Al pasar una semana más, los bandos contrincantes en Libia siguen sin poder imponerse el uno al otro. La ayuda de la OTAN a los rebeldes surte poco efecto.
Expertos señalan que la operación contra Gadafi se dilata, por lo que Occidente corre el riesgo de quedar empantanado en ese conflicto en contra de su propia voluntad.
La idea de tumbar a Gadafi por una “pequeña guerra victoriosa” bajo la bandera de la democracia, no ha funcionado.
Este juicio se gana últimamente cada vez más partidarios entre politólogos y expertos militares en occidente.
Las tropas del coronel en desgracia no solo han logrado mantener sus posiciones, sino van desplazando cada día más activamente a los insurgentes.
Las batallas, si así pudieramos llamar los esporádicos enfrentamientos que surgen entre aislados grupos de opositores armados y la fuerza organizada del ejército, se están registrando más al este, hacia Bengazi, el principal baluarte de la oposición.
La aviación de la OTAN ayuda poco a los antigadafistas.
Por falta de coordinación con las fuerzas de la oposición, los militares occidentales cometen cada vez más errores.
En Marsa el Brega los aviones aliados atacaron, hace algunos días, las posiciones de los rebeldes tomándolos por partidarios de Gadafi. El “fuego amistoso” dejó al menos 13 muertos.
La oposición libia exigió explicaciones y disculpas. Pero el secretario general de la OTAN, Anders Fog Rasmussen, prefirió declarar que los rebeldes debían haberlo avisado con antelación sobre sus desplazamientos.
Por supuesto, es una falla muy grave, lamento lo de los muertos, pero insisto en que era difícil evaluar la situación desde el aire.
Porque antes los mismos tanques pertenecían a Gadafi y sus adeptos. En todo caso hacemos cuanto posible para evitar víctimas civiles.
Nuestra misión es garantizar la seguridad del pueblo libio.
El Viejo Mundo ya ha llegado a entender que Gadafi no se irá por sí solo, mas para destronarlo se precisa una invasión terrestre, dice Serguei Demidénko, experto del Instituto de Análisis y Evaluaciones Estratégicas.
Occidente trata de encontrar alguna alternativa para dar una solución política y diplomática al conflicto.
Por lo visto, está tanteando el terreno para salir de la embarazosa situación sin perder la cara y con el mínimo de pérdidas en general, evitando el desenlace absurdo de la situación y una guerra total en Libia.
El único problema en este camino puede ser la renuncia de Gadafi que exige Occidente.
Gadafi no lo aceptará fácilmente.
Ni dejará despojar del poder a su clan y su familia.
Por ahí es donde se vislumbran las principales dificultades.
La oposición es otro tema que requiere de un profundo análisis.
Es muy heterogénea. Y es obvio que su fuerza principal son los islamistas.
Y no hay clarirdad en cuanto a su evolución interna.
Últimamente se puede escuchar con frecuencia las propuestas de suministrar armas a los rebeldes.
Moscú insiste en que esta opción es absolutamente inadmisible.
El ministro de asuntos exteriores de Rusia ya ha declarado que Rusia espera aclaraciones de parte de la OTAN en cuanto a sus palanes para apoyar militarmente a la oposición en Libia.
Cualquier cosa que se pida desde Bengazi o Tripoli, el Consejo de Seguridad de la ONU tendrá que analizar el tema libio con carácter regular y lo va a estar haciendo.
Primero porque, al aprobar la resolución de 1973, el Consejo estableció el mandato que hoy rige el comportamiento de la OTAN y algunos otros estados y los obliga a informar del cumplimiento de la resolución y segundo porque el serretario general de la ONU tiene en Libia a su emisario especial, el ex ministro de asuntos exteriores de Jordania, Abdel Ilah al Jatib, que está pendiente de los aspectos humanitarios y políticos de la crisis actual. Abdel Iliah Jatib ya ha transmitido al Consejo de Seguridad las primeras impesiones que trae de Libia.
Pero también nos gustaría saber que opinan sobre el particular la Liga Árabe y la Unión Africana,dijo Serguèi Lavrov.
En esta situación el coronel Gadafi trata de agarrar la iniciativa no sólo en el plano militar, sino también en el diplomático y el informativo.
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)