El pasado 8 de abril de 2010, Rusia y EEUU firmaron en Praga el nuevo Tratado sobre reducción y limitación de armas ofensivas estratégicas (START).
El nuevo START sustituye el anterior tratado START-1, suscrito entre Rusia y EEUU en 1991 que expiró en diciembre de 2009, 15 años después de entrar en vigor, y el Tratado de reducción de los potenciales estratégicos ofensivos firmado en 2002.
Como informaron varias fuentes, el nuevo tratado START establece un límite de 1.550 cargas nucleares por cada Parte. El número de lanzaderas desplegadas (lanzamisiles, misiles balísticos intercontinentales, misiles nucleares instalados en submarinos y bombarderos estratégicos nucleares) no será superior a 700 unidades para cada bando. La cantidad total de los vectores, incuidos los que no están desplegados, no deberá superar las 800 unidades.
Al analizar las cláusulas del nuevo Tratado, se puede destacar los siguientes aspectos que determinan la nueva configuración del equilibrio estratégico nuclear.
- 1. A diferencia de lo estipulado en el Tratado Start-1, los misiles estratégicos rusos (Topol, Topol-M, Yars) en plataformas móviles no estarán sujetos a restricciones en cuanto a áreas de emplazamiento.
- 2. El nuevo Tratado establece restricciones al restablecimiento de potencial nuclear estratégico retirado de servicio activo. Con la disminución de las cantidades tope de portadores, EEUU y Rusia dispondrán de posibilidades iguales para mantener sus arsenales nucleares.
- 3. El Tratado no establece restricciones a los sistemas de defensa antimisiles de EEUU, sino que solamente, establece una vinculación entre las armas defensivas y ofensivas.
Rusia se reserva el derecho a abandonar el Tratado en caso de que el Programa Nacional de Defensa Antimisiles de Estados Unidos (DAM) amenace su seguridad. Este derecho está refrendado en la Declaración especial, suscrita por la Parte rusa simultáneamente con la firma del Tratado. Las Partes coincidieron en afirmar que hoy en día, los actuales sistemas DAM no perjudican la eficacia de las armas ofensivas estratégicas de Rusia.
Cabe mencionar que la falta de restricciones a las áreas de emplazamiento de sistemas de misiles en plataformas móviles de hecho descarta la posibilidad de desarrollar un sistema DAM capaz de interceptar misiles lanzados por tales sistemas en un futuro.
- 4. Las Partes determinarán a criterio propio los componentes de la "tríada nuclear" (conjunto de vectores con base en tierra, mar y aire). Previa notificación, cada una de las Partes tendrá derecho a desplegar nuevos tipos de misiles y vectores. De conformidad con estas condiciones, Rusia podrá reanudar la construcción de sistemas de misiles sobre plataformas ferroviarias.
- 5. El Tratado no estipula restricciones al despliegue de misiles con ojivas de reentrada múltiple contra objetivos independientes con base en tierra. En este caso Rusia mantendrá operacionales los misiles balísticos intercontinentales RS-20 y RS-18 y también podrá desarrollar nuevos tipos de misiles con ojivas de reentrada múltiple contra objetivos independientes.
- 6. El Tratado prohíbe emplazar armas estratégicas fuera de los territorios nacionales de las Partes. Esto garantiza que tales incidentes como la llamada Crisis del Caribe no podrán ocurrir en el futuro y también facilita el control mutuo sobre las armas nucleares estratégicas de cada una de las Partes.
- 7. Es importante destacar que el límite de 1.550 unidades establecido en el Tratado para las cargas nucleares no corresponde con su cantidad real. Esto se debe a que el documento estipula nuevas condiciones para contabilizar las cargas nucleares instaladas en bombarderos pesados. Según estas condiciones, cada bombardero se contabiliza como una carga, mientras la cantidad real de misiles o bombas nucleares instaladas en cada bombardero estratégico será de 12 a 24, en función del modelo. De esta manera, el límite real para cargas nucleares será de unas 2.100 unidades para Rusia y de unas 2.400 unidades para EEUU, que dispone de mayor número de bombarderos pesados. Esta desproporción se reducirá a medida que los bombarderos nucleares estratégicos estadounidenses B-1B sean retirados del servicio operacional y reconvertidos en vectores de armas convencionales, lo que excluirá la posibilidad de utilizarlos para lanzar ataques nucleares sin la respectiva remodelación que llevará mucho tiempo.
Además del Tratado de reducción de armas ofensivas estratégicas, las Partes firmaron el Protocolo que explica la terminología utilizada en el Tratado y establece nuevos mecanismos de verificación y control. Este documento todavía no fue analizado minuciosamente. A primera vista, los negociadores de Rusia y EEUU lo elaboraron prestando la máxima atención a las posturas de cada parte para evitar cualquier malentendido.
A juzgar por todo, la firma lel nuevo tratado START beneficiará tanto a Rusia como a EEUU. Ahora les toca a otras potencias nucleares adherirse al documento ruso-estadounidense.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Ilia Krámnik
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI