Fuentes del Gobierno ruso admiten la posibilidad de que Moscú opte por congelar "indefinidamente" el suministro de misiles antiaéreos S-300 a Irán, escribe hoyGazeta.Ru. Será una señal reconciliadora hacia Washington de cara al primer encuentro entre los presidentes Dmitri Medvédev y Barack Obama.
Los detalles del contrato entre Moscú y Teherán se mantienen en secreto a pesar de que fue firmado en 2005. De acuerdo con la prensa, Rusia se comprometió a enviar a Irán entre 40 y 60 misiles S-300. Lo más valioso en este contrato para la parte rusa es que constituye un factor de irritación para EEUU. La retirada de las tropas estadounidenses desde Iraq, hacia mediados del próximo año, devendrá una catástrofe para Washington a menos que consiga normalizar para esta fecha las relaciones con Teherán.
"De hecho, Iraq se verá bajo el control iraní, lo cual supondrá el fracaso de EEUU que durante muchos años se esforzó por afianzarse en esta región", señaló Rayab Safárov, experto ruso en estudios iraníes.
Aludiendo a la eventual congelación del contrato de S-300, Moscú obliga a Washington a que le haga propuestas más concretas. "La ambigüedad en lo concerniente a este suministro es una excelente carta de triunfo que Moscú podría sacar de la baraja en cualquier momento, así que sería incorrecto poner aquí el punto final", dijo Safárov. El contrato, según él, prevé efectuar la entrega de misiles en plazos "convenientes a la parte rusa", de modo que no cabe hablar de una revisión radical de la postura de Moscú.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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