Científicos dedicados a preparar el viaje de cosmonautas al planeta Marte revelaron recientemente que una variedad de zancudo africano sobrevivió más de un año en la parte exterior de la Estación Espacial Internacional (ISS) donde estuvo expuesto a temperaturas extremas y la radiación cósmica letal para la mayoría de las formas vivientes en la Tierra.
"Cuando volvió a la Tierra un zancudo recuperó su vitalidad y hasta movió sus patas", dijo el vicepresidente de la Academia de Ciencias de Rusia Anatoli Grigoriev al comentar un experimento con organismos vivos efectuado en la ISS.
El científico explicó que fueron larvas de zancudo que permanecieron casi catorce meses una especie de jaula adosadas a la parte externa de la ISS sin ningún tipo de alimentación y expuestas a temperaturas de 60 grados sobre cero cuando la jaula estaba expuesto a la luz del Sol, y a 150 grados bajo cero cuando la ISS, a consecuencia del movimiento de rotación pasaba por la parte oscura de la Tierra.
El zancudo y otras formas vivientes fueron enviados a la ISS en el marco del experimento "Bio-Risk desarrollado por científicos del Instituto de Problemas Médico-Biológicos (IPMB) de Moscú, la principal entidad en Rusia dedicada a biología y medicina espacial.
El objetivo de esos experimentos que se desarrollan desde hace varios años, consiste en establecer los efectos de los vuelos espaciales en los organismos vivos, especialmente los efectos de la radiación cósmica, las temperaturas extremas, la escasa gravitación y otros factores.
"En un comienzo experimentamos con bacterias y hongos y posteriormente, colegas japoneses nos propusieron probar con el zancudo", dijo Grigoriev en relación a varios programas de investigaciones que adelanta en la ISS el IPMB y dos centros nipones especializados en el estudio de formas de vida de características especiales o de alta estabilidad genética como ciertas variedades de cebada y guisantes.
Entre las especies que más ha llamado la atención de los científicos nipones figura una especie de zancudo africano con un periodo de vida extremadamente corto, y cuyas larvas se desarrollan exclusivamente en un medio húmedo durante la temporada de lluvias.
En condiciones naturales del continente africano, los charcos de agua producidos por la lluvia se secan muy pronto, y para evitar su muerte, el organismo de este insecto entra en el denominado estado de "criptobiosis" y puede permanecer en ese estado un tiempo indefinido hasta que ocurra otro momento favorable (lluvia) para vivir. La criptobiosis es un estado en el que retardan, e incluso se suspenden la mayor parte de los procesos metabólicos y las funciones vitales de ciertas formas de organismos vivos.
En el caso del zancudo, los científicos nipones descubrieron que se produce un proceso de sustitución de las moléculas de agua en azúcar, y en consecuencia, adquiere una forma de "vida cristalizada" de una resistencia sorprendente, ya que las larvas en ese estado sobreviven inmersiones en acetona, nitrógeno líquido y agua hirviendo.
Al estudiar las moléculas de ADN de la larva, los científicos nipones descubrieron un mecanismo reiterativo de conexión y desconexión de los sistemas vitales que se activan entre 30 a 40 minutos, "esto ocurre gracias a la capacidad de "cristalización del organismo", resaltó al respecto Vladimir Sichev doctor en ciencias biológicas del IPMB.
"Precisamente la comprensión de ese proceso nos interesa desde el punto de vista de su posible aplicación a organismos vivos expuestos en condiciones extremas del cosmos durante los vuelos espaciales", indicó el experto.
La fase del experimento con las larvas de zancudo comenzó en el verano boreal de 2007 durante una caminata espacial efectuada por los cosmonautas rusos Fiodor Yurchijin y Oleg Kotov, entonces, los cosmonautas instalaron en la parte externa del módulo ruso Zvezdá 24 compartimientos con las larvas y otras muestras orgánicas como semillas de cebada, bacterias, y pulgas de agua.
Un año después los cosmonautas rusos Serguei Volkov y Oleg Kononenko en otro paseo espacial desmontaron las muestras orgánicas y las trajeron a la Tierra.
Entre las particularidades de esta fase del experimento, los científicos rusos destacaron que por primera vez en la órbita terrestre se investigó los efectos de vació, recalentamiento, enfriamiento y la radiación espacial en formas biológicas, ya que modelar en condiciones de laboratorio estos procesos es una labor imposible, subrayó Sichev.
El científico dijo que colegas rusos y de otros países preparan un experimento similar pero de mayor envergadura al enviar microorganismos y otras formas de vida en el proyecto "Fobos-Grunt" una sonda automática destinada a investigar Fobos la luna de Marte que traerá muestras del suelo de Fobos a la Tierra.
El objetivo es establecer los mecanismos de supervivencia de muestras biológicas, su capacidad de vivir en estado de criptobiosis y el proceso inverso en vuelos espaciales de varios años de duración.
Al comentar los resultados que se puede obtener en ese experimento excepcional, Sichev dijo que se obtendrán informaciones nuevas sobre los mecanismos posibles de aparición de vida en los planetas y probablemente, pruebas que permitan confirmar la teoría de la "panspermia" que supone que en el universo existen de forma dispersa formas primarias de vida y que una de esas formas condujo a la aparición de la vida que actualmente existe en la Tierra.
Al referirse a otros aspectos más prácticos, Sichev dijo que a partir de estas investigaciones, el hombre puede desarrollar tecnologías para conservar y transportar formas de vida en las expediciones interplanetarias espaciales de larga duración sin necesidad de "Arcas de Noé espaciales" indispensables para la alimentación de las tripulaciones.
En ese caso, con tecnologías de criptobiosis se podrán conservar (cristalizar) animales o plantas durante años, y revivirlos en el momento necesario para su utilización de los tripulantes de las expediciones interplanetarias.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Alexander Pesliak
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