Las malas noticias no para en Japón y el miedo a una reacción nuclear en cadena no para de crecer. La Agencia Internacional de Energía Atómica informó quetuvieron que evacuar a 170.000 personas de la zona cercana a la planta nuclear que fue seriamente dañada por el brutal terremoto y el tsunami que afectó ayer al país.
El temor a que se repita una catástrofe atómica como la de Chernobyl se ha disparado no sólo en el país sino en la comunidad internacional. En especial, luego de las últimas informaciones difundidas oficialmente por el gobierno de Japón.
Una de ellas es al arduo trabajo de los operadores de la planta Daiichi que trabajan sin descanso para enfriar el reactor 1 de la central y evitar así una reacción nuclear, ahora hay que sumar una nueva emergencia en su reactor 3.
La Agencia de Seguridad Nuclear japonesa informó que hay serios problemas en la Unidad 3 de la planta. Su sistema de refrigeración dejó de funcionar y podría explotar. “Todas las funciones de mantenimiento de los niveles de refrigeración del reactor número 3 fallaron", informó un vocero de la empresa TEPCO, operadora de la central.
Más temprano, en la planta se había producido una explosión que llenó de pánico no sólo a los japoneses sino a miles de personas de todo el mundo que aún tienen en su mente el recuerdo del horror por la catástrofe nuclear de Chernobyl.
Por ese motivo, el gobierno de Japón trató de llevar tranquilidad a la comunidad internacional y aseguró que la explosión que hoy se registró en Fukushima no fue en el reactor ni generó una fuga radiactiva importante. Sin embargo, sus palabras no causaron el efecto deseado.
En una conferencia de prensa, el vocero del gobierno, Yukio Edano, dijo que la explosión tampoco dañó el depósito que protege al reactor de la planta nuclear de Fukushima. La detonación se debió a una reacción química entre hidrógeno y oxígeno, explicó el funcionario y aseguró que bajó el nivel de radiactividad en la zona.
Ayer, los primeros reportes indicaron que los operadores del reactor 1 de la planta de Fukushima detectaron una radiación ocho veces mayor a la normal en las afueras de la instalación y 1.000 veces más que la normal dentro de la sala de control.
Las imágenes transmitidas por la televisión japonesa tampoco aportaron calma. En ellas se pudo ver los muros de la instalación del reactor derrumbados y, en pie, sólo un armazón de metal. Las columnas de humo que salían de la planta sumaron espanto.
La televisión local logró captar el momento exacto en que la planta explotaba y cómo destruía el techo y las paredes del almacén que alberga el depósito del reactor. Además, el siniestro produjo cuatro heridos que según TEPCO se encuentran estables.
Unos 46.000 vecinos habían sido evacuados a primera hora de la mañana en un radio de 20 kilómetros alrededor de la planta. Esa cifra se cuadruplicó horas después.
Tras la explosión, la televisión pública pidió a los habitantes de la zona que se quedaran en sus casas y cerrasen las ventanas. Además, les aconsejó protegerse contra la radiación. Según los expertos es necesario cubrirse la nariz y la boca con toallas mojadas y lavarse las manos apenas se regresa a la casa.
Según Yukio Edano, después de la explosión no se incrementaron los niveles de radiación, sino que –por el contrario- disminuyeron. El funcionario no explicó cómo sucedió ese fenómeno, pero agregó que la explosión bajó la presión dentro del reactor.
Aunque quiso calmar a la población, no lo logró. En Japón saben que cualquier aumento de los niveles de radiación en el ambiente prácticamente podría elevar las tasas de cáncer a largo plazo. Esa posibilidad preocupa incluso a las autoridades que empezaron a distribuir pastillas de yodo a la población, una sustancia que ayuda a la protección contra el cáncer de tiroides.
Varias agencias de noticias aseguraron que al menos tres personas habían sido expuestas a radiación, pero los últimos reportes hablan de entre 70 y 160.
Los expertos en Japón "trabajan intensamente para enfriar el núcleo del reactor, y esta tarde en Europa nos enteramos de que han comenzado a inyectarle agua de mar", explicó Mark Hibbs, del Programa de Política Nuclear del Legado Carnegie para la Paz Internacional.
Es una señal "de la gravedad del problema y de la iniciativa de los japoneses de recurrir a soluciones inusuales e improvisadas para enfriar el núcleo del reactor'', aseguró.
Las preocupaciones en torno al peligro de una fuga radiactiva en la planta nuclear eclipsaron la magnitud del desastre ocurrido sobre 2.100 kilómetros de costas japonesas, donde numerosas aldeas, pueblos y ciudades fueron azotados por un tsunami con olas de hasta 10 metros de alto.
Sobre todo, luego de que un funcionario de la Comisión Nacional de Seguridad Atómica, Ryohei Shiomi, dijera que en la planta existe el riesgo de un proceso de fusión. Pero aseguró que en caso de que se presentase, no serían afectadas las personas en un radio de 10 kilómetros a la redonda.
Otro dato que reveló Shiomi espantó: cada hora la planta libera la cantidad de radiación que una persona absorbe en un año.
Lo cierto es que luego de que Japón declarara el alerta nuclear tras el tsunami,cada vez son más los líderes y los países que se suman a una revisión de sus planes atómicos.
La canciller alemana, Angela Merkel, se comprometió hoy a revisar la seguridad de todas las centrales atómicas de su país. "Lo ocurrido en Japón es un aviso para el mundo", afirmó la mandataria. En su país, unas 60 mil personas se manifestaron en contra de la energía atómica y recordaron la tragedia de Chernobyl al rechazar su uso.
En Francia, el ministro de Industria Eric Besson tuvo que salir a defender su plan nuclear luego del revuelo que se armó a raíz de la tragedia japonesa. Nadie quiere vivir a metros de un reactor atómico.
California sigue de cerca lo que sucede con la fuga radioactiva. "En estos momentos no existe peligro para California. De todos modos estamos vigilando estrechamente la situación", dijo Michael Sicilia, vocero del Departameno de salud pública.
La Agencia Japonesa de Seguridad Nuclear informó que el accidente alcanzó el nivel 4 en una escala que llega hasta 7. En la graduación INES (Escala Internacional de Eventos Nucleares), el nivel 4 corresponde a los accidentes sin riesgo fuera del emplazamiento de la central y con consecuencias exclusivamente locales, según los documentos de la Agencia Internacional de la Energía Atómica.
El 26 de abril de 198, el reactor número 4 de la central soviética de Chernobyl (Ucrania) explotó durante una prueba de seguridad, causando la más grave catástrofe nuclear civil y provocando la muerte de decenas de personas. Durante diez días, el combustible nuclear estuvo quemándose, soltando en la atmósfera elementos radiactivos de una intensidad equivalente a más de 200 bombas de Hiroshima y contaminando tres cuartas partes de Europa. El desastre de Chernobyl
alcanzó un grado 7 en la escala de INES.
Viejo Condor
Clarin (SIC)