político para el cada vez más impopular presidente socialista. En diciembre la página web Mediapart reveló que el ministro de Hacienda francés, Jérôme Cahuzac, mantuvo abierta durante años, antes de llegar al Gobierno, una cuenta secreta en la Unión de Bancos Suizos (UBS) de Ginebra. El diario digital aseguró que Cahuzac trasladó aquella cuenta desde Suiza hasta Singapur, otro paraíso fiscal, mediante un complejo mecanismo de sociedades interpuestas.
Después de negar durante tres meses esta información, Cahuzac acabó dimitiendo de su cargo el pasado 19 de marzo y a principios de abril reconoció haber mantenido una cuenta en Suiza durante "una docena de años", según una declaración publicada en su blog en Internet. Tras este reconocimiento, Cahuzac fue imputado por "blanqueo de dinero" y "fraude fiscal".
El escándalo minó la confianza ciudadana, ya escasa, en el gobierno socialista. El Partido expulsó a Cahuzac de la formación, pero quedó “un mal sabor de boca” .
Éxitos dudosos
Se puede calificar como un éxito de Hollande la adopción de la ley que permite los matrimonios homosexuales en Francia. También fue una de las promesas electorales del actual mandatario galo que se hizo realidad gracias a la mayoría socialista en ambas cámaras del parlamento a pesar de la resistencia conservadora.
Al mismo tiempo la ley dividió la sociedad francesa. La nueva ley permite a las parejas homosexuales adoptar niños, cosa que provoca descontento en los opositores al “matrimonio para todos”.
Quizás el único éxito incondicional de François Hollande reconocido por los ciudadanos sea la intervención militar en Malí. La situación en este país africano se agravó cuando grupos de rebeldes islamistas empezaron a atacar a las tropas gubernamentales en el centro del país. El presidente de Francia reaccionó de inmediato ante la petición de ayuda por parte de las autoridades malienses y el 11 de enero el ejército galo lanzó una operación militar contra los islamistas, consiguiendo frenar su avance.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI