Aumentan tensiones en torno a Irán
Japón apoya la iniciativa de la Unión Europea de decretar embargo a las importaciones de petróleo procedente de Irán, manifestó recientemente el ministro de Finanzas japonés, Jun Azumi.
“El 10% de la compra de petróleo de nuestro país recae sobre Irán. Estamos dispuestos a recortarlas lo antes posible y gradualmente”, declaró Azumi tras entrevistarse con su homólogo estadounidense, Timothy Geithner.
El pasado 11 de enero el secretario del Tesoro de EEUU acudió a Pekín, donde intentó persuadir a los dirigentes del país de que presten su apoyo a la iniciativa de la Europa comunitaria y de Estados Unidos, pero recibió una cortés y firme negativa. Es de entender, dado que Irán es el tercer suministrador de hidrocarburos más importante del mercado chino.
Mientras tanto, Estados Unidos reforzó su presencia en la zona del Golfo Pérsico, enviando allí un segundo portaaviones. El USS Abraham Lincoln, que ha acabado una visita a Tailandia, se unirá a los portaaviones Carl Vinson y John C. Stennis y a los numerosos buques de escolta.
Representantes del Pentágono calificaron este despliegue de buques de guerra en el Golfo de “operación rutinaria planeada hace tiempo” e insistieron en que no está relacionado con el aumento de tensiones en torno a Irán. Sin embargo, parece ser evidente que el objetivo potencial de los militares estadounidenses es Irán, que ha vuelto a amenazar con bloquear el estrecho de Ormuz, la principal arteria marítima por la que se transporta el petróleo procedente de Irán y de Arabia Saudí.
Embargo europeo a la vista
Teherán lanzó su nueva amenaza el pasado martes, 10 de enero, tras conocerse que los países de la Unión Europea podrían introducir un embargo para importaciones de petróleo iraní a partir del próximo 23 de enero. Los principales consumidores europeos, es decir, Italia, Grecia y España parecen estar dispuestos a afrontar las consecuencias de dicha medida. La UE está indignada por la negativa de Teherán a coperar con la comunidad internacional en el tema del desarrollo de su programa nuclear. Estados Unidos y sus aliados europeos están seguros de que tras sus “investigaciones con fines pacíficos” Irán está creando armas nucleares.
Todo parece indicar que estas suposiciones no son del todo infundadas. La semana pasada la portavoz del Organismo Internacional de Energía Atómica, Gill Tudor, comunicó que Irán había empezado a obtener en la planta subterránea de la ciudad de Qom uranio enriquecido hasta el 20%, dato que provocó preocupación no sólo de Washington, Londres y París, sino también de Moscú.
“Hemos de hacer constar que Irán sigue pasando por alto las exigencias de la comunidad internacional de relajar tensiones en torno a su programa nuclear, incluida la de suspender la construcción de la planta de enriquecimiento de uranio cerca de la ciudad de Qom”, señala el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Dos posibles desarrollos de los acontecimientos
Y qué pasaría si Teherán, tras perder a compradores europeos de su petróleo, tomara la decisión de bloquear el canal de Ormuz? Los acontecimientos podrían desarrollarse de acuerdo con uno de los dos siguientes guiones: el económico y el del uso de la fuerza.
Los países de la Unión Europea y Estados Unidos, siendo miembros de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) podrían recurrir a sus reservas estratégicas. Según el acuerdo sobre el programa internacional en el campo de la energía, todo miembro de dicho organismo ha de tener unas reservas de crudo equivalentes, como mínimo, a los volúmenes de las exportaciones nacionales en 90 días, así como limitar la demanda interna y compartir las reservas con otros miembros de la AIE.
El sistema en cuestión probó su eficacia durante la Guerra del Golfo de 1991.
Al mismo tiempo, muchos analistas opinan que los intentos de Irán de bloquear el transporte de petróleo por el canal de Ormuz no darán resultados deseados, dado que el transporte podría efectuarse por un itinerario alternativo, a través de los oleoductos de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. En caso de resultar infructuosas las medidas económicas y seguir siendo Irán un escollo para todos, podría ponerse en práctica usar la fuerza.
Estados Unidos puede echar por tierra el programa nuclear iraní
En el hipotético caso de que las amenazas de Teherán de bloquear la circulación por el canal de Ormuz vayan en serio, EEUU podría optar por una operación aérea que además de obligar a Irán a retractarse de sus propósitos, haría retroceder decenas de años su progreso técnico.
El Comandante del Estado Mayor del Ejército estadounidense, Martin Dempsey manifestó en la entrevista a la cadena CBS que “la operación aérea estadounidense podría borrar de la faz de la tierra el programa nuclear de Irán. Me gustaría que los dirigentes del país tomaran conciencia de ello”.
Busher, la primera central nuclear de Irán
Por supuesto, no habrá operación terrestre, pero es evidente que las fuerzas armadas de Irán serían incapaces de ofrecer larga resistencia a los ataques aéreos de Estados Unidos. No presenta mayor dificultad destruir todas las instalaciones “sospechosas” junto con algunas “claramente nucleares”, como por ejemplo la central nuclear de Busher.
Sin embargo, de momento, el jefe del Pentágono, León Panetta, asume el papel pacificador “En estos momentos lo más importante para nosotros es seguir ejerciendo presión diplomática y económica en Irán, para hacerle dar el paso correcto” dijo en una entrevista concedida el pasado 9 de enero a la cadena CBS. Es importante también cercionarnos de que no se dispone a reanudar el proceso de la creación de armas nucleares”, señaló Panetta.
El cambio de régimen no es imprescindible
Si Estados Unidos llega a iniciar una operación contra Irán, apenas buscará cambiar el régimen político en el país. El objetivo de Washington sería debilitar la influencia internacional y regional de Irán. El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, más que un dictador, es un títere guiado por el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, quien toma todas las decisiones políticas. A diferencia del anterior presidente de estados Unidos, George Bush hijo, Barack Obama no se propone “democratizar el Oriente Próximo”.
El objetivo de Washington sería más pragmático, mantener y fortalecer su influencia en la región. Un Irán teócrático pero débil le viene mejor que un Irán “demócrata”, porque la democracia podría ir asociada a anarquía política y a caos económico. A los estadounidenses les tocará construir relaciones con las nuevas democracias “africanas y asiáticas”, es decir, Túnez, Libia, Egipto, Yemen y, posiblemente, Siria.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
La opinión del autor no coincide necesariamente con la de RIA Novosti