El Ejército avistó objetos metálicos y asientos a 650 kilómetros al noreste de las costas brasileñas.- Un piloto brasileño asegura haber visto "extraños puntos naranjas" en aguas senegalesas
El ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim, ha confirmado este martes a última hora que el Airbus 330 de la compañía Air France desaparecido con 228 personas a bordo "cayó en la zona brasileña", en base a los restos divisados en el océano por los aviones de la Fuerza Aérea de Brasil durante este jornada. El ministro ha hecho las declaraciones en una rueda de prensa en Río de Janeiro después de visitar en un hotel a los familiares de los 58 brasileños que viajaban en la aeronave.
Los restos, partes del fuselaje del avión y asientos, han sido localizados a más de 650 kilómetros del archipiélago de Fernando de Noronha, al noreste de Brasil, según han informado poco antes fuentes militares brasileñas, que no pudieron confirmar si se trataba del Airbus desaparecido. "Aún no podemos decir que sean del avión porque es necesario retirar una pieza y que contenga un número o marca que la identifique como parte del avión", afirmó el vicedirector de Comunicación Social de la Aeronáutica brasileña, el coronel Jorge Amaral.
Los equipos de rescate brasileños y franceses, en colaboración con Estados Unidos y España, han intensificado la angustiosa búsqueda del avión, que ayer desapareció en el océano Atlántico con 216 pasajeros y 12 tripulantes cuando viajaba de Río de Janeiro a París.
Según expertos de la Fuerza Aérea brasileña, si se confirmara que los restos de avión que han sido encontrados en el Atlántico son del Airbus desaparecido, quedaría demostrado que el comandante trató de volver a la base aérea de Fernando de Noronha, ya que los restos hallados se encuentran a la derecha de la ruta seguida por los aviones que vuelan de Brasil a Europa, informa Juan Arias desde Río de Janeiro.
Con todo, la tragedia aérea, que tiene en vilo a los familiares de las personas que viajaban a bordo, apunta desde el primer momento a un triste final. Las esperanzas de hallar supervivientes son prácticamente nulas, tal y como aseguró el lunes el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Desaparición en la madrugada
El avión partió de Río de Janeiro a las siete de la tarde del domingo (medianoche en la España peninsular). Se comunicó por última vez con los controladores de Brasil tres horas y media más tarde cuando informaron de que entrarían en el espacio aéreo de Senegal. El comandante avisó de que entraban en una zona de turbulencias. El vuelo AF447 tenía que haber aterrizado en el aeropuerto de Charles Gaulle a las 11.10 hora francesa (9.10 GMT). Pero ya no se supo nada más.
En mitad del trayecto, sobrevolando el Atlántico, el aparato comenzó a emitir señales automáticas que informaban de diversas averías, entre las que se contaba un fallo eléctrico general. A las 2.14 de la madrugada (4.14 hora peninsular) desapareció en plena tormenta. Los responsables de Air France aseguraron ayer que la causa posible del accidente es un rayo que, al alcanzar el avión, desencadenó un fallo en serie de todo el sistema. Pero nada es seguro. La desaparición del avión sin una señal de alerta complica la investigación.
Una vez fuera del alcance del radar, el Airbus 330 pudo precipitarse en una zona situada a unos 1.100 kilómetros de la costa de Brasil, donde la profundidad de las aguas del Atlántico oscila entre los 1.600 y los 4.000 metros. (Consulte el GRÁFICO de las últimas horas del vuelo AF-447)
Amplio dispositivo
Brasil ha movilizado ocho aeronaves, que se suman a los tres navíos de la Marina que rastrean el área que corresponde al control aéreo brasileño, mientras que la zona bajo control aéreo de Dakar está siendo rastreada por aviones franceses.
El presidente de EE UU, Barack Obama, ha dicho que su país ayudará con lo sea "necesario" para encontrar el avión desparecido. El Pentágono colabora desde el lunes con información procedente de sus satélites. España envió dos aviones que tiene en la base de Senegal.
En el aeropuerto internacional de Río de Janeiro Antonio Carlos Jobim y en el Charles Gaulle reina la angustia. Los familiares esperan con dolor y lágrimas la llegada de noticias. Padres, hermanos, novios y amigos saben que las esperanzas de encontrar supervivientes son muy escasas, casi nulas.
La relación completa de pasajeros por nacionalidades es la siguiente: 61 franceses, 58 brasileños, 26 alemanes, 9 chinos, 9 italianos, 5 británicos, 6 suizos, 5 libaneses, 4 húngaros, 3 eslovacos, 3 noruegos, 3 irlandeses, 2 estadounidenses, 2 españoles, 2 marroquíes y 2 polacos. La lista se completa con un ciudadano de cada uno de los siguientes países: Suráfrica, Argentina, Austria, Bélgica, Canadá, Croacia, Dinamarca, Islandia, Estonia, Gambia, Holanda, Filipinas, Rumanía, Rusia, Suecia y Turquía.
Viejo Condor
El País Mundo (SIC)