Este viernes la Asamblea Legislativa de Costa Rica aprobó, con 31 votos a favor y ocho en contra, la entrada de las fuerzas militares norteamericanas que se quedarán en la nación centroamericana entre el 1 de julio y el 31 de diciembre de 2010 con la excusa de luchar en contra del narcotráfico.
Los partidos que rechazaron la decisión de la Asamblea fueron Acción Ciudadana (PAC), Frente Amplio (FA) y Unidad Social Cristiana (PUSC), que expresaron que la presencia militar estadounidense no es proporcional al objetivo que venían a cumplir que es el de combatir el tráfico de drogas.
Desde el 1 de julio próximo, Estados Unidos (EE.UU.) trasladará al territorio costarricense unos buques capaces de transportar 200 helicópteros y aviones de guerra, así como también naves parecidas al catamarán y un buque hospital.
El diputado del PUSC, Luis Fishman, opinó que permitir la entrada de esta Ejército es ''dar un cheque en blanco. No podemos ser partícipes de un acto ilegal, no permitiremos que se rompa la Constitución", indicó.
El legislador del FA, José María Villalta, mencionó el convenio bilateral que se firmó diez años atrás, el cual permitía el ingreso de guardacostas de EE.UU., sin embargo, nunca se mencionó tropas militares y equipo naval.
También criticó las condiciones bajo las cuales las fuerzas navales estarán en el país centroamericano, puesto que tendrán libertad plena para efectuar las actividades necesarias para el cumplimiento de su misión.
El Frente Amplio invitó a la población a reflexionar sobre la importancia que tiene la región para los norteamericanos, que es considerada por ellos su área de influencia.
También aludió a la la estrategia estadounidense de dominar la región centroamericana en su totalidad tras el folpe de Estado en Honduras y la instalación de siete bases militares en Colombia.
A un año de su derrocamiento, en una enrtrevista ofrecida a teleSUR el pasado 28 de junio, el ex presidente de Honduras, Manuel Zelaya expresó que Estados Unidos estuvo detrás del Golpe de Estado que lo derrocó y que puso en el poder a Roberto Micheletti.
''El Departamento de Estado (de EE.UU.) trató de ocultar su injerencia en el golpe de Estado, desde el principio hicieron todo lo posible, condenaron el Golpe, el propio embajador de Estados Unidos en Tegucigalpa, Hugo Llorens, tomó medidas, canceló visas a los golpistas. Sin embargo, poco a poco no se pudo mantener esa posición y terminaron apoyando la dictadura de Micheletti'', expresó Zelaya en la entrevista.
A finales de 2009, el Gobierno colombiano firmó un acuerdo con EE.UU. para instalar siete bases militares en el territorio, tratado rechazado por la mayoría de los países de la región.
"Que quede claro, este acuerdo lo que busca es acabar con el narcotráfico y el terrorismo en Colombia'', indicó el canciller de esa nación, Jaime Bermúdez cuando se publicó el pacto.
En mayo último, el Partido Revolucionario Democrático (PRD) de Panamá denunció la existencia de un informe que evidenciaba la presencia de tropas militares estadounidenses en la provincia panameña de Dairén, fronteriza con Colombia.
"El país tiene derecho a conocer que se está haciendo a lo largo de su territorio", indicó en esa oportunidad el secretario general del PRD, Mitchell Doens.
Ante la instalación de tropas navales de EE.UU. en Costa Rica, los diputados de la oposición de ese país manifestaron que presentarían un recurso de amparo contra la resolución de la Asamblea, debido a que esta presencia militar de la nación norteamericana agrede el acuerdo hecho hace una década.